jueves, 23 de julio de 2009

MONTE DE PIEDAD DEL SR. MEDINA



Inauguración del Monte de Piedad
Ahora que se hablan de fusiones, del posible cambio de esta entidad que tiene unos 145 años. De esa que absorbió la Caja Provincial de Ahorros. Podemos hacer una pequeña reseña de su creación y los postulados originales. El origen de esta institución bancaria, se encuentra en el Monte de Piedad del Señor Medina, entidad fundada por el arcediano José Medina y Corella como Monte de Piedad el 1 de septiembre de 1864, siendo clasificada como institución benéfica social de carácter particular por R.O. de 25 de Enero de 1866.
Tuvieron sede en Blanco Belmonte, después en Ambrosio de Morales. La casa de empeño se ubicó en la calle Manríquez, en el edificio que a su vez tiene fachada también por la calle Medina y Corella, y que fue la Casa de las Tercias del Cabildo. En aquel entonces ofrecían un interés del 3%, ahora están en el 0,01%. Tuvieron sucursales en Azonaicas y S. Alvaro.
Se transformaron definitivamente en el, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, el 2 de octubre de 1878, génesis de lo que actualmente es Cajasur.
En el Diario de Córdoba del domingo 4 de septiembre de 1864 podemos leer la siguiente crónica, referida al discurso inaugural:
"... Un Monte de Piedad de la índole del que hoy se instala, si siempre es un gran bien en pro de las clases menos favorecidas de la sociedad, en estos tiempos es una de aquellas cosas, cuya necesidad se siente por todos, y cuya realización es recibida con generales aplausos. Porque fundamentalmente se espera sea bendecida por los muchos que han de experimentar sus beneficios...
Estas instituciones y tantas y tantas otras, fruto preciosísimo del espíritu de cari­dad que nuestra Santa Religión difunde por todas partes..., por eso en la lógica inflexible de los acontecimientos, los presenta en primer término la historia de los pueblos cristianos: pero, señores, esto no basta; el hombre sin hallarse enfermo, in inhábil para el trabajo, carece con frecuencia de los cortos elementos y recursos que le bastarían para atravesar lo que en su pobreza forma una verdadera crisis, produci­da por una multitud de causas y de conflictos; tales son: una enfermedad que ha debido sufrir en su casa, una desgracia, un cálculo errado, la falta de materiales para trabajar en su arte u oficio, el vencimiento de la renta de la casa o habitación, etc., etc. En tal situación no queda otro medio que el préstamo; pero una de las leyes. más fijas, por desgracia, en este contrato es que el interés está en razón directa de la nece­sidad e inversa del crédito del que pide; y en el pobre la necesidad se presenta siempre urgente, imperiosa, y es nulo su crédito, cuyas circunstancia obedeciendo agita­da ley suben el interés a un punto que hacen del remedio una nueva y mayor desgra­cia, una verdadera calamidad; y la suerte del pobre, de este modo remediado, es semejante a la del reo, en quien los días de aplazamiento han de centuplicar el casti­go...
Y ved, señores, una de las circunstancias que hacen más cumplida la satisfacción de la Junta al realizar hoy el pensamiento del señor Arcediano fundador. Ella abriga la grata esperanza, de que participarán todos, no ya simplemente de remediar en este punto la suerte del pobre, sino de extinguir el cáncer de la usura que lo consume, pues que caído no lo deja levantarse, destruyendo sus fuerzas. Y para conseguir tan laudable fin no pide ningún privilegio, le basta la protección general que a todos dis­pensan nuestras leyes.
Otro motivo de júbilo y de gozo para la Junta de Patronos lo encuentra al consi­derar cómo la Iglesia de Córdoba se ha ido anticipando, en cuanto se refiere al bien del pobre y al alivio de los desgraciados; ella se adelanta, cuando nadie pensaba ni podía realizarlo,, a fundar hospitales y casas de misericordia, escuelas gratuitas y colegios en la capital y en la provincia; y hoy, que la industria y el espíritu mercantil todo lo invade y todo lo domina, formando uno de los rasgos más característicos de nuestra época, en la que a las asociaciones piadosas de otras edades han sustituido sociedades de crédito, de las que brotan de la caridad cristiana, aventaja a las de su clase, basadas en el cálculo y en el interés, sobre todo en la preferencia, en la solicitud, hasta podría decirse en el cariño con que mira y atiende a las clases meneste­rosas. Observadlo bien; cada día aumenta el número, quizá ya excesivo, de las sociedades de crédito, bajo distintas formas y condiciones, pero ninguna excede a la de este Monte en las ventajas que proporciona al público, y todas se quedan muy atrás en la preferencia que da al pobre..."
En un artículo llamado "Historias de la Judería" que escribí hace unos años reflejé lo siguiente, referido al citado Monte de... Impiedad.
"... Más abajo la entidad Monte de Piedad o casa de empeño. La primera vez que vi llorar a mi madre, mi padre la consolaba diciéndole:
-No te preocupes compraremos otra. -le habían subastado la colcha de novia que tenía empeñada allí para poder llegar a fin de mes."
Ese hecho no se me ha podido olvidar nunca.
"... hasta podría decirse en el cariño con que mira y atiende a las clases menesterosas."
Todas las palabras de la crónica de la inauguración, puede que fuesen sinceras en su momento, pero con el transcurso del tiempo, en la actualidad... ¿no os suenan a vacías? ¿Nos os crean una extraña sensación de mentira continuada? ¿De manifiesta hipocresía? ¿De no haber cumplido con ninguno de los preceptos fundadores?
¡A mí sí!

Adenda
También los gobernantes del país se las traen. El Boletín Oficial de la Provincia, en su número 50 de 1835, recoge la propuesta de crear un Monte de Piedad. Este párrafo tampoco tiene desperdicio:
" Muchos de los infelices que perecen de hambre pudieran prolongar su existencia, y además resulta la ventaja de dar una doble actividad a pequeños capitales".
La idea la recoge quien la recoge veintinueve años después (ya se habrían muerto todos los hambrientos), y pone en marcha el negocio que se prolonga en nuestros días con el ladrillo, quién al igual que a todos los ambiciosos, especuladores y vividores les han dado en el mismo sitio. Evidentemente los beneficios repartidos en multitud de formas, asistencias, planes de pensiones millonarios, y otras, están bien repartidos. Justo es de reconocer que su trabajadores no se quejan tampoco, lo que se supone que habrán percibido alguna migaja importante.
Siempre se me viene a la cabeza un pensamiento, creo que en el ejercicio de la labor de caridad, no ha sido respetado ni uno sólo de los pecados capitales de su famoso catecismo.
El texto citado de BOP
"Los Bancos de empeño han sido llamados generalmente Montes de Piedad, designando así en su mismo nombre los piadosos fines de su instituto. Su objeto es el libertar a las personas menesterosas de tener que sucumbir a la inicial rapacidad de un usurero, proporcionándoles un socorro momentáneo sobre prendas depositadas sin llevar por ello más que el interés razonable ...
es sólo en los países extranjeros donde existen estos establecimientos, aunque allí estén más generalizados que entre nosotros. Los hay en nuestra España en Barcelona en Madrid y en algunas otras partes En Córdoba fue propuesta su fundación por la antigua Sociedad Patriótica de amigos del País, cuyos individuos se brindaron a servir gratuitamente todas las funciones del Banco. Pero, como tantos otros proyectos útiles y realizables, quedó hasta ahora sin ejecución. Es a promoverla que consagramos estas líneas.
algunos que se necesita para ello de fondos considerables. Les responderemos con un hecho histórico que mereciera ser más conocido para animar a muchos. El primer Monte de piedad de España (el de Madrid) empezó con la limosna de una Misa...
Córdoba creemos que bastará con mil duros para abrir este establecimiento, y no dudamos el que esta cantidad puedan obtenerla nuestros Procuradores a Cortes de la filantropía cristiana del Comisario General de Cruzada Sr. Liñán, pues que la aprobación de la Reina y de su Gobierno es por supuesta. En cuanto a nuestras dignísimas autoridades Provinciales, su activo celo no omitirá esfuerzo alguno para la realización de tan útil medida.
Nos parece que este Monte de piedad o Banco de empeños debe anunciarse desde luego como Banco de ahorros también y que a desempeñar sus dobles atenciones gratuitamente se brindara la Sociedad Patriótica como se brindo en otro tiempo En un Convento o en uno de los edificios de institutos de caridad puede tener local en el cual debe una guardia permanente estar de custodia...
No hemos podido obtener el proyecto del Monte de Piedad que en otro tiempo trabajó la Sociedad Patriótica; trabajo a que concurrimos. Los Reglamentos del de Barcelona y del de Madrid podrán ilustrar, Y sería oportuno el consultar los de algún País extranjero (por ejemplo los del Monte de piedad y Banco de ahorros de Marsella). En Granada creemos que existe en planta un establecimiento de esta clase, y en Sevilla lo hemos visto excitado en su estimable Diario. La urgencia es mayor en nuestra Córdoba en este triste año. Muchos de los infelices que perecen de hambre pudieran prolongar su existencia, y además resulta la ventaja de dar una doble actividad a pequeños capitales. Insistiremos sobre esta idea..."
(Del BOP nº50 (1835), sobre la creación de un Monte de Piedad en Córdoba).

1 comentario :

Lisistrata dijo...

Enviado el 23/07/2009 a las 11:04am

El último párrafo de ese artículo es vomitivo, Paco. Pero vamos, q es el mismo discurso que emplean en cada momento y desde siempre. Y aunque no se lo creen ni ellos, si les va muy bien para seguir engañando al sector de gente que está bajo los efectos tóxicos de sus ideologías. Además que se puede esperar de quién no nombra para nada la palabra JUSTICIA y la sustituyen deliberadamente por la palabra CARIDAD? lo que te digo, auténticamente deplorable.
A pesar de los pesares que se cuecen, intuyo que algun@s tras leer la noticia que nos comenta Harazem han debido de pillar un buen rebote para unirlo al suyo, pues eso, muy a pesar, un buen día a tod@s.