miércoles, 18 de noviembre de 2009

EL CONVENTO DE SANTA INÉS.


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Una vista actual de las ruinas.

Estaba este Convento en las callejas de Santa Inés, que se inician en la antigua Plazuela de los Huevos, pequeño ensanche que hacen las callejas –hoy su comienzo-, en el cruce formado por Duque de la Victoria, Diego Méndez y Encarnación Agustina.

A estas callejas le dio su nombre el Convento de monjas franciscanas, que refundaron las hermanas Doña Leonor y Doña Beatriz Gutiérrez de la Membrilla, que profesaban en Santa Clara y que, en el año 1475, se salieron de allí para ocuparlo, que primero como habitualmente pasaba, fue beaterio. Antes, en 1471, Doña Leonor Fernández de Mesa, viuda de Don Alfonso Fernández de Mesa, lo había puesto en marcha, en unas casas propiedad de D. Juan Ruiz, pero como no despegaba por la economía, se tuvieron que trasladar las religiosas al de la Santa Cruz, abandonándolo. Luego una bula de Sixto IV permitió la refundación mencionada al principio. El terreno que ocupaba el convento era bastante grande, sin embargo la Iglesia era de reducidas dimensiones o medianas, Altar mayor y enfrente coro alto y bajo, con algunos retablos de poca importancia, porque no fue época muy floreciente para las artes.

Los terrenos del Convento procedían del marquesado de los Villaverde y ellos costearon la Capilla Mayor. También tenían enterramiento en él los Aguayo. Tenía la comunidad mucha fama por las virtudes de sus componentes con una considerada opinión en la época de cercanía a la santidad de algunas de ellas. Es importante considerar que eso era el sentir popular por las acciones de sus componentes. Sor María Ana de la casa de Córdoba se consagró a la oración renunciando a las comodidades y fortuna que le correspondía, y que eran muchas, murió en 1590. De Sor Constanza de Rivera se cuentan hechos milagrosos y algunas virtudes visionarias, dijo haber visto desde su celda, dando multitud de detalles una procesión que había tenido lugar en la Catedral, e hizo que floreciera un guindo en Navidad, y otros casos raros, murió en 1630, de larga enfermedad y con grandes sufrimientos. Antes había fundado una gran cofradía que tuvo mucha afiliación. Cuando murió, acudió la gente a demandar reliquias y para rozar los rosarios por el cadáver para que estos adquiriesen la condición de reliquia. En el citado convento estuvo recluida también, Doña Elvira de Bañuelos.

En 1697, se incorporó al convento una barrera -calleja sin salida- de los mismos callejones de Santa Inés. En 1718 tenía un censo de unas cincuenta religiosas, y veintiocho inquilinas más, entre pupilas y criadas. El 23 de septiembre de 1733, cayeron varios rayos en el convento y uno lo hizo cerca de una de las monjas sin causarle daño, lo que se consideró una protección divina. Cuando el terremoto de Lisboa, del 1 de Noviembre de 1755, una de las desgracias que hubo es que una niña vio moverse a la Santa y creyendo que la llamaba se acercó y, en ese mismo momento la imagen se le cayó encima y le hizo una herida en la cabeza. Dicen las Actas del Terremoto:

“…solo una chicuela quedó herida en el Convento de Santa Inés, haviendole (sic) caído encima una imagen de la Santa. Todo se atribuye a la especialissima (sic) protección del señor San Rafael, declarado custodio de esta ciudad…”

También existía una leyenda que decía que, una pequeña columna de azufre que estaba en una de las esquinas del convento, había sido un señor de vida licenciosa que lo había convertido el diablo en marmolillo, por eso el olor a azufre. A finales del siglo XVIII, Díaz Morales cedió a las monjas parte de su huerto para suplir la estrechez de la calle y se quedó fuera un pozo, que se tapó con una losa y tierra.

Cuando la supresión de 1836, se vendió el convento y, sus instalaciones sirvieron para diversos usos, teatro, posada y casa de vecinos. En el año 46 del siglo XIX, las casas de los Marqueses del Vado y Condes del Portillo, que estaban en los callejones, se derribaron y se utilizaron los solares para almacén de carros.

En la actualidad y hasta finales del siglo XX, hubo en los terrenos del convento una industria química que se llamaba Laboratorios Albus. Hoy en día lleva unos años de exposición de jaramagos al aire libre, después de haber realizado una excavación de poca profundidad que ha dejado a la vista patios, diversas habitaciones y claustro. Y como tal continúa, como puede verse en las fotografías.


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Vista aérea del solar del convento

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Plano catastral del solar del convento

Bibliografía: Paseos por Córdoba. Google, Planos del Catastro y Actas del Terremoto de Lisboa en Córdoba.

18 comentarios :

Puerta de Osario dijo...

Dios, tu blog es inabarcable.

Paco Muñoz dijo...

No lo entiendo, quieres decir que se me ha quedado chico o que su estructura no es cómoda. La verdad es que si es alguna de las dos cosas tienes razón, pero no se que hacer. Hecho de menos la posibilidada de que tenga un índice adecuado.

Un saludo.

Puerta de Osario dijo...

No, si me refiero a la cantidad de información que tiene a diario... Enhorabuena por poner todo este conocimiento a disposición de la gente.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias viniendo de un experto como tu, es un honor tu opinión. Muchas gracias.

José Manuel Fuerte dijo...

Nada, todo perdido. Aquí no cabe reconstrucción alguna. Si es un buen sitio para dedicarlo a alguna función pública, como jardines o alguna construcción en la que disfruten los ciudadanos. Aunque seguro que si metemos la pala más profundamente...

José Manuel Fuerte dijo...

Hace poco hablaste del convento de Regina, y ahora del de Santa Inés. Es decir, edificios que están cercanos. Hay uno también cercano que creo recordar era la casa solariega del Marqués de La Victoria, con parte de su fachada a la calle Almonas.

La última pista que tuve de él en prensa y demás, hace mucho, fue que lo iban a hacer centro de día para mayores, y no sé si lo hicieron o no. También hubo alguna noticia de que lo había adquirido Antonio Gala para su fundación, que luego se llevó al convento del Corpus.

¿Sabes algo más de él?

Un abrazo de parte de tu parásito favorito.

harazem dijo...

Ahora ya todo está cubierto de jaramagos, la flor arqueológica cordobesa por excelencia, pero recién excavados los restos del convento podían apreciarse perfectamente los enlosados de las estancias monjiles. Nunca pude evitar cuando pasaba por allí la fantasía morbosa de imaginar los pies desnudos de las monjas andando por ellas camino de la despensa ciliciar...

Paco Muñoz dijo...

Ben
Creo que sí. Esa casa ha estado mucho tiempo cerrada, antes vivía en ella una persona que la llamaban "El Marquesito", con doble sentido, el diminutivo y el otro. Luego el ayuntamiento hizo el Centro que tú mencionas y así está funcionando. Respetaron la fachada en su totalidad y lo adaptaron. Con la foto aérea de Google ves el edificio, en el que se contempla el patio central. Lo que no sé es si daba a la calle Almonas, es posible, pero yo no me acuerdo. En la calle Almonas en la esquina había una confitería, casi derruida hoy, luego estaba casa Rafalito -un bar-, y más abajo un Seis me parece -otro bar-. A lo mejor en sus tiempos tenía fachada allí no lo sé.


Manuel Harazen
Tenía unas fotografías de eso que dices y que también me llamó la atención, esas solerías e incluso patios y zócalos. Yo no pensé tan líricamente, pero es cierto que podías pensar cualquier cosa ante esos ladrillos. Seguiré buscando las fotos pues las tengo que tener y te las enviaré, fotos de recién excavado, de varios días distintos.

Salud a los dos
(He rehecho el comentario, por tener más faltas mecanográficas y ortográficas de la cuenta)

harazem dijo...

NO, Paco y Ben, el palacio (hoy Centro de Mayores)nunca dio a la calle Almonas. Yo pasaba cada día por su puerta de vuelta de la Academia Espinar a mi casa. Entonces ya estaba abandonado y me encantaba imaginar leyendas medievales en él. En él cuenta una leyenda reciente que se celebraban siestas gays lógicamente clandestinas a finales de los 50 y 60 y que, descubiertas en cuierta ocasión, produjeron un escándalo mayúsculo en la sociedad cordobesa. En dicha leyenda se incluye además a un muy conocido hombre de letras que se vio exiliado por aquel hecho.

Justo detrás del palacio, ya en la calle Regina hay una portada solariega, único resto de la fábrica original que no sé si debió pertenecer también a ese palacio. Si lo hizo debió corresponder a algún patio trasero. En el Google no se aprecia y mi sentido de la orientación en el mundo real es proverbialmente nefasto.

Más adelante, ya en las callejas de Santa Inés (hablo de finales de los 60) y donde hoy se alza un bloque de viviendas nuevo había una casa de vecinos enorme en cuyo patio mantenían los vecinos una cigüeña con las alas cortadas.

José Manuel Fuerte dijo...

Pues ahora que lo decís, creo que efectivamente la fachada no hacía esquina con Almonas, pero no sé por qué me ha venido a la memoria de esa manera, ya que hace mucho que no paso por ahí. Hace años pasaba mucho más, camino de la Academia Británica. Entraba en Santa Inés por la Magdalena, y salía por aquí camino del centro, pasando por delante de la fachada, y desde la puerta salía un fuerte olor a humedad por estar abandonado.

Paco Muñoz dijo...

Eso creía yo, le he enviado a Ben el plano catastral y efectivamente la propiedad no da a la calle Almonas por ningún sitio, ni siquiera a la calle que mencionas tu Manuel.

También recuerdo eso que dices de la casa del “Marquesito”, yo nunca lo comprobé, pero eso se decía. Es necesario puntualizar “porsi”. Por ello irónicamente le digo a Ben lo de la dualidad del nombre, he sido poco explicito.

Me acuerdo de esa casa de vecinos que comentas, allí vivía una prima de Conchi. Mi padre me dio una vez una participación de una rifa que le había tocado y había que ir a cobrar a los callejones de Santa Inés, no recuerdo el número, lo que si recuerdo es que ese número que venía como dirección de cobro era un solar, luego era una estafa, y no ande yo ese día para cobrar el timo, no se me olvida.

Paco Madrigal dijo...

Sobre lo comentado por Harazem de las fiestas gays del principio de los 60, segun me contaron (de fuente bien informada), fué por la zona de Santa Victoria, junto a la Plaza de la Compañia.

Saludos.

Paco Madrigal.

Paco Muñoz dijo...

Paco serían otras, que yo no recuerdo, pero lo que dice Manuel es verdad que se comentó de esa casa.

Un saludo

El cordobés enmascarado dijo...

Maravillosa información y maravilloso blog... a la altura de un buen cordobés...
Enhorabuena y un abrazo compañero...

Paco Muñoz dijo...

Por favor que el tuyo no se queda atrás, cualquiera de las historias que en el reflejas son muy interesantes. Simplemente con escuchar la Música para el Alma a la vez que te deleitas con los textos, es suficiente.

Enhorabuena

Paco

E. López dijo...

Desconocía la existencia de este convento y mira que paso veces por allí.
Un saludo

E. López dijo...

Bueno, mejor dicho desconocía que esas ruinas pertenecieran al convento de Santa Ines.

Paco Muñoz dijo...

Vértice, estaba datado en muchos sitios, prueba de ello es que los callejones se llaman así por el convento. Luego toda la serie de empresas que se asentaron en los terrenos del mismo, hasta que desaparecieron y excavaron nuevamente.
Un saludo.