viernes, 1 de enero de 2010

LA LEYENDA O CUENTO DEL CAUTIVO

 Columna del
Columna del "Cautivo".

Cuando de niño ibas de correrías por la Mezquita, te gustaba, si había algún visitante nuevo, contar todas las historias, sobre todo leyendas, muchas de ella inverosímiles, del recinto. Eso te daba un cierto carisma de erudito y conocedor del esplendor de la época musulmana.

Siempre contabas lo de; los subterráneos, que llegaban a la Calahorra por debajo del lecho del río; lo del elefante y el colmillo; verle la figura entre las piernas a San Cristobalón; raspar la columna de azufre, que afortunadamente ahora está protegida si no se la cargan los visitantes; si habías visto abierta alguna trampilla de las de madera de la zona de la ampliación de Almanzor, habías bajado tú por ella un día, pero si no te creían -que era lo más lógico-, decías que algún habitante de la torre (de los que vivían en ella), Manolín, que era más o menos de tu edad, o en todo caso Narciso que era mayor y algo más creíble, o a unas malas para darle más credibilidad, Juanín el sacristán, o Manolo el campanero. La realidad es que sólo habías visto abierta la trampilla.

Pero la leyenda que más cártel tenía era la del Cautivo, le contabas al neófito que, con la uña había hecho una cruz, mientras estaba encadenado a la columna y que la fuerza de la “fe” siempre ganaba. No estoy completamente seguro, pero creo que la rejilla protectora no estaba antes.

 Cruz del
Cruz del "Cautivo".

No entra en la lógica que éste señor, que allí está representado, con unas vestimentas distintas de la época, es decir más modernas, fuera el que grabó la cruz. No es lógico que este señor estuviere cautivo, pendiente del pago del rescate -razón final de los cautivos, que más bien eran unos raptados-, en un lugar de culto, a la vista de todos, contraviniendo los preceptos religiosos islámicos, y convirtiendo la Mezquita en una cárcel.

 Cuadro del
Cuadro del "Cautivo".

Hay que tener en cuenta, que es a finales del siglo X cuando se produce la ampliación de Almanzor, punto en el que se encuentra ubicada la columna y que si estimásemos algún martirizado, tendríamos que trasladarnos al siglo IX. Luego no existe concordancia de fechas, todo esto para tratar de dotar de aseveraciones lógicas al desmentido de la leyenda. Luego que el lugar está entre las capillas del Rosario y la Epifanía y que, la primera se construyó en 1612 y la segunda en 1614. Que en el siglo X, ese era un lugar diáfano con la columna completamente al aire, pues era una puerta al Patio de los Naranjos, ni siquiera era un rincón. Luego están las necesidades fisiológicas, esas eran las que preguntaba el oyente siempre, ¿y como hacía esto…? ¿y lo otro? En fin ya entienden, las preguntas más simples requieren aclaraciones simples también.

Una tesis. Orti Belmonte dice, que se han encontrado en las columnas diversos signos y nombres grabados, estudiados por el Sr. Ocaña, y que se encuentran en el museo catedralicio. Además en la zona de Almanzor, hay grabados en otras columnas otros signos cristianos, una cruz y una virgen, sin entrar en firmas de canteros. También cita otra leyenda de similares características, ésta en el Palacio Moro de Ronda, en la escalera por la que subían el agua del río. Ahí mucho peor porque les faltaba tiempo, la escalera tiene unos cuatrocientos peldaños. Por lo que tenemos que pensar que, la columna trajese grabada la cruz de su lugar de origen, cosa tampoco creíble porque no hubieran consentido los musulmanes instalarla con el símbolo. Y lo más aplastante ¿cuánto tiempo hubiera requerido este señor para con la uña hacer este rebaje? Muchos años seguro, pero lleva más la leyenda y más que le quedan. Son muestras de fe y resignación cristiana, necesarias de cultivar. Nunca hay pronunciamientos de la autoridad eclesiástica, ni para admitir ni para negar, es un método infalible, darle al pueblo lo que el pueblo quiere, bueno este método no es sólo de la autoridad eclesiástica, justo es decirlo.

La realidad es que no hay ninguna base historiográfica o científica, que demuestre la leyenda. Que se queda en sólo eso, una leyenda, y que los verdaderos cautivos de la historia somos todos, aunque esas cadenas se rompen muy fácilmente, como las de los correos o estampitas, no propagándolas, que es igual que córtalas de raíz, o simplemente no darles crédito y dejarlas en simple cuento.

Pero a pesar de no existir base historiográfica ni científica, desde la institución, en letras doradas en la columna, en un barroco texto en un cuadro al lado, y en latín encima del cuadro del señor, colocan textos que fomentan esa leyenda urbana, en lugar de hacer mención a que es una leyenda, pero no, tratan de autentificarlo, es como la figura del "mártir desconocido", que no deja de ser una pizca de ceniza en el montón de quemados purificados por la "Santa Inquisición".

 Columna del
Texto autentificativo al lado de la Columna del "Cautivo".

 Texto Columna del cautivo
Texto encima del cuadro del Cautivo.



Bibliografía: “La Mezquita, Catedral de Córdoba”, de M. Salcedo.
Fotografías del autor.

7 comentarios :

José Manuel Fuerte dijo...

Pues yo lo que tenía en mente era que si se le acercaba fuego (un mechero, una cerilla,...) el amigo vestido de moderno soltaba una retahíla de lágrimas directamente proporcional a la credibilidad del misterio de Belén.

Y si este kiyo estaba amarrao a esa columna, ¡vaya coñazo debió de dar mientras se daba la oración de los muslimes! ¿Te imaginas la mezquita llena de musulmanes y aquí el colega dando dentera con el rasca-rasca en la columna?

Por cierto, ¿no era un tío con un saco lo que había que buscar en el cuadro del San Cristobalón?

¡Joer! ¡así no hay quien se entienda! ¿eh?

Paco Muñoz dijo...

Eso del mechero y la cerilla también se hacía para el cautivo, es que cada uno tiene su particular historia, Otro uso del mechero era para la columna que se transparentaba. Dicen que las columnas no estaban fabricadas exclusivamente para la Mezquita sino que las cogían de otros monumentos de otras civilizaciones. Por eso hay columnas de diverso tipo y materiales. Luego estaba la que se frotaba y olía a azufre, afortunada mente la han forrado de plástico para que nadie la pueda frotar.
La leyenda de San Cristóbal (el que porta a Cristo), o San Cristobalón, como se le llamaba en función de su tamaño, es la siguiente: entre la pierna y el bastón existe pintada una virgen muy tenuemente, parece que nadie puede advertirla a primera vista. Sólo la verá aquellos que estén en estado de gracia y hayan rezado un padrenuestro a San Cristóbal. Si has cumplido con lo expuesto, estar en estado de gracia y haberle rezado el padrenuestro, ya la verás nítidamente. Ahora a pedir tres deseos, con la seguridad que uno de los tres te será concedido por la Señora.
Voy a preparar sobre esta leyenda una entrada. San Cristóbal está vestido e barquero pero sin barca y se dedicaba a pasar a la gente el río en hombros.

http://lh3.ggpht.com/__Nk6eDmQurI/S0BGq9tnFZI/
AAAAAAAAF4I/uha_XK2QC4s/s512/SanCristobal.jpg

Copias este enlace y verás la foto, si por cualquier causa no lo puedes ver me lo dices y te la envío por correo.

José Manuel Fuerte dijo...

La veo, Paco, la veo, pero no veo al tío del saco, así que se supone que no me voy a casar nunca. Bueno, la verdad es que estoy casado y con dos gatitos, a lo mejor por eso...

Sé que te estoy mezclando churras con merinas, pero es lo que recuerdo que me contaron mis padres cuando era peque y lo que yo les cuento a los míos y a los que acompaño a la mezquita: "Tienes que ver un tío con un saco, y si no, no te casas". Alguno que otro giraba la cabeza por si acaso lo veía. Ahora me dices tú que es una vírgen. Bueno, pues cambio la versión y se acabó. Si es que aquí no para uno de aprender.

Sería interesante que hicieras una entrada con este tema, como dices, porque la verdad es que es muy simpático, y si la haces tú seguro que la clavas.

Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Ben las historias son como se deseen que sean. Si la de tu padre era para casarse viendo al tío del saco, pues esa vale. La que yo se es esa y la he documentado algo, pero en clave cristiana en su mayor parte.

Me cuesta trabajo hacer chistes de ello pues tengo amigos muy forofos y no me gusta ofender.Pero también me cuesta mucho no hacerlos porque algunas cosas se las traen.

Ya tengo preparada la entrada y la subiré mañana, en tu honor pero habiéndome dicho lo de tu padre, a lo mejor arreglo algo.

Si no es por el "virus" hoy hubiera ido a ver a Manolo, el hijo del campanero, que es una autoridad en la materia a preguntarle alguna cosilla, pero no he podido.

Concretando Ben, las cosas son como se recuerdan y por respeto a tu padre debes seguir con lo del saco, que ello pertenece a él, o cuentas las dos: -Mi padre me decía... y en otro lugar he leído... Y todos contentos.

03/01/2010 20:28:00

Antonio Aguilera dijo...

Casi siempre las leyendas y el esoterismo que vuelan alrededor de estas vetustas arquitecturas, nos fascinan y atrapan mucho màs que su propia historia a secas.

Como el rebaje en la columna haya sido con la uña..: pobre uña y pobre cautivo el en ella estuviera encadenado.

Hoy vuelvo a comentar esta historia, y veo que he quedado muy rezagado.
¡Qué rápido nos salen las canas!!.

Salud amigo Paco

Paco Muñoz dijo...

Salud y muchas gracias Estimado Antonio, vivimos del cuento que se hace realidad con el tiempo. Santiago no vino a España; Estrabón que es el más cosas contaba de ella tampoco; y así sucesivamente.

Y no sólo canas Antonio, algunos están perdiendo el pelo a pasos agigantados. Mi madre que era peluquera decía que el pelo cano no se caía, seguro que no se refería al de su hijo.

Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

El 12 de enero de 2010, cambié las fotografías primitivas del día 2, por otras efectuadas por mí ese día. Comprobé los textos propagandísticos que han añadido o remozado, algunos con letras doradas que abultan más que la sencilla y austera cruz primitiva, venga de donde venga la leyenda, que no es más que eso leyenda, y en estos tiempos urbana por más señas. Como se fomentan los "cuentos", por interés institucional, basados en el natural del pueblo en no dejar de ser niño.