viernes, 19 de marzo de 2010

PUENTE DE LOS PICONEROS SOBRE EL ARROYO DE RABANALES


 Puente de los Piconeros, cara norte
Puente de los Piconeros, cara norte.

El llamado Puente de los Piconeros, salva la Vereda de la Alcaidía sobre el arroyo de Rabanales, a unos cuatro kilómetros de la ciudad. Éste arroyo es un curso de agua de los más importantes de los alrededores de la ciudad.

Francisco Carrasco, en su libro Los Arroyos de Córdoba, publicado por el Ateneo de Córdoba, lo describe como sigue:

“(…)nace en la vertiente más occidental del monte Torre-Árboles, junto al kilómetro 16 del antiguo trazado del ferrocarril de Almorchón. Torre-Árboles es la cota más alta de la cara sur de Sierra Morena con 693 metros, vertiente al valle del Guadalquivir. Su espinazo está jalonado de hirsutos árboles que le dan el nombre y desde el llano lo hacen inconfundible. En un cerro más bajo, hacia el este surgió la nueva ermita de Santa María de los Pinares (…)

(…) Como medallón de aguas, del mismo pecho de Torre-Árboles se descuelga el Rabanales quebrada abajo, por parajes de secarral, de coscoja, retama y aulaga, pasando junto a la Casa de Carrasquilla donde algo más abajo recibe por su izquierda un ramal que viene de la Casa de la Armenta (…)

 Arco izquierdo desde su cara sur
Arco izquierdo desde su cara sur .

(…) se le funde bajo frondoso almezo todo desgajado por el temporal, ello en la misma linde de Navalagrulla con la Campiñuela Alta (…)

 Arco izquierdo desde su cara norte
Arco izquierdo desde su cara norte .

(…) Llegamos al Puente de los Piconeros donde se forma una gran charca, y se ven barbos y bogas que hasta aquí suben a dejar sus huevos. Todavía dentro de esta finca de la Campiñuela Alta, el Rabanales recibe por su derecha a otro arroyo menor, el del Mortero de muy corto curso ya que nace y muere dentro de esta heredad. Cruza por un soto muy rico en higueras y membrilleros y es sesteadero para el ganado vacuno. Tierras abajo, entre cañaveral espeso, donde crían patos silvestres, entra en la Cerca de Lagartijo donde se le une el de Los Pradillos, cruza tierras de esta propiedad para salir bajo la carretera Nacional IV, llegando al soto de las Quemadillas donde recibe alAhoganiños y entre parcelas y vaquerías va a la Alameda del Tiritar buscando el Guadalquivir por Tejavana.”

 Arco izquierdo desde la cara sur
Arco izquierdo desde la cara sur .

Su trazado es de categoría, bastante similar al de Pedroche, nos quedamos en él, y más concretamente en el Puente de los Piconeros. He tratado de encontrar en algunos manuales datos sobre el puente, y no he encontrado mucho. Algunas referencias de él cuando se cita al arroyo, pero no de la época de su construcción, si es un antiguo puente romano, que pudiera ser, si es de época califal o posterior. Soporta la vereda de la Alcaidía después de cruzar el canal del Guadalmellato, cuando éste toma la curva a la derecha hacía la antigua Universidad Laboral, en un frondoso y verde lugar. Posiblemente la Vereda de la Alcaidía fuese en su día la Vía Augusta, lo que determinaría su origen romano.

 Arco derecho desde la cara norte
Arco derecho desde la cara norte .

Inicié el camino desde mi casa andando, cruce el arroyo de Pedroche, ahora al aire libre, por los terrenos de lo que no sabemos cuándo será el Parque de Levante, otra de las eternidades de esta nuestra querida ciudad. La temperatura era primaveral, teniendo en cuenta que ésta la tendremos el sábado 20 en nuestros lares, y que eran las cuatro de la tarde. Cruce la parcelación de la Campiñuela y percibí la vulgar ostentación arquitectónica, de muchos que se titulan “pobres parcelistas”, cuando con sus casas tratan de imitar a mansiones de plantaciones más del sur de Estados Unidos que de Andalucía, con unas mezclas de estilos a mi modo de ver rezumando una vanidad burguesa que en el fondo no llega ni siquiera a eso. Enormes mansiones con altas cercas “anticuriosos”, y medios de seguridad como si de la Moraleja madrileña se tratara. Todas, o la mayoría con las dichosas balaustradas "pret a porter" imitación mármol -aunque todos compramos el tresillo, mueble bar, enciclopedia por fascículos y mesita con ruedas para la televisión, en su día, para su descargo-. Con desconocimiento supino de las normas mínimas de la construcción. Claro construidas por albañiles aventajados, sin ninguna idea de la técnica ni de la arquitectura, que meten cuatro columnas en el vano que soporta el porche -todas con porche-, cuando con dos sería suficiente. Esto da para una entrada exclusiva, del quiero y no puedo, o quiero y puedo pero carezco de estética y sentido del gusto.

 Una vista de la cara norte
Una vista de la cara norte .

El camino está delimitado con una cerca alambrada, y una segunda exterior, estimo que delimita el ancho legal de la vereda. Un cartel con el costo del proyecto que, creo recordar, rondaba los ciento y pico mil euros, como vía de acceso a la Universidad y entre ambas cercas una siembra de árboles. Es un camino cómodo, llano sin contar el viaducto del ferrocarril, única diferencia de nivel significativa. Una primavera explosiva hace que los campos presenten una extensa gama de verdes luminosos.

 Tablero del puente
Tablero del puente .

Vadeas varios cursos de agua por los lugares construidos al efecto. Ahora te encuentras con el canal y una compuerta en el mismo, canal que tanto conocía mi suegro pues fue durante muchos años encargado de su vigilancia, limpieza apertura y cierre para el regadío. En el puente la vegetación es frondosa y el entorno al arroyo de difícil acceso por los diferente cercados que impedían tener una perspectiva idónea para fotografiarlo. No obstante, hice un ejercicio de osadía y bajé a la orilla -a riesgo de iniciar la temporada de baños, por una repentina pérdida de equilibrio causada más bien por la edad que por el oído interno-, e incluso pasé por el arco derecho en el sentido del curso, ahora seco, pero enfangado aún su piso por el aumento de nivel que seguro ha tenido en la época “monzónica” pasada, pensando que mis casi cien kilos se iban a quedar allí clavados, en el limo. Es una construcción de dos arcos, con un tablero sin pretiles, empedrado, que si no es por el arroyo no acabas de imaginar el puente, que además está perdido entre la vegetación.

 Cauce del arroyo
Cauce del arroyo .

Seguiremos recabando información para conocer los datos del Puente de los Piconeros sobre el arroyo de Rabanales, y como siempre aceptando aquella que tengan a bien facilitarnos los lectores.

Fotos del autor.

8 comentarios :

Jerónimo Sánchez dijo...

Vamos a tener que ir a ver ese puente... es muy interesante. Intentaré buscar información sobre él. Y a ver si quedamos para dar una vuelta... antes de que se ponga a llover de nuevo.

Paco Muñoz dijo...

El problema es que no he encontrado referencias fiables en ningún sitio, o a lo mejor no he sabido buscarlas, ya te dije el manual que había consultado, en el figuran otros pero ese no. Hice más fotos pero es poco accesible para una buena perspectiva, a lo mejor cuando el verano que el arroyo esté más bajo y no tenga tanta vegetación. Yo fuí andando pero puedes llegar perfectamente en vehículo.

Paco Madrigal dijo...

Paco, como todas, esta es una entrada super interesante e instructiva sobre los inacabables pequeños detalles con los que cuenta Córdoba

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias querido amigo Paco. Quisiera una critica de experto a las fotografías.

harazem dijo...

A ese puente iba yo de pequeño con mi padre y mis tíos de perol, perol de los de antes, a dormir en el campo. Se colocaban dos mantas en los dos lados de un ojo del puente y se fabricaba una magnífica habitación comunal. Desde entonces me llamaron la atención unas extrañas marcas que presentaban los sillares internos del puente. Recuerdo que una era una estrella de ocho puntas hecha sólo con líneas cruzadas en el centro y otra no sé si era una letra, probablemente una M. Muchos años después a finales de los 70 volví a ir al mismo sitio a llevar a algunos compañeros de la Facultad de Historia. Tras comprobar que todo estaba como yo lo había contado decidimos investigar. Recuerdo que algo encontramos, pero no sé dónde ni cómo. Lo que sí recuerdo es que averiguamos que la fábrica que presentaba el puente era bajomedieval, probablemente del siglo XIII o XIV. Lo cual no quita para que se tratara de una reconstrucción de otro anterior romano o califal.

La verdad es que me jode no acordarme de más. Pero de todas formas, Paco, por si no lo sabías, o no te fijaste, la próxima vez que vayas mira a ver si siguen estando las marcas de los canteros que tallaron aquellos sillares.

José Manuel Fuerte dijo...

No doy abasto contigo, Paco. Tengo el culo ya cuadrado siguiendo tus artículos esta mañana. Con ellos me estás animando a que algún día me meta por esas veredas de nuevo, pero hace ya tanto tiempo que no sé si me perdería, aunque no vendría mal perderse algo.

Paco Muñoz dijo...

Ben a mí me ha controlado la presión, después de las caminatas, además de tener los pies redondos -a pesar de las cheroki- cuando llego y subo al tercero sin ascensor, tengo la presión por debajo de lo normal, que hasta me mosquea.

Paco Muñoz dijo...

Manolo Harazem, eres un pozo sin fondo. No lo he visto pero a lo mejor esta semana me paso y le hago unas "afotos" a lo que dices y añado a esto, citando la procedencia de la información. Lo que pasa es que estoy "esgalazao" de pasar por donde no debo, a estas alturas de los 36 inversos.
Eso que dices es muy interesante, lo de las marcas.
Y eso eran peroles, yo estuve en uno en el "Raso Malanoche", que había un venero con más cal que la "chicharito", salía el agua blanca. Dormimos en un tenderete y amanecimos todos pintados con un corcho quemado. Como para irnos a la cabaña del tío Tom. Allí al lado el cerro de la Víbora y el de Pedro López.,

Lo que no debo ir es solo que es lo que me gusta porque el día menos pensado me doblo un tobillo, me quedo sin batería en el teléfono y naufrago.