martes, 28 de febrero de 2012

MERENDERO, PUENTE ROMANO Y ARROYO DE RABANALES

Puente romano del Arroyo de Rabanales

La mañana del lunes día 27 de este casi acabado mes de febrero de este año bisiesto de 2012, a la vuelta de las cercanías del Cortijo de la Tierna Baja, para tratar de fotografiar la salida de los túneles que abastecen de agua a nuestra ciudad, en un precioso recorrido desde el Psiquiátrico, por encima de la primera de las conducciones hidráulicas, que discurre por el margen derecho del Arroyo de Guadalbarbo, por los lugares en los que estuvo proyectado una presa para el aprovechamiento del Canal del Guadalmellato, porque uno de los túneles que se usan para abastecimiento de aguas, se proyectó a finales del siglo XIX para el canal de riego, y luego en la década de los sesenta se usó para la traída de aguas. Unos parajes maravillosos, de escarpadas cotas a ambos lados del cauce de casi trescientos metros de altura, de "escarbauras" de jabalíes, de los que queda hasta el olor. Pero la visita a la que me estoy refiriéndome no es la que pretendo tratar, esa requiere una entrada exclusiva. 

Estado actual del antiguo Merendero de Rabanales

A la vuelta me acordé del Merendero y Puente Romano del Arroyo de Rabanales y decidí llegarme al lugar y ver en qué estado se encontraba. El Merendero de Rabanales ha estado en funcionamiento hasta hace unos años, y era uno de los lugares a los que con la incipiente motorización, primero con las scooter, Vespas y Lambrettas en mayoría, y luego con el salto al utilitario, se iba a tomar la merienda, no se si con nocturnidad ejercía otras funciones, que no recuerdo. Hoy es una absoluta ruina. Entonces la N-IV era una carretera normal, sin grandes volúmenes de tráfico, por esa época ya se había construido el nuevo puente que después se amplió nuevamente. El merendero se quedó a un lado, servido por su puente romano particular, que ahora se encuentra entre cañas, suciedad y diverso matorral, secundado por dos tuberías de, cálculo unos 1300 mm., similar a la del servicio a la ciudad en la nueva o segunda conducción.

Interior del Merendero

El Puente de Rabanales es monumental. Hoy en día apenas se ve, es necesario llegar a él exclusivamente para ello y ofrece sus dificultades para disfrutarlo en su total perspectiva. Está abandonado totalmente. Tiene una longitud de unos 28 metros. Su sillería es de opus cuadratum. Tiene cinco bóvedas de cañón de la misma medida de luz unos 3,75 m. Las cuatro pilas que sustentan el tablero son del mismo grueso que la luz de los arcos. El tímpano presenta pilastras adosadas que lo presentan aún más sólido. Su tablero es plano, ahora no tiene pretil como puede verse. En su momento posiblemente en el siglo XVIII fue reformado. Es de la etapa republicana y formó parte de la Vía Herculana.

Tablero del puente dirección Madrid

Este puente salvaba el arroyo de Rabanales, uno de los importantes de Córdoba. Este arroyo cuando llovía adquiría categoría de casi río. Nace cerca de Torreárboles, una de las mayores alturas del término municipal con sus 693 m., en los alrededores del Pilar de Fontanares, por eso el tramo superior lleva ese nombre. Por ese lugar está la cota de los 500 m. Rodea la casa de Carrasquilla y cruza la vía de  Almorchón a la salida del último túnel, de esa desaparecida línea ferroviaria, antes de llegar a Cerro Muriano.

Tablero del puente dirección Córdoba

Por su margen izquierda recibe un arroyo que nace en la Casa de la Armenta y otro más joven de longitud un poco más abajo. Luego, siempre cogiendo aguas del citado margen izquierdo, recibe las del Arroyo del Manzano -éste a su vez nace en los alrededores de la Umbría de Dacalamano terreno minero por excelencia y el Cerro Romero-, equidistante la unión de ambos entre los cortijos de La Alcaidía y las Pitas. Sigue su curso pasando por el Cortijo de Navalagrulla, un paraje característico el terreno de la nava, que la alimenta ese curso, donde la sierra pierde su parte serrana agreste y se va transformando en serrezuela. 

Lo que se puede ver del puente actualmente

Y en la Campiñuela Alta, a punto de cruzar la primera traída de aguas a la ciudad, antes mencionada, se le une el Arroyo de Linares, que viene del lado suroeste de Torreárboles y al que se le unió antes el de la Balanzonilla que nace por Tarradas y Villa Enriqueta, cerca de la antigua estación de ferrocarril abandonada de la Balanzona, que ya lleva las aguas del Salado y Parrón, que viene de San Cebrián Alto, y al que antes de llegar al Santuario se le une el que viene del Cortijo de las Pitas cerca del Cortijo de los Velascos, los dos ya uno, junto con otro de corto curso pero muy bonito que viene de la cancela de las Pitas, pasan por el Puente Romano, que ya está prácticamente destruido. 

Paraje del cortijo de Navalagrulla, el curo del arroyo y la nava.

Luego, el Santuario de la Virgen de Linares y cerro de San Fernando, cortijo Dos Fuentes y a la Campiñuela, cruza la segunda conducción o traída de aguas la de presión, Fuente del Espino, Puente de los Piconeros, Canal del Guadalmellato, y ahora por la derecha lo alimenta el Arroyo del Mortero siempre con agua, pasa por debajo del ferrocarril y después también por su diestra se une el de los Pradillos -de triste memoria por el accidente ferroviario de un par de túneles antes, dirección Córdoba-, Peña Tajada, las Cuevas Romanas, El Majano y su unión con el de Rabanales se hace efectiva en las cercanías de la Cerca de Lagartijo.

Puente de la actual N-IVa y arroyo

Fue ribera de un antiguo Camping, el llamado de la Cerca de Lagartijo. Luego la N-IV y el puente que nos ocupa, de estrecho tablero, pero en su época no era necesario más. En el comienzo de la Cuesta de Rabanales que junto con la de la Lancha eran y son las subidas, o bajadas según la dirección, más importantes hasta Alcolea. Claro ahora ya no es la N-IV ahora es la N-IVa, prácticamente una vía de servicio al Campus Universitario, de Rabanales también, a Alcolea y al Polígono industrial de las Quemadas. El estado del Merendero es una verdadera ruina, que ahora soporta una salida de otro polígono el llamado Tecnocórdoba, dónde mi primo Emilio tiene su negocio, TecnoNave. Esta zona industrial ha sido la causante del desvío del curso del Arroyo Rabanales que ahora discurre paralelo a la calle Noruega, para quebrar y buscar perpendicularmente la de Islandia –esos que han sabido darle lo suyo a los especuladores, al FMI, y meter en la cárcel a algunos de sus dirigentes-

Perspectiva aérea del Polígono de Tecnocórdoba actual, y trazado del arroyo

Para después coger dirección sur por la calle Lituania, cruzar la de Suecia. Cuando iba a pensar el modesto aprendiz de río, el Arroyo de Rabanales, convertirse tan europeísta. Después rodea los Viveros municipales de Tejavana, y ahora sí, pasa por debajo de la nueva N-IV, convertida en autovía y ruta europea E-15, para desembocar al río grande de Andalucía, el Guadalquivir, unos metros arriba del Molino de López García. Nunca son los ríos más fieles a su cauce que cuando desembocan en el mar o en sus hermanos mayores.

Vuelo de 1956, con el polígono actual sobrepuesto y el antiguo trazado del arroyo

He de reconocer que me ha podido más el curso del Arroyo, que el Puente, porque en el fondo el Merendero es una anécdota nostálgica. Es un problema de dosificación de la información, es tener muchos papeles encima de la mesa y no separarlos adecuadamente. Por ello, al final, se me ha quedado en el tintero una cuestión muy importante a tener en cuenta, un miliario romano que apareció en las cercanías del Puente Romano de Rabanales, que sirvió para calcular distancias, pero lo dejaremos para otra entrada, así como la de la traída de aguas a Córdoba desde el Pantano del Guadalmellato.

Fotografías del autor, de Google y de un trabajo académico.
Bibliografia Mapas del Servicio Geográfico del Ejército

sábado, 25 de febrero de 2012

UN PERRO FLAMENCO Y UNA ORQUESTA INTERNACIONAL

El "Canis flamencus cordubensis"

En un maravilloso puente romano, después de su reparación, con un tráfico humano exagerado, que se asemeja a una ONU cualquiera. Ya no son los vecinos del Campo de la Verdad “que vienen  a Córdoba”, o los de Córdoba que “van a la Barriada de Fray Albino, a buscar novia de tipo fino”, hoy había –lo están todos los días–, unos personajes muy peculiares: un perro flamenco que, en nombre de su dueño pide una donación, antes se llamaba limosna, pero la dignidad canina es la dignidad, y una orquesta internacional compuesta por un contrabajo y un acordeón, ayudados por un amplificador.

La orquesta internacional

El can es un “canis flamencus” pues su indumentaria tiene poca duda, un sombrero cordobés y un clavel en el mismo, además de la seriedad y la majestuosidad característica del habitante de esta tierra de pescadores alados, como el que lo vigilaba desde arriba de su pedestal, ese que el gremio de curtidores y fabricantes financió, su restauración: “Mayor gloria de Dios y culto de nuestro Santo Custodio, el gremio de curtidores y fabricantes (…) esta santa imagen celebridad de la feliz exaltación al trono de nuestro católico monarca R.D. Carlos IV porque Dios le guarde muchos años”

El perro con su carro "del que no tira"

El que fue confidente de Roelas, posiblemente en las crisis febriles de su enfermedad, pero eso es lo mismo. El que cantó y dibujo Lorca, en el poema oración que dedicó a su tío Rafael Martínez Nadal, en carta fechada el 23 de octubre de 1928: “San Rafael Arcángel,/muchachito de azafrán,/amigo de los que navegan/por la tierra y por el mar./ Tu sacaste a Tobías/del fugitivo cristal,/ oprimiendo su cintura/movible de blanco pan./Arcángel de corazones,/de los que vienen y van,/ recuerda siempre  a tu siervo/Rafael Martínez Nadal./”

Dibujo de San Rafael de Federico García Lorca de su museo en Fuente Vaqueros (Granada)

Pues ese era el escenario que rodeaba al pastor alemán cordobés, con un carro que no tiraba por aquello de no herir la sensibilidad extranjera, en país de toros lanceados, de cabras desde el campanario y de corridas… de toros. En país al que no queda a la izquierda ni un miserable medio escrito dónde poder lamerse las heridas, pero que tiene capacidad para resarcirse de ello. Pues bien tiene, en por lo menos seis idiomas escrito:

El texto en español

“Hola amigos del mundo animal. Os doy las gracias por  vuestra donación. Gracias a vuestra donación no nos falta nuestra  comida, aseo, veterinario y educación para poder convivir  con la especie humana. Nuestro dueño nos tiene mucho cariño y nos trata muy bien, el carro es solo para llamar la atención, y echar fotos, nunca hemos tirado de él. Muchas gracias por ayudarnos y por vuestra donación.”

Otra pose seria de un serio can (el sombrero no es cordobés)

Luego, al alejarnos del lugar inundados por una luz insultante, seguíamos oyendo la orquesta, con popurrí en sones rusos en el que mezclaban; Noches de Moscú, Kalinka y otras, tipo “Capricho ruso” de Luís Cobos, y que nos permitieron, con el máximo respeto que nos merecen los músicos callejeros y los no callejeros, porque tenemos un hijo músico, compararlos con los de la orquesta del chiste de Fernán Núñez, aquella que cuando los visitó el Borbón de nuestra época, le tocaron la Cucaracha: “La cucaracha, la cucaracha…” y cuando el monarca les preguntó si podrían tocar otra cosa, por ejemplo, La Traviata y ellos le dijeron que si que tocaban todo y tocaron: “La traviata, la traviata…” con ritmo de la Cucaracha.

Fotos del autor
Dibujo del Museo de Lorca en Fuente Vaqueros (Graná)

LA CAÍDA DEL SARDINEL DE LA FACHADA Y EL ALINEAMIENTO PLANETARIO

Alineamiento de la Luna en creciente, Venus y Júpiter 
Urano y Mercurio están debajo del horizonte visual 

Con motivo de la mala construcción de las viviendas que nos tocó en su momento comprar, y un sardinel (Medios ladrillos en vertical) cogido con alfileres, que se cayó a la calle, y en cuyo mortero se conoce no existía cemento, y si existía lo era en una ínfima proporción -ya quisiéramos los vecinos haber tenido como mortero el opus signinum de la antigua Roma, que lleva más de dos mil años en algunos lugares-, pues bien, hubo de urgencia que desmontar todo el sardinel y dar gracias a la diosa fortuna que no hubo ningún problema con las personas, y claro todo eso motivó estar en la azotea hasta entrado el atardecer y disfrutar del alineamiento planetario.

Una vez pasado el susto, recogidos los bártulos del profesional que se descolgó por la fachada, se quedó un esplendido el cielo hacia el oeste, con alguna contaminación lumínica ciudadana, pero que permitía ver la luna en tímido creciente, 0,079 de fase, en Piscis, y por encima Venus y arriba de éste Júpiter majestuoso. Y debajo de los tres citados los minúsculos Urano y Mercurio. Como curiosidad para los no iniciados decir que las magnitudes para medir la luminosidad de los astros es un número que cuanto más negativo más brillante es el objeto astronómico. 

De SkyMap Pro 11.0. Luna en Piscis, Venus y Júpiter. 

Por ejemplo el Sol, el objeto más brillante del firmamento tiene una magnitud de -26.8, la Luna -7.0 –cuando está llena llega a magnitud -12-, Venus -4.2, Júpiter -2.2 y Mercurio que andaba más bajo de la Luna, -1.1. Por lo tanto al subir a positivo menos brillo. Ya puestos, diremos que Urano tenía el día de la observación, que fue el día 23 de febrero de triste memoria, una magnitud de 5.9, o lo que es lo mismo difícilmente visible a simple vista. El sistema de magnitudes o medición de la luz de las estrellas, lo introdujo en la ciencia el griego Hiparco de Nicea, a las más brillantes, después de la puesta de Sol las clasificó como primera magnitud, las que eran la mitad menos brillantes segunda, y así sucesivamente, todo ello a simple vista.

Osa Mayor o Carro y el sistema doble o triple de una de sus estrellas

Cuando hablamos de simple vista, decimos sin instrumentos. En la Osa Mayor, en lo que podemos metaforizar como la barra del carro, o en otras sociedades el mango de la sartén, hay tres estrellas principales que se separan del rectángulo al que están unidas, pues la del medio es un sistema triple, que están separadas, desde nuestra perspectiva visual, la mayor unos 11’52'' de arco, es decir nada, y la otra, la tercera y más pequeña -o más lejana, la pequeñez no es sinónimo sólo de pequeña- 16.4", pero que si en la antigüedad, a la hora de renovar el “carnet de conducir” el examinado separaba las dos más importantes con su vista, era motivo de una perfecta visión. Pueden ustedes hacer la prueba hoy en día y si no lo ven, con unos gemelos lo verán  perfectamente el sistema triple.

El sistema doble o triple ampliado

El cielo es una fuente de satisfacciones visuales. Decir también que los nombres de muchas estrellas vienen de nuestros antepasados árabes, que de griegos y otras civilizaciones ampliaron el catálogo. No hacen falta sofisticados artilugios, unos simples gemelos 7x50 o todo lo más 10x50, teniendo en cuenta que si aumentamos el primer número sin aumentar el segundo el campo visual será más pequeño y nos obligara a tener un perfecto apoyo para usarlos, porque cualquier movimiento nos molestará en la observación. 

Ver los anillos de Saturno, o Io, Europa, Ganimedes y Calixto, cuatro de los satélites de Júpiter, con unos simples prismáticos –antes he dicho dos veces gemelos- es una maravilla, y sobre todo verlos pasar, a lo largo de una noche, por el pequeño disco luminoso, como un sistema planetario en miniatura. Una carta astronómica, unos prismáticos, bien abrigado –si es en invierno-, y un lugar donde no nos veamos las manos ni siquiera, es lo único que se necesita para observar el cielo. Si vamos reduciendo cosas, reduciremos también los resultados de la observación en la misma medida.

Fotografías de autor 
Cartas astronómica de SkyMap Pro 11.0

jueves, 23 de febrero de 2012

CANAL DEL GUADALMELLATO (TRAZADO ACTUAL)

Comienzo del Canal, salida de debajo de la presa de Navallana

Después de haber comentado el trozo de Canal del Guadalmellato, que por la construcción de la Presa de San Rafael de Navallana, ha quedado bajo las aguas, y que sólo se puede ver cuando la sequía es considerable, procede comentar el resto de la obra, o gran arteria hidráulica que surte de agua una amplia superficie de agua a la vega del Guadalquivir, en su margen derecho desde el citado embalse hasta la localidad de Almodóvar del Río.

Presa de San Rafael de Navallana

El embalse de Navallana está a unos 27 km de Córdoba en la desembocadura del río Guadalmellato al Guadalquivir, unos cientos de metros por encima del Puente Mocho, conocida zona de baños de los cordobeses y a unos 16 km. de Alcolea. Este embalse se construyó en el año 1991 y se condiciona por la existencia de la presa principal del Guadalmellato y su explotación.

Sifón del Puente de los Piconeros

Su mantenimiento pertenece a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), su cuenca tiene aproximadamente 1.278 km/2, se nutre de una precipitación media de 879 Hm3 con una aportación anual de 167 Hm3. Su capacidad es de 157 Hm3. 

Cerca del Puente de los Piconeros

El paisaje de la Cuenca lo conforman elevaciones montañosas de pendientes suaves destacan Cerro Lobo, el Cerro del Gomero, El Gotillo, etc. La presa es de materiales sueltos con núcleo de arcilla, tiene una altura de 57,50 m. y una longitud de su corona de 364 m. El objetivo de este embalse es el de abastecimiento a la zona de Córdoba y regadío.

Túnel en el punto kilométrico diecisiete

Del margen derecho de la presa parte el Canal del Guadalmellato, que discurre por las estribaciones de la serranía, adaptándose a las curvas de nivel a lo largo de unos 48 kilómetros, y el caudal que puede soportar es de unos 10m3/segundo. Merece destacar el volumen de pérdidas que presenta, en función del deterioro de su cauce por el natural paso del tiempo, y que estima CHG de un 10 % de la cantidad de agua trasportada, y de un 40% según los ecologistas.

Zona de la Campiñuela

Hay que tener en cuenta que, riega unas 6300 hectáreas, y las distintas acequias que se derivan de él. Muchas de ellas ya no se usan por el avance natural del urbanismo poco más o menos que caótico, de la ciudad de Córdoba y sus barriadas, muchas de ellas las llamadas parcelaciones ilegales. 

Reja de limpieza del sifón del arroyo de Pedroches

Como decía en principio su nacimiento es por un canal subterráneo, posiblemente buscando la cota de nivel que permita su funcionamiento, del embalse de Navallana, luego a través de un puente sobre la carretera de la presa del Guadalmellato, inicia su marcha. En la salida de este puente estaba la continuidad del tramo ya desaparecido, y aún existe parte de la obra civil antigua.

Sifón del arroyo de Pedroches

Luego se introduce en un primer túnel, a la altura del Puente Mocho, ya citado, discurre por los terrenos del Cerro de los Marranos, deja atrás la estación elevadora del río Guadalquivir en las cercanías del Monumento a los muertos en la Batalla de Alcolea, pasa por debajo de él el arroyo de la Buena Agua y hace sifón después en el arroyo de Los Yegüeros. Luego discurre por la Parcelación El Sol y “sifonea” otra vez en el arroyo Guadalbarbo que como su nombre indica, estaba habitado en su momento por esta especie de peces y en el que desovaban.

Mecanismo de limpieza del canal

Luego el cortijo Montoncillo Bajo, el Montón de la Tierra para encontrarse con el arroyo Trujillo, de la Lancha y el Cementerio de la Fuensanta. Antes de pasar la Subestación Eléctrica, sale un ramal, una acequia pequeña que circundando el Polígono de la Quemadas por la margen derecha del río Guadalquivir, desagua frente del cortijo Cañaveralejo Bajo. Este ramal, cuando se produce una subida del Guadalquivir es la que se encarga de inundar la parcelación y los terrenos debajo de la cuesta de la Lancha.

Antes de entrar al camping municipal

Discurre por delante de la antigua Universidad Laboral, ahora Campus Universitario de la UCO, y un histórico paraje puenteando el arroyo de Rabanales, unos metros aguas abajo del Puente de los Piconeros, un puente medieval plagado de marcas de canteros en sus piedras, que seguro fue primero romano y después califal. Luego lo cruza por debajo el arroyo Mortero que es afluente del de Rabanales, en los terrenos del Majano. El arroyo de los Pradillos -en cuya estación de la línea de Almorchón, de su mismo nombre, sucedió un gravísimo accidente ferroviario-, también busca el de Rabanales casi en su desembocadura.

Reja de la Avda. del Brillante, entrada a la Confederación Hidrográfica

Y en los alrededores de las canteras y lago de Pedroches serpentea, donde se encuentra el km 17 con un pequeño túnel  en el cerro del Aulagar, delante del inmenso lago de la antigua cantera. Desde allí por la Campiñuela busca su principal accidente geográfico, el cauce del arroyo Pedroches, que salva con un importante sifón que está paralelo al antiguo puente de Pedroches vigilante de la antigua y destruida alcubilla del Sombrero del Rey. Ahí tiene un aliviadero que va a desaguar al arroyo por encima del puente romano, en la zona del Molino de los Ciegos.

Preciosa vista de la ciudad califal, San Jerónimo y el sinuoso recorrido del canal

Más entubamiento debajo de lo que será el enlace N432 con los Santos Pintados, otro sifón en la Fuente de la Salud y donde se construirá (¿?) el famoso y faraónico túnel futuro de la Ronda Norte -más dinero para los coches que se le restará a la cultura o a la sanidad-, para salir en las cercanías del Camping Municipal, pasar debajo de la carretera del Brillante y entrar en los terrenos de la sede de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Córdoba. Desde ahí hace frontera con el Tablero y enfila otra vez entubado para la Barriada de San Rafael de la Albaida, delante de la mole de lo que será Hipercor en la zona de Turruñuelos.    

Cerca del Centro de Visitantes de Medina Azahara

Ahora el arroyo de Los Lobos que tuvo puente califal, en el camino de servicio a la ciudad palatina de Medina Azahara, luego el de Los Nogales cuyo puente califal aún se conserva en la ruta de abastecimiento, y el de Vallehermoso que está datado pero no existe físicamente, en la entrada sur de la ciudad califal. Desde allí el Centro de Visitantes de Medina Azahara y camino de Córdoba la Vieja y toda esa suerte de parcelaciones que se han cargado la fértil vega del Guadalquivir para llenar el bolsillo de especuladores que se han hecho ricos sin ser tontos y en el poco tiempo que vaticinaba el Sr. Solchaga –“socialista” por más señas-. 


Finalización entubada en Almodóvar

Después Arroyo Mesoneros que es el que cruza Valdepuentes en el que en primera instancia no estuve, el Huerta de Mallorca,  Gorgojuela, arroyo y Cortijo de Jarilla, de donde sale otro ramal que va hasta Villarrubia. Arroyo del Alamillo en el cortijo de Cuevas Altas. Hondo y Guadarromán -donde existe una de las dos balsas que integran su recorrido-, que es ya término municipal de Almodóvar. Luego Cuevas Bajas, el Injertal y salida de otro ramal hacia el Veredón. Pasada por delante de dos grandes campos de producción de energía solar. El nuevo laboratorio de Pérez Jiménez con su problema laboral candente. Arroyo de los Peces y del Baldío. Cruce del Camino de los Toros y su fin en Almodóvar. En esta población vuelve a entubarse para buscar la salida al Guadalquivir. Tiene una calle que se llama de la Acequia, lo que hace suponer lo que era antes de ser calle. Y en el Guadalquivir finaliza una de las obras civiles más importantes de la ciudad de Córdoba.
Videos y fotos del autor y de Google
Bibliografía variada

sábado, 18 de febrero de 2012

CANAL DEL GUADALMELLATO (ANTIGUO TRAZADO)

Panorámica general del trazado del antiguo canal del Guadalmellato

Llevaba varios días dándole vueltas, al antiguo Canal del Guadalmellato. Esta importante obra civil, que forma parte de la memoria cercana y no tan cercana de los cordobeses. Importante tanto como cuando venía seco, como cuando rebosaba de agua, a pesar de sus muchas “goteras”. Esta obra lleva muchos años aliviando la sed de los campos de la vega cordobesa, ahora ocupados por multitud de parcelaciones clandestinas (una gran mayoría). En otras ocasiones a pesar de las prohibiciones de baño en la época veraniega, siempre era noticia porque ocurrían desgracias, el baño en él era muy peligroso, por su corriente, por la dificultad de salir en una emergencia, etc.,

Antigua presa de derivación desde donde partía el Canal del Guadalmellato

Mi suegro José Carnago fue mucho tiempo guarda-mantenedor del mismo. Su trabajo consistía en dar agua a diferentes arterias más pequeñas, o acequias, que derivaban de él, cerrando y abriendo las compuertas durante el tiempo marcado para el riego. Además de vigilar la picaresca del que quería, furtivamente, más tiempo de agua. O simplemente limpiándolo en épocas de no riego. Por él conocíamos muchas cosas del canal, al que iba y venía andando.

El canal por el margen izquierdo del río Guadalmellato

Luego cayó en mis manos un artículo de la Revista Obras Públicas, del Colegio de Ingenieros de Caminos, Puertos y Canales, del último año del siglo XIX, 1899, en el que se proyectaba la creación de un pantano en la cuenca del Guadalmellato, aprovechando las cuencas del Guadalbarbo, el Cuzna y el Varas, y los afluentes de estos, el Gato del Cuzna y el Matapuercas del Varas, en la zona de la finca  las Mestas, dónde se renombraban todos en el Guadalmellato. 

Otra vista aérea del canal inundado

El proyecto dentro del plan de 1902, de dotar de riego a la vega del Guadalquivir, en su margen derecha, era notablemente ambicioso. Pero lo curioso es que no fue el dictador (ninguno de los dos importantes que ha tenido este país, siendo el segundo el famoso inaugurador de los pantanos), sino durante la Regencia y posterior monarquía del Alfonso XIII, cuando se inició el proyecto, en lo que se llamó la Restauración.   

Otro túnel del canal y la carretera del pantano Guadalmellato

Se perdieron las colonias y estaba próximo el inicio del siglo XX. Pero centrándome en el Canal del Guadalmellato y partiendo del documento citado, comencé a hacer memoria de lo que significaba “el canal”, como vulgarmente se le conoce en Córdoba. Hubo una zona de baños famosa, con sus “chiringuitos” y todo, que se llamó “Los Sifones”, camino de la presa del pantano del Guadalmellato, a la que en 600, Renault 4, Vespa o Lambretta, Guzzi Hispania, en Isocarro, o simplemente en bicicleta, la gente frecuentaba en verano. Esa zona fue la chispa o el elemento principal del recuerdo, allí estaba el canal que venía del pantano del Guadalmellato y que dejó de funcionar en el 1991, año que se construyó San Rafael de Navallana, por ello el canal del Guadalmellato debió bautizarse de nuevo y llamarse Canal de Navallana por ser ese su origen.

Vista del canal inundado cerca de los sifones

En uno de los recorridos de Medina Azahara, mi amigo Antonio Lozano, me aclaró un poco las ideas comentándome que el canal en los sifones se perdía por la sierra, es decir se hacía subterráneo. Yo había encontrado parte de la obra civil, colmatada por el tiempo, dónde se une al actual, en el puente y algo más arriba. Mi compañero Roberto me comentó haberlo visto en sus correrías esparragueras. Pero no encontraba el nexo de unión entre los sifones y el actual canal, la salida del túnel.

Traza del canal en la orilla izquierda y puente de los sifones abajo, vuelo 1956

El viernes pasado 17, dando un paseo de quince kilómetros por el mismo, y al pasar por la Confederación tuve la suerte de que con motivo de no poder fumar en los organismos, un amigo, Antonio Lara, que trabaja allí estaba en la puerta, me llamó la atención y aproveché después de los saludos para preguntarle si podrían aclarar mis dudas. Amablemente me atendió y me presento a un ingeniero técnico con el que hablé en su despacho pero me recomendó a un ingeniero superior, D. Pedro Escribano, que amablemente, durante el corto tiempo que le permitió su trabajo me aclaró varias cuestiones, y me señaló el sitio dónde está la salida del túnel, porque la entrada está inundada.

Vuelo de 1956 en el que se ve perfectamente la traza del canal desde la salida del túnel

Antes de lo anterior había hablado con mi amigo Vicente Suarez, por si la empresa donde trabaja tenía datos o cartografía antigua, aunque a él le pregunté no por el canal sino por otra conducción concreta, la de la traída de agua del pantano Guadalmellato a la potabilizadora de Villa Azul en Córdoba, que me ofrecía también unas dudas. Vuelta a consultar el vuelo de los americanos de 1956, las cartas del Servicio Geográfico del Ejército y las hojas que obraban en mi poder (quien guarda halla), en las que figura perfectamente el detalle. Luego, aprovechando los vuelos posteriores, de Google y Bing, fui siguiendo todo el recorrido inundado y el terrestre, los restos de la obra civil hasta la unión con el actual canal cuyo punto de partida es el Embalse de San Rafael de Navallana.

Restos del antiguo canal en la confluencia con el actual (puente sobre la carretera)

Me dijo D. Pedro Escribano que le habían puesto un “tapón” de hormigón en la entrada, y es normal cuando la inundación de Navallana llegara al canal seguro que sin “tapón” se desaguaría hasta nivelarse el embalse de derivación citado. Ese túnel viene a medir aproximadamente unos mil cuatrocientos metros, y parte de una cota que estará en los ciento cincuenta y tantos -todo es aproximado-, aunque esos datos solo me sirvieron para la búsqueda de la salida, equilibrando cotas porque su conducción es por gravedad, y como ésta está ya localizada no son de mucha importancia.

Revista Obras Públicas, año 1899

“Pantano del río Guadalmellato o de Las Mestas.

El río Guadalmellato, afluente directo al río Guadalquivir por la margen derecha, nace en la confluencia de los ríos Guadalbarbo, Cuzna y Matapuercas. Se presenta en dicha confluencia u origen un vasto recipiente limitad por elevados cerros de donde sale el río por la estrechura llamada de la “Tiesa”, punto muy indicado para el establecimiento de una presa de embalse. Esta presa, con 50 metros de altura y 140 de longitud en su coronación, podría embalsar más de 124 millones de metros cúbicos, cantidad que excede notablemente  de la capacidad de los mayores pantanos de España; la posibilidad de llenar tan vasto embalse, resulta evidente con sólo el dato de que la cuenca de alimentación pasa de 1500 kilómetros cuadrados y la naturaleza rocosa de la misma.

Las aguas de este pantano seguirían el curso del Guadalmellato en una longitud de 8 kilómetros hasta la tablea de Don Sancho, y estableciendo en este punto una pequeña presa de derivación, arrancar en canal por la margen derecha del río hasta el arroyo de “Arenas doradas” y desde aquí con un túnel de 3.500 metros salir al arroyo Guadalbarbo, evitando así el considerable desarrollo que necesitaría el canal en las abruptas laderas del Guadalmellato para salir al valle del Guadalquivir. Una vez cruzado el arroyo de Guadalbarbo, el canal no ofrece dificultad de ninguna clase hasta Almodóvar, pudiendo regar las fértiles vegas de Córdoba y dicho punto en extensión de 15.099 hectáreas. La longitud del canal será de 48 kilómetros. El coste de alzado de todas las obras puede evaluarse en 3.809.000 pesetas.

Puede asegurarse que esta región suministra aguas suficientes para llenar más de una vez depósito tan considerable, teniendo en cuenta la extensión de la cuenca, la impermeabilidad de los terrenos que la constituyen, de rocas pizarrosas en su casi totalidad, pertenecientes al grupo siluriano, y la altura de la capa de agua de lluvia, pues aun suponiendo que, la cuenca quede reducida a 1.200 kilómetros cuadrados, ó sean 1.200 millones de metros cuadrados, bastaría una capa de agua de 10 centímetros para producir un volumen de 120 millones de metros cúbicos; ahora bien, la altura de lluvia anual en la estación meteorológica de Córdoba ha sido en el año de 1898 de 510,60 milímetros, y dicho año no ha resultado abundante en lluvias. La citada estación dista próximamente 23 kilómetros, en línea recta, de la cuenca del Guadalmellato. A pesar de le expuesto, y para mayor confianza en los datos, se ha fijado una escala en el perfil de emplazamiento de la presa para determinar la sección mojada en los diferentes estados del río, tomando además datos de velocidad de la superficie de las aguas.

Para el aprovechamiento de las aguas de este embalse, la Dirección Hidrológica estudia el trazado de un canal de riego derivado del río Guadalmellato, 8 kilómetros aguas abajo del punto elegido para emplazamiento de la presa del pantano. Se utiliza, pues, el cauce natural del Guadalmellato, en la longitud expresada, para conducir las aguas procedentes del embalse, disposición que, además de disminuir considerablemente la longitud del canal muerto, ofrece la ventaja de salvar grandes accidentes del terreno, que se presentan en la región superior, y que harían más difícil la realización de esta obra. Hecha la elección del punto de derivación del canal en un sitio a propósito para emplazamiento de la presa aguas abajo de la cerrada, que se designa con el nombre de Tabla de Don Sancho, resta estudiar las condiciones de esta presa, cuya altura no excederá, de 4 a 5 metros.

El canal, a partir de este punto, se dirigirá por la margen derecha del Guadalmellato, faldeando una ladera de poca pendiente, que forma extendiéndose la parte más ancha del valle del Guadalmellato. En una longitud de 2.500 metros no se presenta accidente alguno notable, y únicamente algunos barrancos de poca importancia hasta llegar a la desembocadura de arroyo “Aguas Doradas”, en donde el río cambia completamente de dirección describiendo una curva casi circular, barrada en la margen derecha por elevadas sierras, que constituyen la divisoria entre este río y el Guadalquivir. Se pensó en un principio continuar el trazado del canal por la indicada margen derecha del Guadalmellato, siguiendo el curso del río, rodeando la sierra hasta ganar las estribaciones opuestas que dan principio al valle del Guadalquivir cerca de Alcolea, pero en vista del desarrollo tan grande que era preciso dar al canal, y la importancia de las obras de fabrica necesarias para salvar extensos y profundos barrancos, se decidió estudiar otra solución, que consiste en atravesar la divisoria en túnel desde el arroyo “Aguas Doradas”, afluente del Guadalmellato, hasta el arroye Guadalbarbo, afluente del Guadalquivir. La longitud total del túnel en línea recta es de 3.500 metros, y la profundidad máxima con respecto al punto más alto de la divisoria, es de 292 metros.

Desde luego, por muy atrevida que parezca esta obra, es una solución que ofrece positivas ventajas si se la compara con la indicada anteriormente, que exige una longitud de canal muerto de más de 38 kilómetros, con grandes obras de fabrica para el paso del canal por profundas cortaduras y barrancos de la sierra, dando lugar, por el excesivo desarrollo, a una pérdida considerable de altura. Por otra parte, la naturaleza geológica de los terrenos que forman esta gran divisoria, el estrechamiento de la misma entre los profundos cautos del Guadalmellato y del Guadalbarbo, todo induce a pensar en la posibilidad y conveniencia de atravesar la divisoria en túnel, empresa que, a nuestro juicio, no habría de presentar dificultades insuperables. La boca de salida del túnel situada en la margen izquierda del arroyo Guadalbarbo, y a poca altura sobre el fondo del mismo, ofrecería condiciones inmejorables para el paso del canal a la ladera opuesta, recogiendo al propio tiempo por medio de una pequeña presa las aguas de este arroyo, que son abundantes en invierno.

Se ha continuado después el estudio de la traza del canal siguiendo por la margen derecha del Guadalbarbo, en una corta longitud de 2 a 3 kilómetros, hasta salvar esta estribación de la sierra en un punta donde se domina ya todo el valle del Guadalquivir, en el término de Córdoba, y se ha proseguido el estudio de la traza faldeando la sierra de Córdoba hasta llegar frente a esta ciudad, con una altura de 15 metros sobre la estación de los ferrocarriles, y una longitud total de canal que es próximamente de 25.801 metros.

En todo este trayecto no se han presentado accidentes del terreno que merezcan especial mención; el canal se desarrolla con facilidad por laderas de peca pendiente, y únicamente es digno de estudio detenido el paso de la carretera de Córdoba a Almadén, a la vez que el arroyo Pedroches, profundo barranco que se presenta a continuación de la carretera, constituyendo en conjunto un paso difícil que requiere una obra de verdadera importancia.

En la actualidad, la División Hidrológica trabaja en el estudio de este canal, cuyo trazado se propone continuar hasta Almodóvar, población situada a 23 kilómetros de Córdoba.”


Plano del Servicio Geográfico del Ejército, L-Córdoba-hoja 16-37/923 -1993.

Pero no se siguió el proyecto, y el canal continuó por la margen izquierda hasta lo que llamamos Los Sifones y desde allí por un Túnel bajar paralelo a la carretera, para buscar la curva donde hoy está el enlace con la salida actual de San Rafael de Navallana. Por otro lado, el proyecto, o la idea, si sirvió para la traída de aguas del Guadalmellato a Córdoba, desde Las Huertezuelas hasta el cortijo de la Tierna Baja a orillas del Guadalbarbo, para las dos conducciones, pero eso será necesaria otra entrada.

Portada Documento del plan de 1902
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Fotografías de Bing y del vuelo de 1956
Bibliografía Revista de Obras Públicas

miércoles, 15 de febrero de 2012

EL MONTE TESTACCIO DE ROMA

Una vista de la colina o Monte Testaccio de Roma

En la visita cultural que hicimos a Peñaflor hablamos del comercio de aceite que desde esa zona se tenía con  Roma, un amigo me comentó la historia del Monte Testaccio en Roma o como ellos lo llaman Monte dei cocci, que yo desconocía, y lo curioso del mismo es que consiste en una colina artificial de unos cuarenta metros de altura, generada entre el siglo I y III d.C. con los restos de las ánforas de aceite que llegaban a Roma desde los distintos lugares del Imperio. Tiene un área de unos 20.000 m2 en la base. 

Vista aérea de la colina de aspecto triangular

Como puede verse en la fotografía aérea de Google, es de forma triangular y los restos de las ánforas, según estudios, no configuraban un basurero desordenado no casual, era una estructura organizada en terrazas, como puede verse en otra fotografía, con sus muros de retención fabricados con el mismo material. Por las marcas de las ánforas se puede conocer su origen. Se estima que el porcentaje, o los porcentajes son de un 80% de la Bética, un 17% de Tripolitania, y el 3% restante de la Galia, de la propia Italia y algunas orientales. Tienen notable importancia algunos restos provenientes de Lora del Río (ATAXI en la antigüedad) cuyos barcos salían por el Guadalquivir hasta el puerto fluvial de Roma.

Terrazas ordenadas de los restos de las ánforas

Después de vaciar el contenido de los recipientes, se transportaban al Monte Testaccio, posiblemente por animales de carga en grupos de cuatro y allí, en el destino se rompían. Para evitar los olores de los restos se echaba encima cal, ya que no era rentable lavarlas y trasladarlas nuevamente a su origen, es decir eran envases que no se reciclaban. Lo que demuestra que en todas las épocas se cuecen habas, ahora es el plástico de difícil degradación, pero lo cierto es que estos restos, naturales por cierto, llevan ahí la friolera de dos mil años.

Para hacernos una idea de la ubicación de la colina, a orillas del Tiber y dentro de la muralla Aureliana

Los investigadores dicen que la construcción de la colina pudiera haberse realizado -por las fechas de las ánforas-, en tres fases desde el 74 a.C. al 149 d.C., una segunda que llegaría hasta el 230 d.C y la tercera que continua investigándose. Las distintas inscripciones en las ánforas determinan el comercio existente entre la península ibérica y Roma. 

Detalle de una inscripción o sello comercial

Se puede estimar que el aceite trasportado permitió cubrir la dieta de más de un millón de personas, a un promedio de seis litros año, durante 250 años.  A finales del siglo XIX se iniciaron las investigaciones con rigor por arqueólogos de prestigio, e incluso arqueólogos españoles en 1989 llevaron a efecto investigaciones en colaboración con el Departamento de Ciencia de la Universidad de Roma. Como curiosidad en la colina o monte Testaccio, se han construido cuevas para el almacenamiento de vino, por la constante temperatura de unos 17 grados centígrados que tiene.  Al final, las empresas italianas siguen con la comercialización del aceite andaluz.

Fotos de Wikipedia y Google
Bibliografía de Wikipedia