domingo, 13 de mayo de 2012

TABERNA "LAS CUATRO PUERTAS", PALACIO DEL MARQUÉS DE SANTA ROSA


Fachada actual de los que fue la taberna las Cuatro Puertas

Calle Judería, confluencia con Manríquez, en un inmueble que formó parte del palacio del marqués de Santa Rosa, en el mismísimo corazón de la plaza del mercado que formaba esa calle, estaba la taberna Las Cuatro Puertas. En el antiguo palacio de los marqueses de Santa Rosa estuvo, en 1932-33, la escuela Politécnica Superior,  luego ésta se trasladó al antiguo Gobierno Civil (calle Carbonell y Morand) y después al Parque Cruz Conde. Después de la guerra, en 1940, se instaló allí Santa Rosa-Auxilio Social. Esa organización de la guerra civil, creada por Mercedes Sanz Bachiller, viuda de Onésimo Redondo, que primero se llamó Auxilio de Invierno, a similitud de otras organizaciones de la Alemania fascista. 

Entrada al antiguo palacio del marques de Santa Rosa , actual delegación de la Junta

Quienes vivimos en ese barrio sabemos de la cantidad de niños que allí se trataron de adoctrinar con métodos fascistas, pero no lo consiguieron. Muchos de esos niños cuando salieron del centro de adoctrinamiento fueron notables dirigentes de partidos de izquierdas. No era la democrática “Educación para la Ciudadanía” lo que allí se impartía.  Tuvo vigencia la organización hasta bien entrados los años sesenta del siglo XX. Los porteros de Auxilio Social tenía varios hijos, uno de ellos Luis, “Luisito”, un importante futbolista, otro Diego, compañero cobrador de Aucorsa. Hoy en día, el edificio lo ocupa la Delegación Provincial de Empleo de la Junta de Andalucía, posiblemente por la herencia administrativa de la propiedad estatal. 

Ricardo Belmonte y Cárdenas, I marqués de Santa Rosa

Un paseo por los antiguos propietarios. El primer marqués de Santa Rosa fue Ricardo Belmonte y Cárdenas, Dr. en Derecho por la Universidad de La Habana, Cuba. Se casó con Rosa González-Abreu de la burguesía cubana. Luego sucedió en el marquesado a Ricardo, su hijo Ricardo Belmonte González-Abreu, y después su nieto Ricardo Belmonte Belmonte que, según el BOE de 19 de mayo de 2007 por fallecimiento, cede el título a su hijo  Ricardo Francisco Belmonte de Viguera que es el IV marqués de Santa Rosa. Un hermano del primer marqués, Bartolomé, fue alcalde de esta ciudad (1878-81/1884-86), doctor en Medicina y Fundador de la Cruz Roja. La calle Conde de Cárdenas está dedicada a él. León XIII lo nombró Conde Pontificio. La familia tenía un cortijo, en la N331, subiendo la cuesta del Espino, dirección Málaga a la derecha, edificado a imagen y semejanza de la arquitectura colonial cubana, que ahora está destinado a celebraciones.

Esquina actual de la antigua taberna

Es significativo que tratamos de hablar de una simple taberna de barrio, y acabamos hablando de la burguesía o aristocracia local, y de organizaciones fascistas. La impronta que dejó la dictadura en nuestra historia reciente es abrumadora, no tocas en ningún sitio que no te manches de esa parte negra de nuestra historia.  José López de la Manzanara, fundó esta taberna y Rafael Gálvez fue el primer mozo que tuvo. En ese tiempo no había grandes ofertas turísticas en la zona, Sinagoga, Mezquita y las calles del barrio, poco más. Tenía fama de buen vino y como la mayoría de las tabernas, un selecto surtido de aceitunas, partidas, vinagre y cebolla, ajo  y alcaparrones en verano. La cocina era prácticamente nula, salvo algún trozo de chorizo, morcilla, o queso, pimientos o pepinillos.

Al fondo la ruina y puerta del local de Centella el sereno del barrio

Rafael Gálvez era un hombre amable y gozaba de ascendente con los vecinos del barrio y de otros barrios, que eran clientes de paso. Como todos los bares fue una fuente de anécdotas a cual más graciosa. Esta taberna la frecuentaba un pintoresco personaje, D. Eduardo, que decía ser descendiente de unos indianos muy ricos, que eran los marqueses de la Real Fortuna, y un día viniendo de América, en un barco cargado de oro, fueron atacados por unos piratas. Se les acabó la munición de los cañones y tuvieron que disparar lingotes de oro hasta vencer al enemigo. 

El tunante de la taberna -siempre hay uno-, le dijo:

–D. Eduardo qué lástima que tirara el oro a los piratas su pariente, si no Vd. no le dejaría ahora los medios fiados a Rafael. 

D. Eduardo, haciendo gala de una educación exquisita, se lió en su raída capa y se marchó ridiculizado. La verdad es nunca andaba muy bien de dinero y el tabernero le dejaba fiado a sabiendas que a lo mejor no cobraría.

Anagrama de Auxilio Social

Rafael Gálvez falleció y la taberna la tuvieron sus hijos un tiempo. Después, cada uno siguió unos derroteros distintos. El mayor de ellos montó una gestoría, que no le fue nada mal. La vida, por el contrario, le dio algunos palos fuertes, primero le quitó un hijo con un accidente y luego su esposa de cruel enfermedad. Tiempo después, se unió a la hermana de un amigo, natural de Villafranca, yo les rodé en vídeo la boda. La verdad es que a última hora ha sido bastante feliz. Justo es decir que es una buena persona, como su padre y en el fondo se lo merecía. Durante un tiempo, un local que dentro de la ruina aún quedaba en pie, fue el centro de operaciones de Centella, el sereno del barrio. Hoy en día, como casi todos los inmuebles del barrio de la Judería, es una tienda de recuerdos.

Fotos del autor y de Internet.
Bibliografía personal y de M. Carreño.

10 comentarios :

Anónimo dijo...

Es precioso, deberías sacar todos los artículos en un libro (o en varios), j. de montilla.

Paco Muñoz dijo...

J. de Montilla. Muchas gracias por tu consejo, pero ya le contesté a Mike el otro día, yo no veo esto para un libro lo primero, y publicar ya está publicado, para todo el mundo. A un libro no accede todo el mundo.
¿Sabes lo que se aprende? tienes que consultar en muchos sitios, muchas cosas son de tu propia memoria, pero sin instrumentos para consultar sería imposible, luego estáis los amigos que aportáis siempre mucho, a lo mejor sin daros cuenta, porque en el fondo la cuestión con estas historias es estimular la memoria de los demás, para sacar siempre, aclarar, desmentir o contrastar cosas.
Un abrazo J. y nuevamente gracias

Anónimo dijo...

Hola Paco, entiendo tu postura pero en un libro asequible para todos los públicos sería maraviloso, jejje, cualquiere día desaparece el blog y nos quedamos sin toda esta información tan valiosa.

Paco Muñoz dijo...

Desde ese punto de vista llevas razón, estoy tratando de trasladarlo a un dominio de mi propiedad, así es mas difícil la desaparición, ya lo he pensado muchas veces. Luego están los enlaces a las fotografías etc. la verdad es que es un lío.
Saludos

Diego Cardador dijo...

Paco conozco el Cortijo de Santa Rosa porque está al lado del cortijo donde trabajaba mi padre y ahora trabaja mi hermano. Ha sido una sopresa para mí descubrir que hasta tiene un marquesado...

Muy buena entrada como siempre, yo apoyo también la idea del libro que leo por aquí arriba.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola Paco tambien yo me llamo Diego y soy hijo del Diego que mencionas en el articulo, nieto de la portera y tambien sobrino de "Luisito", vivi en alli hasta los dos años que le concedieron a mi padre un piso en el Sector Sur (barrio de la Guita).Ambos han fallecido ya por lo que te puedes hacer una idea de lo emotivo que ha sido para mi este articulo, te agradezco la mención y el recuerdo de ellos. Un cordial saludo de Diego Diaz Fernandez.

Paco Muñoz dijo...

Amigo Diego Cardador si efectivamente era de la familia. Me alegro haber contribuido en algo, lo mismo que tu contribuyes a mi conocimiento de tu patria chica. Muchas gracias por todo y especialmente por tu último párrafo.

Paco Muñoz dijo...

No sabes la alegría que me das Diego de decirme que tu eres descendiente de esa buena familia. Diego fue compañero a última hora de Aucorsa, yo trabajé allí 69-73. Lástima no poder preguntarle. Era muy amigo de mi primo Cándido, íntimos, también fallecido, y tu abuela de mi madre. Nosotros vivimos en Medina y Corella 4, un poco tiempo y en Cardenal Herrero en la barbería hasta el 1969. Tu tío Luís un fenómeno, yo no era muy entendido, pero mi padre y mis primos sí y por boca de ellos habló. Nació en otra época. Se casó, me parece con la señora de la droguería, por encima de Los Califas. Que barrio y que tiempos, cierra uno los ojos y lo puede ver todo. Cándido el carnicero; el bizco de las zapatillas, Juan de Dios, ultramarinos y tantos etc. Me alegro mucho, como le he dicho a tu tocayo, de contribuir con el recuerdo. Buena gente tu familia, pero es que en realidad no había mala, hago un esfuerzo y no consigo encontrar malas personas.
Un abrazo
PD:Mira aquí por favor
http://notascordobesas.blogspot.com.es/2009/07/estas-alturas-de-la-vida-se-ve-la.html

Anónimo dijo...

Como te decia en mi anterior comentario, yo me fui de Auxilio Social con solo 2 años, pero mi padre siempre mantuvo viva en mi la llama del barrio del que estaba enamorado, y siempre me contaba anecdotas, recuerdo de pequeño ir todos los sabados a "Casa Tere" una tienda pequeña en la Plaza de Juda Levi, donde mi madre hacia la compra semanal. Una tienda en la que aun vendian el Cola Cao al peso en papel de "estraza", o los arenques en unidades de una caja redonda de madera, el aceite por cuartillos con una bomba manual, etc. que te voy a contar a ti. Efectivamente mi tio Luis caso con la de la drogueria mi tia Pepi, ambos con sus 3 hijas emigraron a Holanda donde fallecio mi tio. Por todos lados me asaltan recuerdos del barrio. Yo tambien trabajo (siguiendo la tradicion) en Aucorsa entre en el 79 y hasta ahora, entre como aprendiz de mecanico y mi primer maestro fue otro personaje del barrio, Manolo Tabares que fue pinche en la tienda de Candido. No se si recuerdas tambien a mi tio Carlos que quiso ser torero, y acabo trabajando en otra institucion desaparecida de nuestra Cordoba, la libreria Luque de la calle Gondomar. Saludos Diego Diaz Fernandez

Paco Muñoz dijo...

Diego no sabes la alegría que me das con tus comentarios. No sabía que entraste en la empresa en el 79, yo estuve del 69 al 73, de cobrador. Pienso que la mayoría de los que entramos en esa fecha ya están jubilados; Baena; Jiménez; Ariza; Palomino; Gastón; yo, etc. fuimos nueve porque uno se quedó fuera. Nos llamaron “los diez de últimas” como el programa de la tele. Sabes que estuvo en ella “Malospelos” hijo de Manola de la Judería, y se fue a la policía, y luego su hermano Paquete, que se ha jubilado en ella. Yo tuve un carguillo del 93 al 95 en la empresa, y me formó una Gastón en el patio, de película. Luego después se disculpó, pero no se acordaba de nada, yo no se lo tomé en cuenta porque iba de grana y oro ese día, cuando estaba el bar allí en la esquina. Que plantilla. Yo me juntaba con los más prendas, que tenían un código ético muy “sui generis”, y un concepto de la amistad muy especial.

No recuerdo a Tabares pero seguro que lo conozco, mi madre compraba allí. Cándido era un personaje, era el clásico arquetipo de cordobés. Recuerdo que yo frecuentaba su casa del Alcázar Viejo y tenía un loro que a un niño no te puedes imaginar la impresión que daba el animal. Casa Tere y Valle la lechera, la mujer del gallego de la Uva. Tu tío Carlillos. Claro que me acuerdo de él, mi primo Paco también trabajó en la Luque, creo que Carlillos –ojalá viva- tendrá la edad de mi primo Paco, setenta y algo, me parece que era el pequeño de los hermanos. Iban con un carrillo de mano repartiendo libros, eso ahora es impensable, repartir libros. Siempre que entraba a la librería lo buscaba para que me atendiera él.

Lamento que ese extraordinario futbolista haya fallecido, y tan lejos de su casa, pero claro las edades no perdonan. Tu padre y mi primo Cándido (ya fallecido también) eran íntimos amigos, y también de correrías. Siempre comentábamos un episodio de Diego, en verano, de noche, tarde, en la puerta de mi casa, con unas copas de más, con mi primo, y cogió un “perrerón” Diego con un melón, aquello fue graciosísimo, hasta que se hartaron. Claro las familias sentadas en la puerta en las sillas de enea y ellos a lo suyo, y nadie más porque esos barrios de noche eran sólo de la vecindad. Cándido, mi primo, trataba de llevarse a Diego para su casa, estaba pesado como todos cuando nos tomamos dos copas, pero gracioso a más no poder, o empleando una expresión muy nuestra, de Córdoba, “a to meter”. De ellos queda Paco mi primo, cuando lo vea le comentaré esto que estamos hablando. El vive en Conde y Luque, compró un piso allí.

Diego muchas gracias, no sabes como afloran los recuerdos.