martes, 16 de octubre de 2012

LOS MILIARIOS DEL ARCO DE BENDICIONES DE LA MEZQUITA


Arco de Bendiciones o de Las Palmas con los miliarios

El abate Ponz fue un viajero ilustrado, historiador, que por encargo de Campomanes, ministro de Hacienda, realizó un viaje para comprobar los bienes de la compañía de Jesús, expulsada por Carlos III (1767). En ese viaje Ponz escribió en forma epistolar, 17 volúmenes, cuyo tomo XVII estaba -entre otras  poblaciones-,  dedicado a Córdoba.

Es una delicia leer estos textos dedicados a la ciudad que quieres y donde vives, y sobre todo se comprueba que siempre es lo mismo en todas las épocas. Las mismas alteraciones de las cosas, la destrucción de otras, y la realidad de muchas. Son muchas las curiosidades que conoces y otras que se comparten, en este caso por el viajero del siglo XVIII.

D. Antonio Ponz

Nada más que ver el tratamiento que le da al cautivo de la Mezquita:  

“En estas columnas hay grabado un Crucifixo pequeño, que dicen fue hecho con las uñas por un esclavo Christiano estando amarrado á ella las manos atrás; y lo más extraño es la lápida puesta en la pared, y un dístico en la misma columna sobre el asunto, donde está escrita la historieja.” Dice que dicen, se extraña de la lápida de la pared y sobre todo lo tacha de “historieja”. Si viera ahora la parafernalia que tiene el cautivo alrededor…

Luego se refiere al templo catedralicio y cita una curiosidad: “Una de las particularidades de este Templo es la de quedarse dentro de él dos grandes perros de guardia por la, noche: algunos lo extrañan, porque no sabe que al principio de este siglo robaron las preciosas joyas que tenia la imagen de nuestra Señora de Villaviciosa en su retablo. La última vez que he estado en Córdoba fue en Semana Santa, y pude ver armado el monumento, que me agradó. Es obra de Juan Alfaro: su planta és cuadrada, y su decoración de seis pilastras, quatro columnas, etc.”

Miliario de la izquierda del arco

Lo de los perros es curioso. Lo del monumento ¡pocas veces hemos jugado en él! y hemos sentido el apaleo anual de sus cortinajes para quitarles el polvo de un año, con largas varas de mimbre en las galerías del Patio de los Naranjos, o los Patios como se solían llamar.

Después lo más llamativo es los de los miliarios romanos que franquean la puerta de Las Palmas o de Bendiciones. Con inscripciones que, ha tenido que venir, por lo menos a mi D. Antonio Ponz para aclararme algunas dudas, metafóricamente hablando evidentemente. No tiene desperdicio el texto al que he procurado no quitar ni una coma, ni los acentos a la letra á:

Miliario de la derecha del arco

“Tiene este gran Templo diez y seis puertas, pero las mas están cerradas. En una de las principales, que pertenece al patio de los naranjos; hay en los lados del ingreso dos columnas miliarias muy celebradas, y que han dado en que discurrir á los Anticuarios: tienen los letreros siguientes:

Estas dos columnas miliarias se encontraron sepultadas el año de 1532, en donde es ahora el Crucero de la Catedral: son de mármol, y señalan el número de millas que había desde allí á Cádiz, esto es, desde el Templo, de Jano Augusto, que se supone estuviese en Córdoba junto al Betis, y en el mismo sitio donde ahora la Catedral. Si este Templo fué verdaderamente dedicado al Dios Jano, como parece de las inscripciones referidas, y lo sienten así los eruditos que han tratado de Córdoba; ó si los de la Colonia Patricia lo erigieron para adular a Octaviano Augusto, atribuyéndole los honores de la divinidad con la denominación de Jano; es punto curioso y disputable entre los que se deleitan en estos insignes monumentos. El Cura de Montoro parece haber sido, el primero que suscitó esta duda inclinándose á lo segundo. Dígaselo V. á nuestro amigo, que tal vez será de la misma opinión, sabiendo quanta fué la vanidad dé este y otros Emperadores, que creyéndose Señores de la tierra, á pesar de su mortalidad, no reusaron los honores de divinos que la adulación solía atribuirles.

Texto del miliario de la izquierda con el añadido

El mismo Octaviano, sufrió viviendo que los de Tarragona le dedicasen templo y aras con el nombre de Deo Augusto, y asimismo que los Atenienses dedicasen al Genio de este Emperador un Templo que hablan empezado  á construir en honor de Júpiter Olímpico (Suetonio cap.60). Aun tenemos estatuas que representan á varios Emperadores con insignias y aspecto de Dioses; y Octaviano consintió que á Livia se le tributasen todas las honras de las Deidades en Templos, é imágenes, estableciendo, Sacerdotes á su culto, (Cornel.Tacito ñibI. Annal.).

Hay otras cosas notables en estas dos columnas miliarias, y son que sobre haber reparado los dos Emperadores que en ellas se nombran el camino desde Córdoba; ó Jano Augusto, hasta Cádiz de ciento y catorce millas, ó hasta el Templo de Hércules en la Costa del Océano, inmediato á aquella Ciudad, que , era la célebre peregrinación de la gentilidad en aquellos tiempos; se escribieron también en la época memorable de nuestra redención. En la última línea de las dos inscripciones, aquella T. al revés quiere decir ciento, pues siendo la L cincuenta en los números Romanos, tuvieron el capricho al escribirla de extender la rayita de abaxo, para doblar el número en lugar de poner la C. con que regularmente entendían ciento. El primero a descifrar este enigma fue el Licenciado Franco.

Texto del miliario de la derecha que también tiene otro añadido

El año de 1730 se renovaron las letras, de dichas columnas miliarias, y dice Ruano que en la de Augusto se añadió por ignorancia: hoc anno natus est Christus; Pero un escrupuloso Antiquario desde ahora digo que tendrá por mas ignorancia el haber añadido aquella circunstancia en la columna, pudiéndolo haberlo hecho en alguna otra piedra puesta en la pared cerca de ella. Lo mas cierto es que en aquel año nació Christo.”

O sea que aparecen unas columnas miliarias, en 1532, en las obras del crucero de la catedral, y las ponen en la puerta de entrada. Discute la dedicatoria de las mismas, entre la adulación de “los de la Colonia Patricia” a Octaviano Augusto o al dios Jano. Que el cura de Montoro es el que se inclina por la primera opción. El cura de Montoro no es el del tabaco: “El tabaco de Valdivia, dice el cura de Montoro: ¡Este sí que es cosa buena, el del estanco es un robo!”. Y luego cita a un licenciado, que se llama como se llama, que es el que descifra el enigma de la T invertida, que estima significa ciento, doblando la L de cincuenta. Y finaliza citando la barbaridad de añadir a los textos de los miliarios, en 1730 la frase referida al año de nacimiento de Cristo. El de la derecha también tiene otro texto pero supongo que sería posterior al viaje de Antonio Ponz ya que no lo cita. Más o menos como clavetear las paredes de la Mezquita para colgar un cuadro de la Madre Teresa de Calcuta, que no es que no se merezca esta señora un lugar prominente, pero no desde luego en la pared de un edificio Patrimonio de la Humanidad. Por menos van o han procesado, a un grafiti en la Alhambra.

Fotografías del autor
Bibliografía Viaje a España, Antonio Ponz

5 comentarios :

Lansky dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lansky dijo...

He leido muchos pasajes de los 17 tomitos (los que yo he manejado son de bolsillo: octavo menor, dice el argot bibliófilo), aunque nunca enteros y seguidos (no me parecieron nunca una lectura adecuada para eso), y siempre me ha encantado lo que encontré en ellos.

Impresionantes miliarios

Manuel Marcos dijo...

Entretenida historia llena de sabrosos vericuetos, Paco, de enigmas resueltos o por resolver. Me place sobremanera esta dedicación a los lugares por los que solemos pasar sin reparar en nada. Un abrazo.
Salud

Paco Muñoz dijo...

Lansky, ahora con las nuevas tecnologías se ha perdido ese tipo de investigación de campo. Ayer estuve trabajando sobre el viaje de Cosme de Medicis el heredero del Ducado de la Toscana, concretamente con el "fotógrafo" que llevaba en el séquito, Pier María Baldi, y es una maravilla que gracias a eso podamos tener dibujos y datos sobre las ciudades españolas en el XVII. Un saludo y muchas gracias.

Paco Muñoz dijo...

Manuel, es cierto, pasamos por muchos sitios de nuestra ciudad y solo es necesario escarbar en la pared para sacar algo de interés. Esto concretamente es el atentado de la religión para marcar algo que debió ser intocable, pero es lo mismo en todas las religiones, no exclusivo del catolicismo, aunque esta la considero mas intransigente, quizás por conocer más sus actuaciones.
Salud Manuel