domingo, 20 de enero de 2013

CANTERAS Y RODADERO DE LOS LOBOS

Cantera y Rodadero de los Lobos desde arriba y el sur

El día que visitamos la cruz de Peña Melaria, y por añadidura la finca del mismo nombre o de las Ventanas, lo hicimos también con las Canteras del Rodadero de los Lobos, y nos asomamos al propio Rodadero, bueno el que más se asomó fue el amigo Emilio. Hacía tiempo que esa imagen habitual de nuestra serranía pululaba en mi cabeza, invitándome a visitarla. Igual me pasó con la torre de las Siete Esquinas en su momento. Pero he de reconocer las dificultades físicas  que me aquejan.

La piedra característica de la cantera

Si pasamos por la carretera de Palma del Río, o la de Trassierra -mejor la primera por tener mejor perspectiva desde ella-, observamos una gran mancha casi en la cima, sin apenas vegetación. Nadie se puede imaginar que esa enorme mancha son millones de trozos de esa piedra tan conocida de la ciudad, la llamada piedra de mina. Es decir los residuos de la cantera, el vacie de la cantera, los cuales también están amontonados delante del corte de extracción de la misma.

La subida por el cortafuegos con problemas de DNI.

Si abajo en las de la Albaida, tenemos la calcarenita, ejemplo claro de la sedimentación marina de millones de años, vamos de ayer, aquí por las alturas el material es una bonita roca que pulida decora muchas gradillas de la ciudad, y otros lugares monumentales, que es una caliza mícrita. Tiene una tonalidad azulada o violácea con vetas blancas características. Lástima no poder extenderme más en ello, por mis indisimulables carencias en geología, pero doctores tiene la iglesia que podrán asesorarnos mejor, si nos interesamos por la caliza.

Canteras lado oeste

Lo cierto es que independientemente de lo maravilloso del paisaje, mirando hacia el valle del Guadalquivir, a la izquierda las Ermitas, en el cerro de la Cárcel, un poco más cerca Piquín, finca a la que pertenece la cantera y el lugar, a la derecha un poco más abajo Peña Melaria y más a la derecha el monte de San Jerónimo. Y la cantera está, según la cartografía manejada, en el cerro de Valdegrajas.

Otra vista de las canteras

Mientras degustábamos unas nueces, que nos permitieran recuperar parte de la energía perdida al gatear por el cortafuegos, que tenía un desnivel, a ojo por ciento, de cuarenta y cinco grados, surgió el significado del nombre, derivado, según unos, de las batidas de lobos y  la forma de rodearlos, y de ahí lo de rodadero. La verdad es que después encontré una definición que se asemeja más a la situación física del entorno: “Rodadero -Terreno pedregoso y con fuerte declive en el que se producen fácilmente desprendimientos de tierras y guijarros”. Sin que esta definición académica obvie lo de los lobos, que por alguna cuestión relacionada con ellos se llama así, y en tiempos en que su hábitat llegaba hasta cerca de la ciudad.

Señales de la extracción de mineral

Lo cierto es que no puede aproximarse más la definición al lugar, lo que ocurre es que aquí, los desprendimientos son como consecuencia de la mano del hombre, al tirar el material de desecho de la cantera. Y llama la atención la cantidad de él, y como la naturaleza, tímidamente, al haber cesado la producción, crece de entre los guijarros. Me imagino en el mayor apogeo no crecería nada, porque el propio material se encargaría de arrasar cualquier planta que quisiera sentar sus reales en la pendiente.

El cerro de la Cárcel (las Ermitas), desde el de Valdegrajas

No exploramos la totalidad de la cantera, porque esta tomaba camino al caserío de Piquín y éramos conscientes, de estar en una propiedad privada de “visita no deseada”, cultural pero “no deseada”. Además sí tenemos en cuenta la extensión que tiene de 4,56 Ha, sería más difícil aún.

Una vista de la gruta (izda.) y Peña Melaria, la cantera y el Rodadero (dcha.)

Algunas referencias históricas y científicas.

El Inventario de Georecursos Culturales de Andalucía, la llama 

“la cantera romana del Rodadero de los Lobos, con su canchal antrópico visible desde la ciudad de Córdoba”

En otro sitio leo:

“cercanos sitios del karst del Mirador de las Niñas, la sima de Piquín y su vegetación mediterránea, o el canchal antrópico del Rodadero de Los Lobos, donde fueron labradas y trabajadas las columnas de la ampliación de la mezquita realizada por Almanzor.”


Emilio desde el borde del rodadero

La Agenda 21 recoge el siguiente párrafo: 

“La actividad extractiva y de transformación de los minerales se remonta a miles de años cuando las culturas tartésica, romana y árabe explotaron el cobre, hierro y plomo. Destacan las minas de Cerro Muriano, Santa María de Trassierra, curso del Río Guadiato, Casilla del Cobre, Rodadero de los Lobos, Chaparral de Berlanga, San Matías, Capitana, Castilpicón, Mirador de las Niñas, etc. Y en una tabla determina que tiene 4,56 Ha”.

Como dato actual, en una noticia de prensa, concretamente ABC se recoge que:

 “los Técnicos del yacimiento arqueológico de Medina Azahara de Córdoba han identificado la cantera de la que extrajo la piedra caliza violácea utilizada en el siglo X para pavimentar suelos de estancias y patios de esta ciudad, según afirmó el director del conjunto Sr. Vallejo. Éste declaró que la piedra caliza violácea se extraía de una cantera local situada en el Rodadero de los Lobos, cuya existencia estaba documentada pero ‘no se había identificado’ que ese material procediese de ella en concreto” .


Una vista aérea desde el este de la cantera y el Rodadero

Luis Ramírez de las Casas Deza en su Indicador Cordobés, al enumerar las canteras de los alrededores de Córdoba, y al material que se extrae de ellas, cita:

“Un hermoso jaspe de mezcla en la cantera del Rodadero de los Lobos, en el cerro del Valdegrajas”

Ventura Villanueva al referirse a una lápida de una inscripción dice:

“Se trata de un paralelepípedo de caliza mícritica, de color violeta con vetas blancas y moradas (la piedra se extraía de unas canteras situadas en la cresta de la sierra a escasos 5 km al noroeste de la ciudad, en el paraje denominado Rodadero de los Lobos)”

Todas estas referencias determinan que no es un lugar desconocido, que forma parte de nuestra historia local e incluso las dudas de su explotación desde la época romana están documentadas, ni que decir, desde luego, en la época del esplendor del Califato.

Parte del Rodadero desde arriba

Para la bajada, en función del desnivel del cortafuegos que usamos para el ascenso, y la dificultad añadida que supone una bajada, y más para algunos torpes que configurábamos el grupo, optamos por otro camino más cómodo, que nos llevó de nuevo a la terraza de Peña Melaria, por un campo blanqueado de narcisos y perfumado -densamente para mi gusto-, con su aroma. Por todos los lugares del camino observamos las “escarbauras” de los marranos jabalíes.

El grupo en el borde del Rodadero

Y esta es la crónica de una visita, de un grupo de amigos curiosos, culturalmente hablando, a otro lugar hermoso de nuestra sierra cercana, con unas vistas maravillosas, que permiten disfrutar un horizonte que va desde la serranía de Ronda hasta Sierra Mágina, pasando por la de Antequera, las Subbéticas, y la inconfundible de Alcaudete, y eso que el día no acompañaba pues hasta nos llovió. En un día claro no hay problemas en ver Sierra Nevada.


  



Fotografías y vídeos del autor y de Bing.
Bibliografía la citada.

4 comentarios :

Lansky dijo...

Es un 'paso', una cerretera típica de las poblaciones de lobos entre Sierra Morena y el Bajo Guadalquivir.

Paco Muñoz dijo...

Puede ser, yo no había caído en eso, lo mismo que hay pasos de tórtolas y otras aves, lo habría en su tiempo de lobos. Muchas gracias Lansky.

José Manuel Fuerte dijo...

Enhorabuena como siempre, Paco. Muy interesante lo de las denominaciones de los lugares, explicativo y documentado.

Desde ese día, cuando miro hacia allí a diario para ir a trabajar, lo veo de otra manera. Es como si ahora reconociera los contornos mejor.

Aunque es una pena que no esté más abierto a todos los demás, también es cierto que el lugar estaba muy limpio de residuos "humanos", que todo lo llenan de desperdicios. Hasta que no seamos más conscientes, casi es mejor que quede, de esta forma, más protegido, aunque podría estar más disponible a visitas guiadas y controladas, por ejemplo.

Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias José Manuel. Se me han quedado en el tintero mucha más información que hay y detallada, en aras del espacio.

A mí me pasa siempre lo que tú dices, y además el valle de abajo no se ve, pero ahora me lo imagino también, el arroyo que nace allí arriba lo cruzamos cuando fuimos a las canteras de abajo, la de la Albaida.

No hay residuos porque está todo alambrado y pasar allí es entrar en una propiedad privada, y los caminos son internos de la propiedad. Luego está que no todas las personas están (yo desde luego tampoco) para subir por esos sitios. Eso lo podría hacer por ejemplo la Asociación de Amigos de Medina Azahara o cualquier otra que le pidiera permiso a la propiedad para efectuar la visita.

Un abrazo