domingo, 31 de agosto de 2014

ÁVILA: LAS MURALLAS

El paño norte de las murallas de Ávila

Hace tiempo teníamos ganar de visitar Ávila. La última vez que estuvimos bajábamos de Salamanca de paso para Toledo por El Tiemblo, pues queríamos visitar los Toros de Guisando. Nos paramos en la Cruz de Humilladero de la carretera, la que salía en los cuadernos del colegio. Otra vez de noche, desde el ferrocarril, camino del norte en un Estrella, vimos las murallas iluminadas en la distancia.

Adarve, la catedral

Ahora era la ocasión, después de haber estado en Alcalá de Henares, aprovechando la desertización agosteña de Madrid, nos desplazamos a Ávila. En principio habíamos reservado habitación en el Palacio de Valderrábanos, pero por un problema administrativo la anulamos y reservamos en Arco de San Vicente, los dos cerca de la catedral. 

Adarve paño este

El robo de las autopistas desde Madrid (se quejan los abulenses) casi once euros de Madrid a Ávila, y el túnel pase, pero la AP51, teniendo una buena carretera nacional, es colaborar al enriquecimiento seguro, de los amiguetes gubernamentales del IBEX 35. Digo seguro porque, si tienen déficit en la explotación, el rescate lo pagaremos los españoles. Ellos ya han sacado su tajada de; la recalificación de terrenos, y de la construcción. 

La catedral siempre en todos sitios

Y se han hartado de hacer autopistas de pago, la comunidad con más deudas de España, pero no hay desplazamientos para mantenerlas. Nos restarán del deficiente estado del Bienestar, que nos han dejado, para que no pierdan los amigos, hasta que la gente no aguante más. Pero con esto habría para doscientas entradas y hoy va de las murallas de Ávila.

Vista del paño este y necrópolis romana

Pagamos los peajes de la AP6 y AP51, nos cruzamos pocos vehículos, primero avenida de Madrid y después avenida de Portugal. Si uno no se emociona con las murallas de Ávila, como con el Acueducto de Segovia o con la Torre Eiffel, no se emociona con nada. El conjunto es un verdadero espectáculo, y eso que nosotros estábamos viendo solo el paño este, y el Arco de San Vicente. Una maravilla.

Parte de la catedral y correos

Después de tomar el alojamiento a la calle, eran solo dos días y el programa muy apretado. Palacios; conventos, conventos y más conventos, y para terminar conventos. Y pensábamos nosotros que el patrimonio eclesial en Córdoba era grande, siempre hay quien te gane, en Ávila grandísimo. Lo que nos hacía imaginar ¿Si Doña Teresa de Cepeda y Ahumada, esa adelantada mujer, no hubiera nacido aquí, qué hubiera pasado con esta hermosa ciudad? Por eso, sin obviar lo que no puedes obviar, esto está montado así, por lo que trataríamos de disfrutar de otros espacios. Sin desmerecer a la figura de Doña Teresa, a la que valoramos bastante.

San Vicente desde arriba de la puerta

Aparte de Santa Teresa, para los místicos y cristianos,  las Murallas de Ávila son el universal símbolo de la ciudad, el sky line de la misma, aunque siempre se dibujará una espadaña o una torre también en el recuadro. Son el recinto amurallado medieval mejor conservado de España, incluso de Europa. Aunque en origen son romanas, tienen una consideración románica, pero hay discusión en cuanto a su datación y construcción.

La integración de las casas

Lo tradicional es decir que, en mayo de 1090 comenzaron a construirlas, tras la conquista y, como no iba a ser, con la bendición de un obispo. Casandro Colonio y Florín de Pituenga con 2000 hombres a su órdenes tardaron nueve años en la empresa. Luego se piensa que su actualización fue en el siglo XII. Lo primero que se empezó fue el costado oriental, por ser más llano, aprovechando restos de la muralla romana y de las necrópolis situada en las cercanías del Arco de San Vicente.

La Ronda Vieja 

Piedras procedentes de la necrópolis, cistas, donde depositaban las cenizas, están enquistadas en la murallas, así como estelas mortuorias. Y las esculturas zoomorfas de los verracos, iberas  o cuando menos seguro que preromanas. Apertura de puertas, reforma de otras, consolidación en los siglos XIX y XX. Miedo de su derribo, con aquella fiebre de piqueta del siglo XIX que en Córdoba acabó con los vestigios de las puertas de su muralla. Afortunadamente aquí no ocurrió. La última restauración ha sido en el pasado siglo. 

San Martín (mudéjar) y la Encarnación en el centro

Las cifras: tiene un perímetro que es un casi rectángulo, de unos 2.526 metros, nueve puertas, 88 cubos de refuerzo o torres (30 en el paño norte, 25 en el sur, 21 en el este y 12 en el oeste), 2500 almenas, que son posteriores en origen no tenía almenas. Su altura a pesar de parecer homogénea, en algunos lugares es menor que la realidad, por la colmatación de materiale en su base, pero la media es de unos 12 metros. La Catedral, como en la Mezquita, está enquistada en el muro, y el Palacio Episcopal también formando parte de ella.

Un quiebro cercano a la puerta del Carmen

Las puertas son: Puerta del Peso de la Harina, Puerta de San Vicente, Arco del Mariscal, Puerta del Carmen, Puerta de la Malaventura, Puerta del Puente, Puerta de la Santa, Puerta del Rastro y Puerta del Alcázar. Todas ellas están dotadas de inimaginables leyendas, a cuál más espectacular. A continuación una breve descripción de las puertas. Las letras corresponden a su posición en el plano.

Plano de las puertas

Nueve puertas de arriba abajo y de izda. a dcha.:
  Puerta del Peso de la harina, Puerta de San Vicente, Arco del Mariscal, Puerta del Carmen, Puerta del Puente, Puerta de la Malaventura, Puerta de la Santa, Puerta del Rastro y Puerta del Alcázar. (Foto Casagredos)

A.-La puerta del Peso de la Harina, o de la Catedral, es del siglo XVI y está en el lugar que anteriormente del postigo de los Abades. Al pie de la puerta se encuentra la Casa de Misericordia o del Caballo, llamada así por la figura de San Martín a caballo. Desde aquí hasta la de San Vicente podemos ver restos de la antigua muralla romana.

La espadaña del Carmen en la muralla norte

B.-Dirección norte,  Puerta de San Vicente. Es similar a la Puerta del Alcázar,  se construye sobre la antigua muralla romana y se aprovechan los materiales extraídos de la necrópolis que allí había. Y los usuarios que compraran su tumba tan contentos de lo perdurable, para luego acabar en un lienzo de muralla. Incluso un verraco ibero está embutido en ella, en el Cubo de la Mula, esquina noreste, de la que sobresale el testuz del mismo.

Puerta del Carmen y espadaña

C.-La Puerta del Mariscal, del Mariscal de Castilla don Álvaro Dávila. También se llama Puerta de Fuente el Sol por los señores de Fuente el Sol. Se sitúa a unos trescientos metros de la anterior y hemos tenido que seguir hasta la esquina norte, para después girar hacia el oeste para llegar a ella.

Espadaña

D.-La Puerta del Carmen o Arco de la Cárcel, por la espadaña del convento de carmelitas calzados, que fue antes de Cárcel provincial y luego Archivo Histórico. Hacia el oeste por el camino de la Ronda Vieja hasta que se vea la espadaña, que la verdad es que no pega ni con cola. Se construye en el siglo XIV para entrada y salida de carros.

Plaza de Concepción Arenal

E.-La Puerta del Puente no es tan importante como las orientales pero fue un importante acceso a la ciudad desde el oeste, por donde existe una gran parte de la comarca. Entre los S.XV y XVI se remodeló remodelación y la primitiva portada medieval quedo casi anulada.

Puerta de San Vicente

F.-La Puerta de la Malaventura, también Puerta de la Mala Dicha, Arco de los Gitanos o de San Isidro, el santo porque estar levantada donde el atrio de la Iglesia. Por esta puerta, en 1492, abandonaron los judíos la ciudad tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos. Está a unos 400 metros de la puerta anterior.

Esquina sureste

G.-Por su parte, la Puerta de la Santa o de Montenegro tiene dos torreones cuadrangulares que la arropan. Arriba un pequeño matacán. Recibe su nombre porque es el acceso Convento de la Santa, construido sobre la que fuera casa de Santa Teresa. Una galería porticada a la izquierda es del Palacio de Blasco Núñez Vela, Audiencia Provincial. Fue escenario de una historia de amor trágica.
Puerta del Rastro y Palacio de los Dávila

H.-La Puerta del Rastro, medieval, modificada en el S.XVI que la puso un gran arco carpanel que es su seña de identidad actual. La galería corrida pertenece al Palacio de los Dávila adosado por el interior.

Puerta del Alcázar

I.-La Puerta del Alcázar, Imita la Puerta de San Vicente. No se sabe a ciencia cierta si era puerta del pasado, tiene dos grandes torreones unidos por un puente. Contaba con foso y barbacana, para evitar que las máquinas de asalto pudieran llegar a la muralla.

Cista enquistada (piedra funeraria romana), en la muralla

Es mucho lo que se puede escribir sobre las murallas de Ávila, como hemos dicho son unas de las mejores conservadas de España y de Europa, la UNESCO al incluirla entre las ciudades Patrimonio Mundial expone los criterios de su inclusión: "Ávila es un ejemplo notable de ciudad fortificada de la Edad Media que ha conservado íntegramente su recinto amurallado. La densidad de los monumentos civiles y religiosos es excepcional" (III). "Es el ejemplo más célebre de las 'repoblaciones' iniciadas por el Reino de Castilla después de ser reconquistada Toledo" (IV)." 

Lienzo oriental de noche

Luego está la posibilidad de pasear por gran parte de sus adarves, de ver la ciudad desde un prisma distinto, con espíritu de defensor de un ataque a su inmenso patrimonio. De día apreciosas, de noche hermosisimas. Aunque sabemos que en el fondo estamos viendo un decorado de la historia, con unos criterios de remozamiento distintos a la realidad primitiva, hay que reconocer que es un conjunto maravilloso. Eso no podemos perderlo nunca de vista. 

Puerta de San Vicente de noche

Desde la oficina de Turismo de la calle de San Segundo, subimos a las murallas, a su adarve, y nos bajamos en la Puerta del Carmen para callejear hasta el hotel. He de decir que fue un paseo precioso, y tuvimos que lamentar el no poder hacerlo de noche, que se puede hacer, porque hubiese sido espectacular. Y luego las tuvimos detrás muchas veces, sentados en los jardines del Rastro, con un paisaje castellano delante. Y mirando hacia el sur, hacia la Sierra de la Paramera, a sabiendas que allí, detrás del horizonte, estaba Andalucía y, como no, nuestra Córdoba.

Lienzo este, zona de la necrópolis romana

Por muy bien que se esté en un sitio, por muy hermoso que sea, tiene que duplicar o triplicar la hermosura de Córdoba para quererte quedar allí. Es una hermosa ciudad, pero no la hemos visto con los rigores del invierno, si no en un verano tibio. Tengo un amigo en Solosancho, un pueblo de la provincia, que me hablo una vez de diez  bajo cero. Y una compañera de estudios, que vive allí, me comentó en alguna ocasión la crudeza de sus inviernos.

Palacio episcopal embutido en la muralla, en el paseo del Rastro

Nada de eso, el clima, la saturación de conventos, el agobio de Santa Teresa, etc. le quitan ningún valor a la ciudad castellana, pues puedes coger lo que te interesa, obvias lo que no, y tan contentos. Y no he entrado en la gastronomía, por aquello de que vamos de murallas, pero habría para una buena entrada, también obviando los dulces eclesiales. Para terminar decir que es ciudad para repetir más de una vez.

Verraco, escultura zoomorfa (como los toros de Guisando) enquistada en la Torre de la Mula

Fotografías del autor salvo el plano, puertas y el verraco
Bibliografía Murallas de Ávila.

sábado, 30 de agosto de 2014

FUENTE DE AGUA EN EL CORTIJO DEL NARANJUELO

Fuente del cortijo del Naranjuelo

En la entrada del miércoles 27 de agosto "El cortijo abandonado del Naranjuelo  o Naranjo, en la Palomera Alta", decía: "No he localizado pozo en el cortijo", hoy, nuevamente gracias a Diego y a la colaboración del experto Pancho Gamero, he aprendido que era imposible vivir en el cortijo del Naranjuelo sin pozo, es decir sin el indispensable elemento del agua. 

Vista lateral de la fuente, lado de la casa.

En este caso no es un pozo sino una fuente de agua, de la que no hemos encontrado su origen, pero si su salida al exterior. Sale en una fuente cerrada, que tuvo que tener puerta, con un pequeño pilón a modo de decantador con una salida hacia otro exterior pequeño, desde donde suponemos partiría la tubería o conducción hasta la casa, y un rebosadero a una pequeña alberca de retención.

Vista de la salida al pequeño pilón de donde se distribuía el agua a la casa

Todo ello en un lugar precioso, en un paraje muy cercano a la casa, unos cincuenta metros al norte, pero en una cota, como es lógico, superior. En la casa también hemos encontrado un par de trozos de piedra tallada de conducción. Después subimos a la parte alta del torrente buscando el punto de partida del agua  sin encontrarlo, somos conscientes que esto requeriría un trabajo mayor. Lo importante es que hemos descubierto -es una forma de hablar, porque nunca ha estado oculto-, el aporte de agua al cortijo.

Salida de agua al decantador, a la izquierda salida para la casa y en el centro rebosadero a la alberca

A su vez le hemos dado otra vuelta a las ruinas y, en una pared que aún está en pie, hemos visto una curiosidad que es, según le dijeron a Diego, una especie de caja fuerte encastrada en una de las paredes, que por su tamaño poco podría guardar de valor, pero hay que reconocer que un simple anillo, o los pendientes de la abuela, eran un capital para quien nada tenía, y en un momento podrían solucionar cualquier problema.

La "caja fuerte" en un muro del cortijo

Lo que daríamos algunos (lo comentamos), por tener una máquina del tiempo y, como voyeurs del mismo, asomarnos unos minutos para ver la vida, difícil desde luego, e insoportable posiblemente en su mayor parte, de estos cordobeses de ese tiempo. Imaginamos que por el aterrazado de los alrededores, y por el toponímico, los frutales serían el cultivo, así como los animales, ganado seguramente lanar.

La fuente y la alberca de retención

Lo importante es que he podido completar con la fuente, el conocimiento de la Casa del Naranjo o del Naranjuelo, y nos hemos solidarizado muchos años después, con la mezquina vida de sus habitantes. Eso sin pensar en esos niños, condenados de antemano al servicio de la miseria, haciéndose unos expertos en ella, sin colegio, y sin lo elemental para cualquier niño. Ya era bastante con sobrevivir.

La alberca colmatada
Fotografías del autor

UN "ESPEJISMO" DE TORRE VIGIA EN EL CORTIJO DE LOS VELASCOS.

Fotografía de la pared oeste de Los velascos, buscando una perspectiva para comparar

Cuando fui a buscar los restos que suponía eran de una torre vigía, según la información de Emilio, me llevé primero una enorme decepción, al comprobar que no existían, pero luego la satisfacción de haber estado en el lugar en el que suponía estaban, haber analizado lo ocurrido y llegado a la conclusión del error. 

Fotografía motivo del error, tomada desde abajo, en el arroyo de Santo Domingo

Y como no hay mal que por bien no venga, el paisaje desde esa cota espectacular. El espejismo surgió por una fotografía en la que "vi" los restos desde abajo, desde el arroyo de Santo Domingo, después de sufrir el despiste que me llevó arroyo arriba, con un pie dañado, y la angustia del terreno que tenía que desandar en ese estado (el dedo aún me duele). 

La majestuosidad de Los Velascos

Al mirar a la altura vi una pared de mampostería y el dintel de una ventana, que fotografié. Estos son los restos me dije, así que mañana con dolor o no dolor en el dedo del pie, a verlos. Protección del dichoso dedo, y al cortijo de los Velascos. La mañana estaba seminublada y no muy calurosa. Coche en el paso a nivel, bajada al Arroyo Pedroches y subida hasta la era del cortijo de los Velascos. 

Camino al sur del cortijo hacia la cota de la "torre vigía"

Sin pararme a pensarlo enfile el sendero hacia el sur que me iba a llevar a la cota más alta cercana al cortijo. Pero de restos nada de nada, si por el contrario un lugar maravilloso por sus vistas, con un roquedal espectacular, y unas bajadas de vértigo, no sé si de ciclistas o motoristas. Me han comentado que de ciclistas, con algún accidentado descenso para conseguir record.

Casi llegando a la cota máxima

La cota está en los 267 m. y forma parte de la misma la planicie del cortijo que está en la de 250, es decir que, desde la era al pico hay 17 m. de desnivel, eso sí desde la altura citada, al arroyo de Santo Domingo, que es a dónde va la bajada de vértigo. Al asomarme a ella me dio miedo por estar la piedrecilla suelta y escurridiza.

Roquedal arriba

El salto es considerable. Hay 67 m. de diferencia en unos escasos doscientos metros de bajada, lo que arroja un desnivel de un 33,5%, o lo que es lo mismo casi una pared. Teniendo en cuenta además que las sucesivas bajadas han generado un surco que, el agua (cuando llueva) se encargará de profundizarlo. Me imagino la dificultad de los pedales y sobre todo de frenada, y la cabeza loca al tirarse por ahí.

Vista desde donde no había restos de ninguna torre vigia. Las Ermitas

Vista desde la cota, del Puente de Hierro de la Palomera y la ciudad

Luego he efectuado una prueba fotográfica, que no deja lugar a dudas, lo que vi desde abajo, desde el arroyo de Santo Domingo, era un trozo de pared del lado oeste del cortijo de Los Velascos, como podrá comprobarse en la fotografía de la cabecera. Ese error fue fruto, en primer lugar de una torpeza, y en segundo del ansia de ver esa torre vigía perdida. 

La temeraria bajada al cauce del arroyo de Santo Domingo

Luego analizando la cuestión con más detenimiento hemos llegado a la conclusión que las supuestas ruinas están unos metros al norte del Mirador del pater putativum (cuyas iniciales PP -no tiene nada que ver con...pero a lo mejor también- le otorgan a los Josés el apelativo de Pepe) San José, de fácil acceso. Eso espero.

La era del cortijo de Los Velascos

Fotografías del autor
Bibliografía del libro de los pegos

viernes, 29 de agosto de 2014

SENDERO SL-A 92, SALESAS-SANTO DOMINGO.

Tracker de la ruta, el tramo sin salida es una inclusión arroyo santo Domingo arriba

Es materialmente imposible hacerle sombra a las didácticas descripciones de la ruta circular, del Sendero Local, SL-A92, Salesas-Sto. Domingo, que hace el Patronato Municipal de Deportes, publicada también en la página de Senderos Locales de la federación Andaluza de Montañismo, o la romántica del Club Senderista "Deaquípalla", aderezada de múltiples y hermosas fotografías, o la de la Plataforma A Desalambrar, más técnica. 

Bajando al arroyo de La Palomera

Sólo se puede optar a complementarla y a actualizar pequeños detalles de la misma, y esto es lo que se pretende con esta descripción personal modesta y simple, como se podrá comprobar si la comparamos con alguna de las primeras. Por lo tanto vaya por delante mi respeto y admiración para todos los trabajos citados.

Vadear La Palomera (seco)

Es curioso citar que, la mencionada ruta comienza en una institución religiosa, tiene su punto de retorno en otra, y pasa por un mirador dedicado a un santo, porque lo era simplemente por su putativez, un arroyo dedicado a otro, y un monte a otro más, y seguro que me dejo lugares, como el nombre del alguna calle, de la urbanización del santuario -que sus primitivos propietarios, los frailes, consideraban lugar enfermizo según D. Teodomiro-, o cualquier otro sitio. 

Higuera en el margen derecho

Luego en otro sitio me quejo de la dedicación santera de Ávila, y me paro a considerar lo difícil que será transformar un estado controlado por una ideología religiosa hasta la saciedad, en un lógico y natural estado laico respetuoso con todas, no anti una determinada, como en un alarde victimista  -como siempre a lo largo de la historia ha hecho-, quiere esa una hacerle creer a la sociedad que es el laicismo. El laicismo es respeto e igualdad, pero cada ideología en su casa, y "dios en la de todos".

Subiendo la pista

Llevo unos días andurreando la zona de la Palomera, y cada vez que uno escarba en cualquier sitio, se da cuenta de la riqueza en matices de los distintos lugares. Echo de menos tener una capacidad, cuando menos elemental, en conocimiento de la fauna vegetal, porque la variedad es notoria y la ruta podría ser una tesis sobre de esas formas de vida. O de la mineral que nos señala como se han formado esas montañas y la riqueza que atesoran.

Bifurcación para el Mirador de San José

A una escala pequeña, comparado con las fuerzas de la tierra que crearon cursos de agua, y barrancos, etc. podemos ver los que hacen pequeños torrentes y como esculpen en la tierra grietas profundas. Como modifican caminos a la media de las necesidades de la naturaleza. Y como colonizan vegetalmente zonas con otras especies, que llegaron por casualidad a estas latitudes.

Mirador de San José

Comenzamos al lado de la Carretera de Obejo, como dije en el camino que empieza en la esquina del chalet, de la Avenida San José de Calasanz (el mismo santo del mirador), llamado La Romería. Ahora todo está seco y los dorados del cereal silvestre, y otros ocres, son los colores predominantes. Bajamos a la orilla del arroyo de la Palomera, que baja como el ojo de un tuerto. Dejamos a la derecha la alberca y la noria que no está. Lo vadeamos (es un decir), mirando los tres sillares de canto. 

Pinar

Le dedicamos una mirada a la hermosa higuera del margen derecho, e iniciamos la subida descarnada, ancha de lo que en los planos topográficos del siglo XIX llaman camino de los Santos Pintados, o de Coches de Santo Domingo. Olivos que parece nadie recoge, nos acompañan un rato de la subida. Pinar, encinar, monte bajo, jara, lentisco, algún perdido madroñal.

Bifurcación a la derecha hacia el pinar y el olivar

Ahora podemos optar por el camino matriz, ancho y teóricamente cómodo, o seguir un poco más para subir por una trocha, hasta  enlazar nuevamente por el citado. Yo hago lo segundo y subo por la trocha. Vuelvo a considerar la poca importancia personal que le he dado al mirador, al comprobar que hay otros puntos muchos más atractivos, paisajísticamente hablando. 

Olivar tapizado de oro

Casi todo el camino vamos por terrenos de la Palomera Alta, Baja o Palomera a secas, según los datos catastrales actuales, sin que esto quiera decir que son de la misma propiedad, sólo es la nomenclatura catastral. Lindamos tímidamente con los de San Pablo (otro santo), para luego con los de Santo Domingo (otro más). Dos pinos, uno mayor que otro, nos señalan la curva a derecha para introducirnos en el pinar espeso.

Olivar

Ahora se nos aparece una mesa, como la citadas en otras entradas, del terreno de fondo marino levantado en el que estamos, en esta ocasión sembrada de olivar y tapizado éste de dorados suelos. Dejamos el cortijo a la izquierda (estos cortijos son ya casa de segunda residencia o chalets), que ya no cumplen la misión de antaño.

Pinar

Ahora el asfalto y la corte de guardianes eventuales, fuera de plantilla, que cumplen sobradamente su misión de asustar al caminante, por un miserable plato de agua y sobras del carnicero posiblemente, o a lo mejor está bien alimentado. Normalmente son mastines, pero también algún que otro provocador de compañía se une a la orquesta. La calle creo que es San Álvaro de Córdoba (otro santo), el de la leyenda similar a la de Roelas. No sabemos si consumiría pan de centeno y el dichoso cornezuelo -de donde se sintetizó el famoso LSD de los cincuenta-, le hizo efecto.

Calle San Alvaro

Después dos opciones; o santificarte del todo en el Santuario, y después bajar la cuesta pronunciada de hormigón, o al pasar la barrera (no sé su función), girar a la derecha y bajar directamente al arroyo. Yo opté por esta última. El camino está en muchos tramos casi destruido, el arroyo ha hecho de las suyas, y ya no está la cantera que sirvió para la construcción de la variante de la NIV, en uso y su mantenimiento es cero. Con algunos años de agua puede destrozarse al completo.

Aún no es plantilla por eso su diligencia

Tengo que pararme, me he dañado un dedo del pie izquierdo con una piedra en una bajada, me duele mucho y debo comprobar si me lo he fracturado. Busco una roca para sentarme y paso a diagnosticarme el daño, afortunadamente no hay fractura, pero si se me pondrá la uña de color cardenal. Me lo vendo, rocío abundantemente de agua oxigenada, y vuelta a calzarme. Ahora tendré que modificar la pisada para evita el dolor, que me cargará otros músculos, y aún me queda algo menos de la mitad del recorrido.

Bajada al arroyo de Santo Domingo

La cantera. Una enorme cicatriz en la piel serrana, que será símbolo durante muchos años, de la extracción de mineral y de la destrucción del entorno, incluso se abandonaron los útiles de trabajo y allí están testigos del fin de los trabajos. Está zona es preciosa, a pesar del daño del territorio. Luego una media subida nos lleva a Los Velascos, siempre impresiona la categoría del cortijo. El sol de la mañana da de frente y lo remarca en su contraluz. Siempre es espectacular su situación y porte, y sobre todo imaginar su pasado.

A la izquierda la herida irreparable de la Cantera

Bifurcación, o bajar a la Fuente de los Mártires (más santos, ilusos, engañados o tontos) en el Pedroches, o dirigirnos hacia abajo buscando el arroyo de Santo Domingo que lo hemos dejado a la derecha, para girar al oeste y buscar nuevamente los terrenos de la Palomera y bajar al punto de partida. Cruzo el arroyo de Santo Domingo por un puente, ojo, aquí se puede subir por el arroyo, margen derecho, o bajar a la izquierda buscando la curva que nos llevará al comienzo. 

El arroyo Santo Domingo destrozó el camino

El arroyo de Santo Domingo es una gozada por aquí, frondoso, agreste, e incluso con agua de algún venero, seguramente me dejo llevar por lo bucólico y vuelvo a subir casi hasta Los Velascos, cuando me doy cuenta ya he subido como un kilometro. Como no hay mal que por bien no venga, lo precioso del recorrido atenúa, el recorrido extra y el dolor del pie que dice aquí estoy yo. Así que no cogíamos en casa y parió abuela, con un pie dañado, deseando llegar y tengo que hacer dos kilómetros extras más o menos.

Cortijo de los Velascos

Acelero la vuelta, y en un santiamén (siempre la religión hasta en el refranero) me pongo en el cruce. Sigo unos metros el margen derecho hacia abajo, dirección sureste y giro al oeste buscando la subida que se me hace pesada. La molestia del pie, el calor, la calor, y el cansancio acumulado, me pesan. Creo que  hoy me he pasado. Afortunadamente los dos bastones son una comodidad. Busco las escasas sombras y paro de vez en cuando. Unos ciclistas pasan y hacen que repita mi buenos días, en un tono más alto, pues o son sordos o no tienen...

Puente sobre el arroyo de Santo Domingo

Corono la cuesta y de nuevo he enlazado con el tramo de bajada, antes subida, al arroyo de la Palomera. Ahora está Antonia SanJuan (joder) en la Ser (llevo la radio en el móvil), es un pedazo de artista, y de mujer (y pensar que creía hace años que era un travesti), con una profundidad filosófica fuera de lo normal, aunque ¿qué es lo normal? La higuera, el vadeo seco del Palomera, y a pensar en la árida subida con treinta y tantos grados ya, hasta la carretera.

Nuevamente el vado para pasar al mergen derecho del arroyo de La Palomera

Ya veo el coche y me alegra que lo pusiera en un lugar de semisombra. Los eventuales perros que están siempre en las cocheras, se conoce no están, porque no molestan. Fin del recorrido. Me doy cuenta que no completo nada de lo mencionado en el segundo párrafo, es una crónica de un paseo que, en el fondo no aporta nada nuevo a la ruta.


Fotografías y vídeo del autor
Bibliografia citada