miércoles, 15 de marzo de 2017

TAÑIDOS DE LAS CAMPANAS EN EL ANTIGUO DESIERTO DE BELÉN.

Campanario de las Ermitas.

Desde joven, mucho más que ahora, bastante, he tenido una cercana relación con las campanas. Mi infancia en el barrio de la Judería, Mezquita o Catedral como lo señalaba Ramírez de Arellano, D. Teodomiro, estaba siempre ligada a ellas, como a toda la vecindad del barrio. Cuando se salía a jugar al Patio de los Naranjos, ese que parece ahora, que no es público -ah, y que no tenían celosías los huecos de su pared norte la Mezquita, eran burdos muros, y los huecos llenos de materiales de construcción, tierra, cal y ladrillos, donde jugábamos-, eran las campanas del reloj de la torre quienes marcaban la retirada de cada uno a su casa, antes de que apareciera por el Postigo de la Leche, o cualquier otra de las puertas, una madre cualquiera enarbolando una zapatilla.

 Espadaña de la ermita de S. Pablo

Espadañas de la Ermita de S. Judas

Los tañidos (toque de instrumento musical, de cuerda o percusión, especialmente campanas, con los sinónimos de toque, redoble, repique o arrebato) de las campanas, según mi amigo de la infancia Manuel Soriano Muñoz, el hijo del que fue el último campanero de la torre, Manolo Soriano, tenían un código. Hay que reconocer que no había otros instrumentos de comunicación o mensaje. Eran muy conocidas, como he mencionado las del reloj: un toque de campana pequeña, los cuartos, dos, las medias, tres, menos cuarto y cuatro la hora, para luego darla la campana mayor. En aquellos tiempo estaba activo el reloj las veinticuatro horas, no se molestaba la gente por ello, eran mucho menos delicados y además estaban acostumbrados.

 Espadaña de la ermita de S. Juan

Espadaña de la ermita de Santiago el Mayor

Cuando doblaban a muerto, era un toque de tristeza, melancólico, luego procedía ver el poderío económico con el número de capas que lo acompañaba. En periodos de silencio de la Semana Santa era la matraca, una especie de carraca gigante la que sonaba, dando unos martillos móviles sobre unos discos de hierro, Luego los repiques, volteando los campaneros con una habilidad asombrosa las campanas, que, visto desde cerca, era hasta bastante peligroso. Recuerdo a Elena Muñoz, la mujer del campanero Manuel Soriano y sus hijos hacerlo, como si estuviera allí aún. Todos unas buenas personas. Ahora las campanas son eléctricas y no hace falta campanero, como en los faros, fareros. Otro oficio ancestral desaparecido.

Espadaña de la ermita de S. Pedro

Como vamos de campanas, he recopilado un código de toques de un texto, que era el que se efectuaba en el Desierto de Belén, Las Ermitas, para comunicarse sus habitantes entre sí, los ermitaños, aunque en el citado texto, de finales del siglo XVIII, lo ponen con hache, "hermitaños". "Manual y Descripción del Inmemorial Desierto de los Hermitaños de la ciudad de Córdoba -1792". Era la forma "telegráfica" de darles, a los sufridos ermitaños, las instrucciones diarias de sus obligaciones. Como podrá comprobarse no tenían espacios libres apenas en el día, salvo el de las Ánimas hasta Maytines, 9 de la tarde hasta las 2 de la madrugada. Otro de 6,00 h. a 10,30 para los quehaceres diarios, y otro algo inferior por la siesta.


Espadaña de la ermita de S. Andrés (noviciado)

Debía, en el silencio de esas noches de hace siglos, con el bajísimo nivel de ruido de la ciudad, oírse en la misma el repiqueteo, incesante de las campanas de las Ermitas, a todas horas, y la contestación del alerta está, al  centinela alerta del campanero mayor. Si un día no respondía, ya se ve dieciséis golpes con cuatro  pausas de a tres. Lo que sigue es el Decálogo o el Código de Comunicación en el Desierto de Belén para los sufridos ermitaños.

Espadaña de la ermita de la Magdalena

"1.-A las dos de la madrugada se dan cincuenta golpes continuados, y luego tres con pausa, para Maytines, Santo Rosario y Oración.
2.-A las tres y media de la madrugada se darán dos campanadas con pausa para echar el "Sub tuum praesidium."
3.-Tañido: A las cinco y media de la mañana se tocan tres golpes, para las Ave Marías, continuados, con intervalo, y lugar de rezarlas, y luego concluye con tres golpes acelerados para rezar Prima, y Tercia.
4.- Tañido: Este es a las seis de la mañana con treinta y tres golpes continuados, para que acudan los hermanos a Misa.
5.- Tañido: Es a las diez, y media con cincuenta golpes continuados, y tres con pausa para rezar el Santo Rosario, Sexta, y Nona, y el examen de conciencia.


Espadaña de la ruinosa ermita de S. Matías

6.-Tañido: A las doce del día son otras Ave Marías, como en el tañido tercero de las cinco y media de la mañana.
7.-Tañido: A las dos de la tarde cincuenta campanadas, y tres con pausa, que son para rezar, Vísperas, y Completas, y leer después.
8.-Tañido: A las cinco de la tarde cincuenta campanadas, y acabar con tres con pausa, que es señal de los exercicios, de parte de Rosario, hora de oración, y disciplina, si es día de ella.
9.-Tañido: las otras Ave María, ú oración, que se tocan, y rezan, como en el tañido tercero de las cinco y media de la mañana, y siempre son estas a las seis y media de la tarde, como se dixo arriba.
10.- Tañido: A las nueve de la noche las Animas, doce toques de a dos campanadas, y una pausa en cada toque, y acabar con cinco repiqueteados.


Manuel Soriano y Elena Muñoz, los últimos campaneros de 
la torre de la Mezquita Catedral

Paco Muñoz con Manuel Soriano (Hijo)

-Para llamar al Hermano Mayor dos campanadas.
-Siempre se tocan cincuenta campanadas en la Iglesia, y no da las tres de pausa, es, para que acudan los Hermanos a la Iglesia los días diez y nueve, como para la Vía-Sacra, &c. y por tanto no repiten las campanas de los Hermanos.
-Se hace señal en la muerte del Señor Obispo dando diez y seis golpes en quatro pausas de a quatro: y si fuere Hermano mayor tres pausa de a quatro; y si fuere por algún Hermano quatro pausas de a tres.
-Para tocar a fuego, u otro cualquier infortunio, repiqueteos sin concierto."


 Repicando la pequeña donde estaba la matraca y abajo la de S. Rafael. 
De izda a dcha. Smo. Sacramento, La Esquila, S. Rafael, la Gorda y S. Pedro

La Esquila, S. Rafael volteada (eléctricamente ahora) y la Gorda

Fotos del autor y familia Soriano-Muñoz
Bibliografía: "Manual y Descripción del inmemorial desierto de los Hermitaños de la ciudad de Córdoba 1792"

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