jueves, 14 de septiembre de 2017

LA HUERTA DEL REY

Arriba el Convento de la Victoria,en el centro Puerta de Almodóvar y Huerta del Rey y abajo el Campo Santo de los Mártires (grabado de Guesdon 1860)

Ayer tuve una conversación con un querido amigo que está preparando un evento y hablamos sobre la Huerta del Rey y la Puerta de Almodóvar. El origen de La Huerta del Rey se pierde en la noche de los tiempos cordobesa. Eran terrenos a la izquierda de la muralla de la córdoba augusta, cuando se había prolongado ésta la oeste, hacia el sur, cuyo foso defensivo era el Arroyo del Moro. La representación más visible la tenemos en el plano de los Franceses de 1811, luego, en 1860, Guesdon la presenta físicamente, señalándola con rico arbolado. En el grabado podemos ver la Puerta de Almodóvar el Convento de la Victoria antes de las Huertas y el campo santo de los Mártires

Plano de los Franceses 1811

Detalle del grabado de Guesdon 1860

Por su nombre hay que estimar que pertenecía a la corona, ¿pero qué era lo que no pertenecía a la corona, a cualquier corona, y en cualquier tiempo? La Huerta del Rey está situada desde la Puerta de Almodóvar, hasta los Mártires, y luego siguiendo la muralla hasta la antigua Huerta de San Basilio, cerca del exconvento del mismo nombre, y la Puerta de Sevilla. El recorrido era el primitivo del Arroyo del Moro que desembocaba pasando por la Puerta de los Sacos en el río.

Plano de Casañal

Plano topográfico primera edición siglo XIX finales

La Huerta del Rey era la puerta falsa de las casas de la calle de los Judíos, los corrales daban a ella. En un tiempo se llamó Fonsario de los Judíos por estar en ella el cementerio de estos. En las escrituras de algunas casa de la calle de los Judíos se señala este nombre han mencionar el lindero por el oeste de la propiedad. Pero me da la impresión de estar mezclando muchas cosas. La Huerta del Rey hasta bien avanzado el siglo XX, ha sido un enorme llano, con algunas depresiones del terreno, casi siempre enfangado por el rebosamiento del arroyo, y el agua de la alcubilla de la Puerta de Almodóvar.

Plano de 1900

Vuelo USAF serie B 1956

Posiblemente este agua, que llegaba a ella de diversos sitios, Aguas del Alcázar, Fábrica de la Catedral, etc, que detalla magníficamente Guadalupe Pizarro, en su no menos magnifica tesis doctoral sobre El Abastecimiento de Aguas a Córdoba. Aguas que llegaban allí puede que desde la Córdoba Patricia, presencia árabe, por descontado y posterior dominio católico. Pero aún siendo interesante todo esto resulta una amalgama de datos adicionales. Mis recuerdos son un enorme llano, encharcado, cuya agua buscaba la salida por la finca de Juan Barazona en la esquina de la muralla del Barrio de los Ballesteros, Alcázar Viejo, la "Casa der Viejo" vulgarmente citado.

 Vista desde donde está la Cruz Roja antes de 1933

Podemos ver una fotografía, antes del 1933, fecha en la que se levanta el Hospital de la Cruz Roja, que antes había estado en la calle Montemayor, 2, y en la calle D. Rodrigo, con 16 camas. Esta fotografía nos presenta el llano casi en su totalidad, y luego otra desde abajo nos lo presenta hacia el norte. Un llano con oquedades del terreno, en la esquina sur, embellecida por Cruz Conde por los cincuenta del siglo XX, el garaje Alcázar, al que se entraba por una puerta de la muralla, moderna, en altura, porque la cota era la de los actuales Baños árabes.

Vista desde la esquina de la finca de Barazona, ya está la Cruz Roja

Puerta de Almodóvar y torre (está aún)

El garaje era un patio con cocheras y talleres diversos alrededor de éste. Hoy es un funcional aparcamiento de varias altura, que conserva los restos de la muralla y en el centro un horno, en la cota original, que viene a solucionar la cercanía turística del automóvil a la zona de la Judería y Mezquita (Podría decir Catedral -no se me caen los anillos, pero lo hago aposta, como denuncia a los esfuerzos por el Cabildo de cambiar la historia, o mejor de ocultar parte de la misma). Para centrarnos, Garaje Alcázar, en la esquina de los Mártires, la finca de Juan Barazona en la otra esquina, y un cine de verano El Avenida, en lo que fue después el Mercado de Fleming.

Puerta de Almodóvar, alcubilla y casa a la derecha

Puerta de Almodóvar, torre pared a la Huerta del Rey y Alcubilla

Hay que precisar que desde el 1933, año de inauguración del Hospital de la Cruz Roja, era lo único edificado por el norte. En este hospital estuvo ingresado mi padre en la guerra incivil, que el fascismo (la bota, la sotana y el casino) propugnó en este país, como herido de guerra. Por lo tanto tenemos Cruz Roja por el norte y puerta de Almodóvar, muralla romana por el este, Mártires y finca de Barazona por el sur, y llanos de Vista Alegre por el oeste. 

Alcubilla (los barandales y piedras de la alcubilla proceden de la bajada a Pelambres en la Ribera)


Hubo un momento en el que se construyó una carretera que iba desde los Mártires hasta la Cruz Roja, que llamábamos la Carretera Nueva. Después cuando la visita de Sir Alexander Fleming a Córdoba se le llamó con su nombre. Las primeras y tímidas construcciones en la zona fue un bloque junto a la Plaza de la Luna, en cuyos bajos estuvo una tienda de muebles y Electricidad Mármol, que antes estuvo en Blanco Belmonte, y estaba en la calle Cruz Conde.

Cruz Roja recién inaugurada en 1933

A partir de ese momento el boom del ladrillo, la creación de los decorados de la calle Cairuan, la muralla, hay que reconocer que quedó una calle bastante bonita y turística, pero que no tiene nada que ver con nada árabe, ni siquiera medieval. La zona era un muladar. Cierre de las puertas de las casas y apertura de la de un hotel. Yo tenía un amigo muy querido porque era una buena persona que se llama -espero y ojalá, porque hace mucho que no sé de él y nuestras edades son complicadas-, Manolo Acuña, que siempre que pienso en la Huerta del Rey lo asocio con el lugar. Tengo en mente una señora tendiendo ropa desde una puerta falsa de la calle de los Judíos.

A la derecha la pared de la Cruz Roja

Otro acontecimiento, que nos ocurrió de nenes, es que un muchacho del barrio que llamábamos "el madrileño", por venir de aquellos lares, se metió en el charco que había delante del Garaje Alcázar y se cortó con un cristal, atravesó la sandalia de goma, esa que te dejaba por la tarde las ventanitas de suciedad en el pie, y le hizo una raja que necesitó de su traslado a la Casa de Socorro (no había urgencias, en todo caso a lo mejor en el Hospital de Agudos) para darle puntos.  Otro, cuando la aguas no controladas socavaron el edificio de esquina a la casa de Juan Barazona y cedió en su cimentación. Aprendimos que a los edificios le ponían inyecciones de cemento.

Bloque de Electricidad Mármol y la tienda de muebles

Detalle de la actual Cairuan

No era sólo Segorbe, el practicante, ciclista jorobado, de Tomás Conde, o Paquita, la hermana del maestro panadero de Intendencia, de la calle Alfayatas, los que ponían inyecciones. Una curiosidad Paquita no estaba licenciada, el licenciado era su marido, pero la vida funcionaba así. También las ponía Isabelita de la Judería, mujer valiente donde las hubiera, y que solucionó bastantes problemas a muchas familias, no hace falta extenderse más, aunque Isabelita desgraciadamente no existe, y esos delitos están más que prescritos.

Esquina del Garaje Alcázar en los Mártires y convento salus Infirmurum

Al otro lado de la "carretera nueva", Avenida del Dr. Fleming hoy estaba el conocido como "Charco de la Pava", lugar de despertar a la sexualidad de muchos de nosotros, de colas de civiles y militares sin graduación que, entre los escombros de la zona de relleno, aliviaban por un módico precio, su tensión de testoterona. Allí una plantilla de prostitutas cordobesas trabajaban. La masturbación o "paja" a 2 pesetas, y el coito o "follar" de pie -echada la mujer en la saliente alcantarilla-, 4 ptas. y acostada en el suelo 5 pesetas. 

Carretera nueva, a la izquierda la casa de Barazona

Una curiosidad recuerdo haber visto a la profesional masturbando a dos manos a dos clientes a la vez. Lo peor la higiene, un lienzo moreno limpiaba los genitales de la mujer al acabar el cliente y luego detrás otro. Y ellas como amenaza le decían a los mirones que se acercaban mucho que si no se retiraban les daría con el trapo. El chulo o macarra "protector-extorsionador" tenía un lugar a la lumbre, como en las ordenanzas de Carlos III. De vez en cuando una luz de bicicleta por los senderos y una voz ¡¡Los guardias!!, entonces se iniciaba la desbandada de mirones, militares sin graduación y parroquianos. 

Antiguo Cine Avenida y Mercado de Fleming

Al final la enorme avenida del Conde de Vallellano, suegro del Alcalde Cruz Conde y sus jardines, además de las construcciones de bloques, desplazaron a las prostitutas que se bajaron al paseo del Río. Todos esos árboles de los jardines lo hemos visto muchos cuando eran adolescentes. La Avenida que nos parecía una barbaridad, con ocho carriles, ahora parecen en momentos pocos. Y la Huerta del Rey un lugar precioso, pero no deja de ser, como los jardines del Alcázar, la calle de la Flores, de la Hoguera y muchos lugares más un bonito trampantojo urbano, como el barrio de Santa Cruz sevillano.
Mas sobre la zona:


Fotos del autor, AMC, GoolZoon y otras.
Bibliografía la citada

4 comentarios :

ben dijo...

Que pena que no admitas comentarios,tú sabrás.

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, magnífico trabajo. Recuerdo que cuando iba al instituto Seneca, recorría a diario cuatro veces la avenida del Conde de Vallellano, alguna carrera que otras nos dimos mi amigo el Quini y, yo por los movimientos más que sospechosos que había entre los arboles de los márgenes, y aquello de nene guapo ven.
Gracias por el trabajo y por remover la memoria de los de la Diáspora.
Un abrazo, salud y república.
P/S: Mi amigo el colilla, trabajo en la reparación de los bloques de pisos que perdió los cimientos por las chapuzas y de los constructores.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi. Un paseo desde tu casa al Séneca. Y las carreras de la llamada del amor retribuido, muy graciosa. Para eso estamos para los de la Diáspora. Un fuerte abrazo y salud.

Paco Muñoz dijo...

Carlos tú siempre igual para no cambiar la costumbre. Quién dice que no admito comentarios, no admito los anónimos y más que los anónimos los que insultan como ocurre con notable frecuencia. Los comentarios pasan por un filtro y los que revuelven la bilis se van directamente al sumidero del water. Otra cosa es que normalmente el sistema me avisa de algunos y la mayoría de las veces tengo que chequear el sistema de vez en cuando.
Saludos.