viernes, 18 de mayo de 2018

SOBRE LOS FUEGOS EN EL CAMPO Y LOS RESIDUOS QUE NO LIMPIAN LOS USUARIOS INDESEABLES.

Hoguera en todo su apogeo a las ocho de la mañana

La mañana del lunes pasado, 14 de mayo, bajaba por el camino que nos lleva al vado del arroyo de la Palomera debajo del puente de Hierro del ferrocarril en desuso de Almorchón. A mediados del camino se bifurca el camino y enfila directamente hacía el arroyo, donde estaba el puente de madera de Juan y su amigo. A la izquierda, entre la vegetación de un bosque de ailantos y parras silvestres, entre otras especies, hay una "cochera" de un 'okupa campero', cuya "parcela" está en el mismo bosque, en el margen derecho del arroyo. 

Lugar del perol

La candela como se veía desde el camino

Cuál no sería mi sorpresa que, el precioso prado entre los dos caminos estaba tapizado por residuos, botellas plásticos y papeles de un perol dominguero, pero no acababa de indignarme, cuando vi salir humo del lugar donde habían hecho la candela. Teniendo en cuenta que eran las ocho de la mañana, lo más normal es que los indeseables habían dejado la hoguera encendida desde la tarde anterior. Bajé a la misma y efectivamente era así, un grueso tronco se consumía por el fuego y debajo las brasas de otros. Busqué entre la porquería y encontré una garrafa de plástico, bajé al arroyo la llené y procedí a apagar la candela.

Una vez apagada

Otra vista

Hicieron falta dos garrafas más, en total tres, para apagar el enorme tronco y las brasas. Ya por lo menos no había problema alguno. Dije antes indeseables, porque en relación con el volumen de porquería esparcido por el prado, tenían que ser varios los susodichos/as. Y la pena es que no hubo ninguno/a que decidiera, teniendo el arroyo al lado, apagar el fuego. No pretendo que recogieran la porquería esparcida por el prado, que tampoco  hubiera venido mal, pero pensé, a lo mejor esta gente vive así, entre la mierda y eso no les preocupa, pero dejar una candela encendida es un verdadero crimen.

Y otra

Los residuos

Publiqué las fotos en una red social y hubo bastantes comentarios, algunos muy interesantes, por destacar uno de ellos, decía que los desaprensivos no son usuarios habituales de la sierra y los caminos, son elementos temporales, que desconocen que el campo se debe usar y dejar como lo hemos recibido, pero claro su colegio educativo serán las movidas y lo que llaman las "litronas", cuyos espacios urbanos quedan después del uso de estos "ciudadanos de la mierda" como un verdadero estercolero. Por eso creerán seguramente, que el campo lo limpia la empresa de limpieza municipal y el fuego lo apagan los bomberos. A la vuelta del paseo alguien había amontonado en el lugar de la hoguera toda la porquería.

Parte del comedor

Restos del bar

Por si no lo saben los incendios acarrean las siguientes sanciones penales: 

"Los incendios de monte o masa forestal se encuentran recogidos en el artículo 352, castigando a los que incendian montes o masas forestales con la pena de dos a cinco años y multa de doce a dieciocho meses. Asimismo, el artículo 358 del Código Penal contempla que el incendio se puede causar de forma imprudente, y será castigado con la pena inferior en grado a la respectivamente prevista para cada supuesto."
Y el T.S. dice: "que el comportamiento humano, criminalmente relevante, puede presentar dos aspectos diferentes: un hacer algo, conducta activa, denominada "acción", que también podemos llamar "comisión", y un no hacer lo debido, en principio considerado como conducta pasiva, denominada "omisión".

Montón de los residuos en la candela apagada

Otra vista de los residuos amontonados

Pero ningún criminal mira previamente el Código Penal, para saber lo que le caerá por la comisión de un delito. Dónde lamentablemente existe la pena de muerte, se sigue asesinando, sin que ello signifique un freno al crimen. Yo no soy ni partidario de la pena capital, ni me alegro de que nadie ingrese en prisión. Pienso que hay penas mucho más reparadoras, como pueden ser, la condena a que los fines de semana los dediquen a la limpieza de lo que ensucian sus colegas. Luego estaría la prevención, que siempre es mejor que curar. Si la policía, en las ciudades, la Línea Verde y en el campo la Guardia Civil Rural, tomara la filiación de los asistentes al evento -no hace falta que sean todos, pero sí un buen porcentaje-, para al día siguiente comprobar en el estado que quedó el lugar y la pena consistiera en la limpieza, a lo mejor íbamos educando peroleros miserables.



Fotos del autor
Bibliografía artículo de M.A. Peco Alcázar

8 comentarios :

Anónimo dijo...

A veces me lo pregunto: qué es lo que siente alguien cuando tiene el cuajo de dejar basura en mitad de la naturaleza? Son conscientes de que lo que hacen está mal o para esas personas eso es algo normal, natural?

Lo mismo me pasa con quien comete el acto infame, grosero y deleznable de dejar caer un papel, un envoltorio o lo que sea en mitad de la calle. Así, como si tal cosa. Y ya no me refiero a gente adulta a los que ya nadie va a convencerles de lo contrario a su edad (las acémilas son así, qué le vamos a hacer), sino también a niños, que se supone que están creciendo y siendo educados en un mundo más civilizado donde ciertas actitudes ya no tienen cabida. Digo esto último porque precisamente hace unos días iban delante de mí dos niñas (no eran ni adolescentes aún) y una de ellas, como si fuese lo más normal y natural del mundo, arrojaba un papel al suelo mientras continuaba hablando con su amiga.


Carlos

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Carlos.

Yo creo que no sienten nada, es una forma de vida, quien está acostumbrado a ser así debe considerarlo normal. Y no es disculparlos. A mi mis padres no me consentían tirar nada al suelo, ni ensuciar nada, igual he hecho yo con mis hijos, y lo mismo hacen mis nietos. Yo ando mucho por el campo y no dejo ni rastro de mi paso por él, si me como un caramelo me guardo el papel en el bolsillo. Sólo las pisadas y si es duro el terreno ni eso, no corto ni una flor.

Mucho más denunciable es cuando un individuo, en un semáforo, en la ciudad, vuelca el contenido de su cenicero en el suelo. O tira -ayer vi uno- la colilla encendida por la ventanilla, y estas cosas deben estar recogidas en las sanciones del Código de Circulación, además del crimen que es hacerlo en una carretera por los fuegos. Las cunetas de las carreteras están llenas en muchos lugares de botellas de plástico o latas de bebidas.

Es un problema educacional de la sociedad, En lugares como el Tablero, o la cuesta de las Ermitas, donde van parejas a demostrarse su amor, hay normalmente papeleras pero es más fácil tirar los envoltorios de las Pizzas, las botellas de cristal, o los preservativos -que menos mal usan algunos- al suelo y no digamos de las toallitas.

Un saludo

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, la culpa de estas mierdas, sí mierdas, la tenemos nosotros, entremos todos y sálvese el que pueda, porque no hemos sabido educar a nuestros hijos, y estos a los suyos. Mis padres jamás tiraron nada al suelo y nos enseñaron a nosotros, nosotros a nuestros hijos y nuestros hijos a los suyos. Mi nieta de Anne de 18 meses tira las cosas a las papeleras y cuando ve a alguien que tira algo al suelo dice “China” sinónimo de cochina. Mientras personas mayores tiran las mondas de las pipas al suelo, haciendo verdaderos montones. ¿Cómo hostias van a educar a sus hijos?
Cuando éramos niños íbamos de perol, principalmente a la Palomero y al Duende, y nos traíamos todas las sobras y muchas veces lo que habían dejado otros. Llevábamos hasta una lata para recoger las cenizas de las candelas.
Estamos recogiendo lo que hemos sembrado. Recuerdo que mis mayores hacían alusión a las normas de urbanidad del dictador Primo de Rivera, que sancionaban con multas cosas como tirar basura, escupir en el suelo, cortarse las uñas en público etc.
Está visto que sólo aprendemos cuando nos rascan el bolsillo, pues ¡¡¡Leña al mono hasta que se aprenda el catecismo!!!
Nos hemos centrado en esto último. Pero tengo que agradecerte, que me recuerdes mi infancia. Un fuerte abrazo
P/S: Aquí en Sestao y otros municipios vivimos en la edad de piedra, las gentes sacuden las alfombras por las ventanas, y vas por la calle y te tienes que tragar todas sus mierdas.
La Jefa dice que cualquier día me van a tirar un tiesto a la cabeza, porque cuando paso les digo, ¡ahora te tiras tú!
No hace mucho unos vecinos, unos chicos jóvenes, le montaron el pollo a una mujer que sacudía las alfombras a la calle. La sacudidora muy ofendida fue a los municipales, y le dijeron que se podía hacer hasta las 10 de la mañana. ¡Toma ya siglo XXI!
¡Ah! Otra más gorda. El otro día una señora estado en el Metro le llamó la atención a unos chavales, por tirar cosas al suelo, y por toda respuesta, le dieron unas hostias.

Anónimo dijo...

http://www.xlsemanal.com/firmas/20180304/arturo-perez-reverte-patente-de-corso-cediendo-paso-no.html

Este artículo trata, en cierto modo, de este tipo de gente. Saludos.


Carlos

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Lo de la basura en El Patriarca es indigno de seres mínimamente civilizados. No entiendo como se puede ir de perol y dejar todos los desperdicios en la zona.

El código de la circulación ya prohíbe expresamente arrojar objetos que puedan provocar incendios:

Artículo 6. Prevención de incendios.

1. Se prohíbe arrojar a la vía o en sus inmediaciones cualquier objeto que pueda dar lugar a la producción de incendios o, en general, poner en peligro la seguridad vial (artículo 10.4 del texto articulado).

Y en el artículo 4.2
2. Se prohíbe arrojar, depositar o abandonar sobre la vía objetos o materias que puedan entorpecer la libre circulación, parada o estacionamiento, hacerlos peligrosos o deteriorar aquélla o sus instalaciones, o producir en ella o en sus inmediaciones efectos que modifiquen las condiciones apropiadas para circular, parar o estacionar (artículo 10.2 del texto articulado).

Paco Muñoz dijo...

Gracias Patxi, en mi familia somos lo mismo que la tuya. Hacemos y transmitimos lo que nos han enseñado los mayores. Además de la limpieza, las preferencias de las aceras, las de los mayores y señoras en los transportes públicos, etc. Había un librillo que se llamaba de Urbanidad, algunas cosas no se podían llevar a efecto, como cuestiones de mesa y cubertería, pero el resto sí. No comprendo lo de Sestao en el siglo XXI, que parece el "agua va" de la edad media, pero además sin avisar. La gente no da los buenos días cuando se cruza con otra persona en la soledad del campo o de una vecindad. Es este tipo de sociedad individualizada y deshumanizada de la que, seguramente, tenemos nuestra parte de culpa.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Pues sí Paco. Tengo varias fotos de todo eso que se está hablando aquí. Como tu dices algunas cunetas están llenas de latas y botellas que se supone que las tiran desde el coche. He visto incluso colillas entre la vegetación por la zona esta de los puentes próximos al de los Arenales. No me molesto en buscar calificativos porque ya los he visto más arriba. Un abrazo Paco.

Paco Muñoz dijo...

Nada que añadir Carlos a lo de las fotos que posees de las barrabasadas en el campo

Y decir que, lo que comentas del Patriarca, que aunque no pueda aplicarse directamente a los perolistas el Código de Circulación, que considero válido para los de los coches, Patriarca o Cuesta de la Ermitas, por poner dos lugares emblemáticos de la suciedad moderna de estos futuros ciudadanos adultos, si debía recogerse en una norma que seguro está recogido.

Pérez Reverte me cae un poco gordo, sin que esto signifique que no me guste su literatura, de la que he leído bastante. A lo mejor es por la de cosas que le achacan en las redes, que de seguro no son suyas la mayoría. O por haberlo visto en alguna entrevista en la que parece estar por encima del bien y del mal, pero es igual, este artículo no tiene desperdicio, y la anécdota final con Juan Eslava, el cual si me cae bastante bien es de matrícula de honor, con la fina ironía o humor que adereza sus trabajos. Muchas gracias y un abrazo