viernes, 23 de noviembre de 2018

SOBRE EL “MILIARIO” DEL CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN QUE ES UN PEDESTAL DE ESTATUA

La columna y el capitel romano de la esquina de la Encarnación.

Cuando digo que lo mejor que tiene el blog son los comentarios, es porque es lo mejor. No es lo mismo un cerebro usado, con una cierta edad, falto de reflejos, con neuronas desgastadas, que muchos cerebros trabajando en red, o unos jóvenes. En la entrada de ayer dedicada a D. José María Rey Heredia, un ilustre sabio, matemático y filósofo, como esos personajes de la antigüedad que dominaban muchas ciencias, citaba yo, poco antes de la casa donde falleció, muy joven en 1861, la presencia de un “miliario” en la esquina. De siempre me he dejado llevar por una información recibida en su momento, posiblemente sin rigor y esa es la que he manejado sin profundizar más. Javi, un lector, de una forma educada me dijo: “No tiene ninguna importancia, pero no es un miliario, es un pedestal de una estatua de un "cordobés con pedigrí”. El “no tiene ninguna importancia” es una delicada aclaración, pensando seguramente en no molestar, va bien para aquel que se moleste cuando le enmienden la plana, yo lo agradezco.

El "conjunto artístico" señales, papelera y columna

A raíz de la observación citada, decidí investigar y a poco que muevas, o escarbes en la pared de nuestra historia local, ves que hay mucho escrito sobre la columna. Bastantes artículos sobre el pedestal (ya no lo llamo miliario), el que cita Javi, de Artencordoba; otro de la revista digital de arte Ars Operandi, firmado por José Álvarez en 2008, magnifico y  muy científico, denunciando los daños en el patrimonio; un parrafito de artículo de prensa de 2003, de Solano Márquez; otra cita de Tito Marcello Persino Mario en otro pedestal en La Saetilla de Palma del Río, aquí era procurator; la referencia de D. Teodomiro Ramírez de Arellano; Ventura Villanueva también hace otra importante, y por último (que habrá más, pero para muestra…) “Las Antigüedades de las Ciudades de España, que van nombradas en la corónica con las averiguaciones de sus sitios y nombres antiguos, que escrebía (sic) Ambrosio de Morales, cronista del Rey Católico Nuestro Señor D. Felipe II” de 1575, siguiendo la crónica de Florian de Ocampo, al servicio de Carlos V, que es la primera y más antigua referencia a la columna. La copia de este libro la he obtenido de la “Bayer. Staatsbibliothek” (Biblioteca Estatal de Baviera).

La columna y los daños en el capitel

Dice el loco (lo decía su padre) de Ambrosio de Morales: “Por las mismas razones de las letras Romanas muy perfectas, y de la brevedad, tengo por de la ciudad antigua otra basa de estatua muy hermosa de mármol azul, que se halló con parte de la estatua en casa de Don Fernando de la Cerda, y está agora en casa de Canónigo Mohedano. Y dice.

TITO. MERCELLONI. PERSINO.
MARIO. AEDIL. II. VIR.
COLONI. ET. INCOLAE.

Dice en nuestra lengua. Esta estatua pusieron los moradores naturales de la ciudad y los extranjeros que vivian en ella a Tito Mercelon Mario, de la tribu Persina, que fue Edil, y uno de los dos del gobierno de la ciudad. (Morales se ha equivocado en hacer a Tito Marcelonio de la tribu Persina. Esta tribu no se ha conocido entre las Romanas; de las quales darémos noticias al fin de las Antigüedades, para que puedan entender algunas inscripciones.)”

Detalle de la inscripción en la columna

Señales de roces en la columna

Un experto posterior se ve le enmienda la plana a D. Ambrosio en cuanto a lo de la tribu Persina. Don Teodomiro Ramírez de Arellano también lo cita en su Paseo por el Barrio de la Catedral cuando habla de la construcción del convento de la Encarnación: “Desde luego procedióse a hacer las obras para convertir las casas en convento, aunque la iglesia nos parece de fines del siglo XVII, y dando la casualidad de encontrarse en una de las casas de los Sres. Marqueses de Vega de Armijo, un grueso mármol negro con una inscripción romana, lo colocaron en la esquina de la calle, donde se conserva, reservándonos el copiarla para cuando lo hagamos con todas las existentes en esta Ciudad.” Dice simplemente: “un grueso mármol negro con una inscripción romana”

De libro de las Antigüedades

Ventura Villanueva en un trabajo “El teatro en el contexto urbano de la colonia patricia”, con motivo de un seminario de arqueología: “Pedestal cilíndrico de caliza micrítica gris (piedra de mina). Hallado en el s. XVI "en casa de D. Fernando de la Cerda", se colocó en el Convento de la Encarnación, que se construía por entonces, en la esquina con la c/ Rey Heredia, donde actualmente se conserva. El lugar de hallazgo no debe distar mucho del de reutilización, atendiendo a las dimensiones de la pieza (140 cm. de altura y más de 200 cm. de perímetro). T. Ramírez de Arellano (42) narra un luctuoso suceso histórico, acaecido en 1586, en cuya trama participó un tal D. Andrés de la Cerda, posiblemente familiar directo de D. Fernando, cuya casa se situaba a muy poca distancia de la c/ Pedregosa (hoy c/ Blanco Belmonte). Es por eso que consideramos que su lugar de hallazgo está directamente relacionado con el complejo aterrazado occidental anejo al Teatro. La pieza presenta una cartela rectangular ligeramente rehundida de 27 x 62 cm., donde se encuentra el texto, inscrito en letras capitales cuadradas de época augustea y 4 cm. De altura:

T(ito)·Mercelloni·Persino
Mario·aedil(i)·Hvir(o)
Coloni·et·incolae

La superficie de la pieza ha sido levemente rebajada con bujarda (*) en época Contemporánea, habiendo perdido las letras su profundidad primigenia. El pedestal debió ubicarse originalmente en el complejo aterrazado occidental anejo al teatro, de carácter por tanto público y representativo” (*) (La bujarda es un martillo de púas de distinta forma, que se empleaba para labrar la piedra con acabados rugosos). Recuerdo cuando adoquinaron la calle Cardenal Herrero y le pusieron marmolillos rugosos alrededor de los muros de la Mezquita, como los picapedreros trabajando en la calle le daban el acabado final a los materiales, con bujardas y picaban los marmolillos con unos martillos de largos mangos flexibles. Ventura Villanueva dice que el material es caliza micrítica gris o piedra de mina; D. Teodomiro, grueso mármol negro;  y D. Ambrosio hermosa de mármol azul. No hay acuerdo cromático entre autores. Habría que deducir que sería posiblemente de las canteras del Rodadero de los Lobos.

La Coronica General de España que continuó Ambrosio de Morales

El trabajo que más me gusta, es el citado en Ars Operandi hace diez años, el 28 jul. 2008, que titula “Daños al Patrimonio” y firma José Álvarez.  Dice entre otras cosas: “…La colocación de estos elementos en el paisaje urbano -independientes en origen entre sí- tuvo lugar durante la construcción del convento de la Encarnación, a comienzos del siglo XVI, fecha en la que se encontró el pedestal durante la acometida de unas obras en las casas de D. Fernando de la Cerda, sitas en las inmediaciones del convento y en el entorno por tanto del teatro que se construyera catorce siglos antes…”/"…Tito Mercello Persinus Marius fue edil y duumvir en Corduba, así como procurator Augusti. Como las demás familias aristocráticas, los Mercellones Persinii se enriquecieron al amparo del poder, al que rindieron culto en la persona del emperador. Sus actos de evergetismo sirvieron asimismo para constatar el poder de las élites locales. El pedestal se inscribe dentro de esta práctica, dejando constancia de la aportación económica del prócer…” 

Ambrosio de Morales

“…El capitel es corinto-asiático, datado en las últimas décadas del siglo II d. C. Es pieza de mármol cuyo lugar de manufacturación está aún por determinar. Su conservación es deficiente, al estar expuesto en zona de tránsito continuo. Tiene dos grandes mutilaciones recientes, en la secunda folia y en la ima folia. De este último daño fuimos testigos: fue causado por el conductor de un camión utilizado en obra cercana. Es probable que fuese autor de las dos mutilaciones, pues la blancura del mármol arrancado en la secunda folia señalaba que el hecho tuvo lugar en fechas próximas entre sí. El capitel guarda notables diferencias con el resto de capiteles corintio-asiáticos de Córdoba y de los conservados en la Península Ibérica, con hojas "mucho más naturales y de mayor belleza plástica" que los demás de estas características, según Márquez Moreno.”

Portada de Las Antigüedades de las ciudades de España de Ambrosio de Morales

Esta misma mañana una camioneta, al hacer maniobra para bajar por Rey Heredia, procedente del Horno del Cristo (ya que no puede hacerlo directamente), gira a la derecha, entra en la calle Encarnación y da marcha atrás Rey Heredia arriba, pasando con la caja a milímetros del capitel. Este ha sido cuidadoso, menos mal pues yo tenía la “escopeta cargada” con matrícula y fotografía de la maniobra, por si rozaba la columna o el capitel. Pero peores conductores o menos cuidadosos, habrán sido los causantes de los múltiples arañazos de la columna, o de los daños del Capitel que cita José Álvarez. Luego está la rematada contaminación visual de una improcedente papelera pegada a la columna, y dos señales de tráfico que rematan el conjunto, sin contar los marcadores caninos que, si bien hay cada vez más dueños cívicos que recogen los excrementos sólidos, hay canes cuyo contenido de la vejiga es como la de un humano adulto, en cuanto a acidez y cantidad, aunque a sus dueños les parezca vino de Montilla, que acaban por destrozar señalizaciones, farolas, y todo cuanto sea bañado por las citadas aguas menores.

Esquina y fachada del Oratorio del Caballero de Gracia

Tiene el trabajo de José Álvarez un párrafo que no tiene desperdicio, a pesar de haber sido escrito hace diez años, hoy que estamos algunos hasta el pelo de determinadas actuaciones eclesiásticas con las inmatriculaciones. Dice: “Es un bien patrimonial que debe ser protegido y conservado como parte del legado cultural común a todos los ciudadanos. Como bien particular, la conservación corre a cargo del titular, según la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de Andalucía (BOJA número 248, de 19/12/2007), que en su Título I. Protección del Patrimonio Histórico, Capítulo III, Artículo 14. 1, dice: "Las personas propietarias, titulares de derechos o simples poseedores de bienes integrantes del Patrimonio Histórico Andaluz, se hallen o no catalogados, tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores". En los bienes de titularidad eclesiástica, el incumplimiento de la Ley es irritantemente usual, siendo frecuentemente las administraciones quienes se hacen cargo de las labores de restauración una vez que el bien se halla peligrosamente dañado, generalmente por desidia de sus propietarios, quienes eluden así sus obligaciones legales. En el caso del conjunto que tratamos, sin embargo, los daños son producidos principalmente al estar el bien expuesto en la vía pública, sujeto al deterioro que este hecho conlleva, pero también es víctima de otros daños que podríamos denominar colaterales.”

Pedestal de La Saetilla de Palma del Río (de Hispania Epigraphica)

Seguramente hay mucho más escrito referido a la columna que cita al paisano del siglo II, Tito Marcelloni Persino Mario, y posiblemente con mucha más sustancia que lo que señalo, pero para muestra basta un botón y en esta entrada hay algunos. Lo importante es que, un comentario de un colaborador como es Javi, me ha obligado a reconsiderar mi disco duro, catalogando una columna de la estatua de un evergeta, que yo consideraba erróneamente un miliario. Por lo tanto, ya no hay un miliario en la esquina del Convento de la Encarnación, frente al oratorio del Caballero de Gracia y al palacio del Duque, hoy propiedad de la familia del fallecido judío parisino, casi cordobés, Elie J. Nahmias ahora lo que hay es lo que hubo siempre, un pedestal de estatua.

Fotografías del autor e Internet
Bibliografía la citada en el texto 

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