lunes, 26 de agosto de 2019

LAS ERMITAS, PEÑAMELARIA, TORRE DE LAS SIETES ESQUINAS, LA SOLEDAD

Recorrido en Wikiloc

El recorrido de hoy han sido unos kilómetros por la carretera CO-3314 desde el Km. siete de la misma hasta las Ermitas y luego la vuelta, salvo que al subir la cuesta que te lleva a Piquín me propuso Pepe, después de pasar un altar que prohíbe las velas -nunca mejor prohibición para posibles imprudentes- y bajar al castañar, antes de llegar a Piedrahita, coger un sendero que por la izquierda sube y luego baja hasta el camino de Peñamelaria o Huerta de las Ventanas, a la Torre de las Siete Esquinas que nunca había recorrido, a pesar de haberlo tenido en cartera buscando una ruta cómoda al Rodadero de los Lobos (canteras) o incluso camino de la boca de la Cueva de Piquín, he dicho boca, porque penetrar en esa cavidad enorme, son otros lares y es apta para otras edades. En total el recorrido marcado han sido 12.4 Km. 

Mapa del IGN

Detalle de la Huerta de Peñamelaria

Perfil del recorrido

Hemos podido ver el estado del arreglo de la CO-3314, y el chapucero cementado del arcén de todo el tramo de la CO-3403 que lo ha dejado sin cuneta y canal de drenaje en su margen izquierdo dirección Ermitas. El manual de construcción de carreteras básico de 1º de Ingeniería de Obras Públicas, dice que unos de los elementos imprescindibles en una carretera es el drenaje longitudinal que evita que el agua acceda a la superficie de la calzada, para evitar que el agua u otras materias accedan a la calzada. Pues con este chapuz, no solamente el agua sino cualquier desprendimiento o matorral irá a parar a la carretera y sino al tiempo. Ahora mismo es muy útil para aprovechar el arcén y que aparquen muchos vehículos, que pienso es el sentido, pero mejor que eso es poner un servicio de autobuses lanzadera, desde el Lagar de la Cruz, que permite un buen aparcamiento y prohibir el vehículo privado. 

Reparación actual 26-8-19 deslizamiento CO-3314

Tapado drenaje lateral de la CO-3403

Tapado drenaje lateral de la CO-3403
                   
Y eso que no llueve si diluviara, veríamos medio Cerro de la Cárcel en la carretera CO-3403, cosa que no me disgustaría porque a la hora de decidir sería lo menos malo porque llover que bastante falta hace. Decimos que doctores tiene la Iglesia y es mentira, porque si los tuviera no habrían hecho este chapuz. Luego nos quedó la duda de sí en el tramo reparado del deslizamiento del firme de la CO-3314, irán quitamiedos como los actuales, o pondrán un tramo de bionda. Claro como no conocemos el proyecto tenemos la duda de los pasos a seguir. Después de las críticas constructivas, porque todo no vale ya que en este caso de la anulación del drenaje de la carretera CO-3403, es desnudar un santo para vestir otro. Si la Dana que nos anunciaron hubiera venido con mala leche hubiéramos visto que la crítica no es gratuita. 

Dos vistas del camino

Los "ecologistas" puestos de cacería

Otra vista del camino

Y aunque lo realizado esté hecho posiblemente con la mejor de las voluntades, y con cercanías a lo celestial, tenemos la experiencia que lo celestial va por otro camino que lo natural, sino el monumento del Corazón de Jesús no lo hubiera descabezado un rayo en un par de ocasiones. Lo celestial lo hubiese protegido de lo natural, pero eso daría para un largo debate filosófico. Dejamos la CO-3314 a la altura de su Km. 9, para entrar en el camino que nos llevará al citado de Peñamelaria a la Torre de las Siete Esquinas en una fresca mañana de finales de agosto, con un ambiente cómodo y cielo nublado pero sin gota fría que nos alivie a pesar de poner el aviso color amarillo en toda Andalucía. Interesante paso de palomas y tórtolas, y testimonio de los “ecológicos” cazadores de las citadas especies, en forma de cientos de cartuchos de plástico por el suelo en los diferentes puestos, los plásticos tacos equivalentes al antiguo corcho, sin contar los muchos kilos de plomo contaminante que se esparcen por todos sitios.

Cerca antigua de Piquín

Ya se ve el valle del Guadalquivir

Camino de las Siete Esquinas

Eso sí he visto en programas televisivos presumir a algunos cazadores de su respeto del medioambiente y ser, poco más o menos, los mantenedores de las diferentes especies cinegéticas, o los que suplen a la selección natural, pero la realidad es que ni una cosa, ni otra. Señales de los aterrizajes forzosos de palomas y tórtolas, y seguro que otras especies, por aquello de que pájaro que vuela a la cazuela, y a falta de pan buenas son tortas. Una señora subida nos lleva al punto más alto del recorrido, 534,2 m.s.n.m. a partir de ahí es bajar hasta la torre de las Siete Esquinas, que está en los 443 metros, metro arriba metro abajo. Abandonamos la ristra de puestos de cazadores y nos olvidamos de momento de la mentira del “ecologismo” falso de algunos, para disfrutar de un paisaje muy hermoso. 



Tres vistas de la Torre de las Siete Esquinas desde el camino

A la derecha tenemos un enorme roquedal que, con alguna cavidad evidente, soporta arriba la derruida y ruinosa Torre de las Palomas, y la cabecera del Arroyo de Vallehermoso, o cuando menos una de las cuencas que lo alimentan, cuando llueve desde luego. El camino lo corta una cancela, instalada por los abusos exagerados de competitivos ciclistas, con solo dos dedos de frente, afortunadamente no son todos, que pasaban por delante de la casa a cada momento como si estuvieran en el tour. Claro como no podía ser de otra manera la familia Penco Valenzuela, propietarios del terreno que soportaron durante muchos años el paso veloz de la culebra multicolor, decidieron cerrar el camino y solución santa. Hoy seguro que por los cazadores la cancela estaba abierta, no obstante siempre ha tenido el paso franco a los caminantes por uno de sus laterales.

Cruce del camino con el de Peñamelaria

 Una de las últimas cuestas
Abajo, Vallehermoso

Debajo Vallehermoso, que no hace falta decir a que debe su toponímico. A la derecha el cerro de San Jerónimo y antes la Torre de las Siete Esquinas. A la izquierda el minero cerro del Rodadero de los Lobos y su milenaria cantera, y el valle que alimenta el Arroyo de los Nogales, con su nutrida colonia de zumaques que el propietario no gusta que se fotografíen. Y en el fondo este Las Ermitas, majestuosas como siempre. En el detalle del plano del IGN se puede ver que, alrededor del abrigo de Peñamelaria hay, cuando menos, tres cotas superiores a los 540 m.s.n.m.. En el citado detalle está el abrigo, encima de éste un altozano, dónde se supone estaba el monasterio y está la cruz de la abuela de mi querido amigo Fernando Penco, Doña Concha Terroba y Naval, y más al norte los restos de otra torre vigía descubiertos por un experto, José Antonio Fernández. Entre ambos accidentes las ruinas de una construcción que bien pudo ser el monasterio.

Ficha minera de Segunda Luisa

Todo ese territorio es de varias fincas Piquín, Torrehoria, Huerta de las Ventanas, Don Iñigo o la Soledad, aunque en el mapa catastral pone Casilla del Aire en Peñamelaria, por aquello de los toponímicos y el camino que hemos utilizado cruza por la finca de Torrehoria y Huerta de las Ventanas. Hay bastantes concesiones mineras en la zona, minas que ya no están en explotación, pero que tienen abierta sus bocas, algunas de notable profundidad. San Lorenzo, San Honorato, Segunda Luisa, La Preciosa Doña Carmen, son algunas de las explotaciones de hierro, de finales del XIX y principios de XX. El exponente más claro son las de las Niñas, en la finca de San José, aunque las de la Torre de las Siete Esquinas son el referente de barracones. Esas fincas han variado de propiedad varias veces y segregado el territorio de muchas, otras se han anexionado caminos sin ningún pudor. 

Fotos del autor e Internet
Bibliografía minera de Internet

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