sábado, 4 de abril de 2020

COSAS QUE TE PUEDES ENCONTRAR EN UN CAJÓN

El llavero que causa más pena que risa ahora

Hoy con esta maldita epidemia, que nos obliga a limpiar el suelo todos los días, con lejía y por no tener que hacer ordenar cajones, tirar cosas... te encuentras de las más variadas. Me he encontrado en un cajón un sobre con un sueldo de cuando fui profesor contratado de Electrónica Industrial en FPA, con el importe íntegro en pesetas. Lo que no sé es porque estando siempre tiesos lo guardamos sin gastarlo. No es que fuese mucho pero en una familia de pobres algo es bastante. También en un sobre billetes de una peseta algunos muy nuevos: 1945, Isabel la Católica/indígena y mapa del Caribe; 1948, Dama de Elche/racimo de naranjas; 1951, D. Quijote/armadura; 1953, Marqués de Santa Cruz/Popa de una galera. De cinco pesetas: 1954, Alfonso X/ Biblioteca Nacional y una moneda de cien pesetas, 1986 Juan Carlos I/Escudo de España.

 Una cruz y tierra de Jerusalén, certificada

Como no sabe uno con el confinamiento que limpiar, en el mismo cajón citado de la mesita de noche encontré ¿una reliquia? Vaya por delante mi más absoluto respeto por la persona que me regalo esta bolsita, porque sé que lo hizo desde su convencimiento de que estaba haciéndolo bien, o que seguro pensó voy a ayudar a este pecador. Porque, simplemente que tu estés en la hermosa ciudad de Jerusalén y te acuerdes de una persona para traerle un obsequio ya es de agradecer. Y es una persona que aprecio bastante porque es muy buena gente, nada más que por su oficio ya es de admirar.

San Onofre

No sé si se puede considerar así. Sí por el tiempo que hace de ello que son bastantes años. Lo primero que se me ocurrió es hacer la broma: -¡Conchi ya estamos salvados! Mira lo que me he encontrado una reliquia y una bolsita de tierra de Jerusalén (a saber de dónde, esto será como el Aire de Sevilla enlatado). Reconozco que no es una broma graciosa (esto va por los Abogados Cristianos como posible atenuante). Por otro lado no deja de ser un “souvenir” como otro cualquiera, evidentemente salvo para los cristianos porque es un símbolo de bastante importancia. 


Los billetes de peseta


También me he encontrado una pequeña imagen San Onofre, “el que es continuamente bueno”, 320 Etiopía/400 Siria, muy adorado por los coptos Parece que va bien para pedir trabajo como San Pancracio. Seguro que es de otro amigo/a que en este caso no recuerdo quien es, lo siento. Lo que es significativo son las cosas que guardamos, y yo que soy un “prosopopéyico” crónico más. Estoy seguro que todo pasará a la bolsa de plástico para la empresa de basura, una vez haya entregado uno la cuchara. Es lo más normal, todos los escritos, los libros, esas pequeñas cosas que aparentemente tienen vida para ti, incluso una reseña de algo escrita en el borde de un folio usado, o el dorso de un sobre de las muchas cartas que recibe uno, de deudas o recibos pagados, son tonterías para los demás.


El duro de papel, cinco pesetas

Me da un no sé qué de escribir en un folio limpio, inmaculado (ya que estamos con temas sagrados). Siento que es como quitarle su blancura virginal, y prefiero escribir en sitios ya usados. No es por miseria o por ser “gurrumino” ya que tengo dos paquetes de 500 folios para la impresora y podría usarlos. Tampoco es por la cuestión ecológica, “palabrita del niño Jesús” (por seguir por el camino sagrado), son manías de las muchas que tenemos cada uno. Pero hay que ver la de cosas que está despertando el maldito virus que nos tiene a todos, a unos más que a otros por eso de los grupos de riesgo, asustados.


Cien pesetas 1986

También en el cajón había una factura de una tienda de lanas, de 1972, cuando Conchi tricotaba. Un almanaque de mano del mismo año y lo más gracioso, un llavero de madera, con una frase que, después de los males, de anularte la poquita testosterona que te quedaba por razones lógicas de la edad, con los agresivos tratamientos de "castración química" (le llaman anulación hormonal) y radiaciones ionizantes, más que sonrisa te dan ganas de llorar por la frase que pone: “Me gustaría hacer el amor contigo, si estás de acuerdo sonríe…”. Tres abanicos, una caja de preservativos (esto si que es gracioso), una caja de clorato potásico (Para las aftas no para explosivos), dos calzadores y tres peines... y eso solo en el fondo del cajón de una mesita de noche. Buscaremos en otros.

Fotografías del autor
Bibliografía del absurdo

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