jueves, 20 de enero de 2011

EL HOSPITAL DEL CARDENAL SALAZAR O DE AGUDOS

Fachada principal (GMU)

Don Pedro de Salazar y Toledo —malagueño, nacido el 11 de abril de 1630, Obispo de Córdoba de 1676 a 1706, año en el que falleció, que nombró Cardenal de la Santa Cruz de Jerusalén Inocencio XI. Que estuvo en Roma del 1689 a 1692 y participó en los cónclaves de elección de Alejandro VIII e Inocencio XII. Que pertenecía a la Orden de la Merced y está enterrado en la capilla de Santa Teresa, de la Catedral (antigua Mezquita), que él fundó en 1697— estimó la necesidad de la ciudad (¿?) de contar con un lugar, “un colegio donde se acogiesen niños pobres, enseñándolos a cantar y a tocar los instrumentos a propósito, para dotar a la Catedral de una excelente capilla de música” según nos recuerda D. Teodomiro Ramírez de Arellano.

Zaguán

Para ello adquirió la casa que pertenecía a Don Antonio del Corral, y era casa principal de la familia, y encargó a Hurtado Izquierdo la construcción del palacio. Hurtado Izquierdo era entonces Maestro Mayor de la Catedral (antigua Mezquita). Pasado un tiempo, y con motivo de la epidemia de peste en la ciudad, el propio Consejo, el Cabildo ye incluso Fray Francisco de Posadas, le rogaron que reconsiderara la decisión y destinara el edificio para hospital, ya que cada vez habían menos, lo necesitaba la ciudad, y los otros se podían refundir en este mayor.

Escudo del Cardenal

Estimó la propuesta y el ruego y en 1701 se creó una Fundación, aunque todavía no empezó a funcionar como tal hasta 1724, bastantes años después de la muerte de D. Pedro Salazar, concretamente dieciocho. Su “sobrino” Don Pedro Salazar y Góngora, que fue su heredero y también Obispo de la ciudad después (1738/1742), retomó el proyecto.

Mascarón

Eso supuso un aumento de las rentas que mejoró lo realizado. La fusión de otros hospitales más pequeños no se pudo consumar totalmente, por existir dificultades, pero poco a poco, se fueron agregando, primero el de la Fundación de D. Francisco de las Infantas, que se llamaba de Convalecientes, cuestión que obligó a ampliar el edificio.

Fachada calle Romero

La citada ampliación es el cuerpo que va desde el rincón de la puerta falsa, en la calle Almanzor, donde ésta hace un rincón y una pequeña plazuela, hasta la entrada actual de la Facultad en la misma calle —Esta ampliación moderna  absorbió unos solares y una nave donde se fabricaban ampollas para la industria farmacéutica, como pueden comprender ya en nuestros días—. Después se le agregó el Hospital de San Sebastián, y luego el de la Caridad.

Pasillo

El primero en la calle Torrijos y el segundo en la Plaza del Potro. Luego el de Antón Cabrera y otros menores. Este último se llamó también de la Concepción y estaba ubicado en lo que fue la escuela Normal de Magisterio y hoy es la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, se dedicó al venéreo y parece que con suerte pues tenía colgada una tablilla en la puerta que decía: “El que tenga gálico que acuda, que aquí se cura”. Esas incorporaciones entre 1842 y 1850 supusieron un aumento de las rentas que, sumadas, llegaron a los trece mil duros anuales.

Patio principal

En 1853 se incorporó la Orden de la Hermanas de la Caridad de S. Vicente de Paúl. Se mejoraron las instalaciones y se hicieron nuevas enfermerías de convalecientes en el piso alto. Se alicataron muchos departamentos ganando en higiene, y se renovó parte del mobiliario. Cuestiones de índole contable, que partieron dicen de las leyes de la desamortización, hicieron bajar la cuenta de resultados, comparándolo con los años de superávit, a rentas de unos 7.000 duros, la mitad más o menos. En la entrada anterior Sanidad cordobesa en el siglo XIX, se describen los departamentos, aunque cuando habla de once patios me parece se exagera. A la vista del plano de la Gerencia de Urbanismo se vislumbran seis todo lo más. 

Segundo patio

Estaba bien dotado de agua, de la que se llamaba de la Fábrica y desde él se controlaba el paso a la Fuente del Caño Gordo, a la que se recurría en periodos de carencia.  La administración del hospital de incurables de San Pedro de Alcántara pertenecía también al de Agudos, en éste se ocupaban también de la demencia. Decía Don Teodomiro Ramírez que parecían más cárceles de locos que un hospital para curar, a pesar de que se trasladaron muchos enfermos al manicomio de San Baudilio de Llobregat, en Barcelona, enorme manicomio que tuve ocasión de ver, con motivo de una visita a un familiar a finales de los años cincuenta.

Escalera principal

Parece que el número de enfermos era muy elevado ya en el S. XIX. Aumentaron los ingresos con motivo de la guerra de la Independencia y con la agregación de los militares de la plaza al utilizarlo como Hospital Militar. Hubo un tiempo que lo usaban los ermitaños del Desierto de Belén, que tenían una sala anexa, que se suprimió cuando ampliaron la hospedería que tenían en el edificio adosado a la Puerta de Osario.

Cuadro del Cardenal

La ficha de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de la ciudad, dice que: “En 1974 se remodela para la Facultad de Filosofía y letras, y tiene otras ampliaciones en 1981 y 1996. Es un edificio barroco de planta cuadrada, con un patio circundado por una galería perimetral, de dos plantas de altura, tratadas con cerramiento mural apilastrado y con ventanas recercadas y rematadas por frontón. 


Postigo 1778


Tiene entre el patio principal y el secundario una escalera noble de dos tramos” en mármol, con un rellano, en el cual está el retrato del Cardenal Salazar, parece que obra de Ignacio Cobos Guzmán. El otro patio más pequeño está porticado en su cuerpo inferior, rodeado de columnas dóricas y arcos de medio punto. La planta alta es de vanos adintelados, pero es un precioso patio también.

Postigo Mariano Arroyo

Continúa la ficha citada: “Existen dos capillas, una en la planta alta y otra en la baja. Los muros de carga son de ladrillo de gran espesor. La fachada de dos plantas, con ritmo de pilastras dobles enmarcando los huecos que se ven coronados por frontones triangulares y curvos. El zócalo es de piedra y la cornisa resaltada. 


Postigo Joaquin


Tiene una portada de mármol gris con puerta adintelada y balcón superior encajado en un frontón curvo partido, donde se ubica el escudo del Cardenal.” Todo ello coronado por un enorme mascarón. Da paso la portada a un enorme zaguán empedrado de chino, con un gran farol de cristal en su centro y una ventana a cada lado. Una puerta de madera de dos postigos da acceso al pasillo y el patio principal.

Postigo Carlos Pérez

Como todos los grandes palacio o caserones, no podía librase éste de leyendas de aparecidos, que las tiene desde luego y bastantes. Carriles macabros en el suelo de algún aula, creo que la V, para dirigir las camillas al depósito de cadáveres. Voces en la noche, niños que lloran, corrientes de aire gélidas que amedrentan al más pintado, son algunos de los fenómenos paranormales que algunos atestiguan haber observado, y puede que sí. Estos grandes edificios con múltiples pasillos, ventanas y puertas a muchos sitios, y sobre todo con muchos años, generan toda clase de ruidos y de fenómenos inexplicables, o que son difíciles de explicar, que se encuadran popularmente en lo paranormal. 

Plano de la gerencia

Tiene el edificio una curiosidad que atestigua la antigüedad de sus ventanas. En los postigos de madera de éstas, están grabados los nombres de muchas personas que estuvieron allí, con expresión del año. No sabemos si salieron después por su pie o en la camilla por los raíles, para engrosar el Libro de Fallecimientos del municipio. Hay algunas fechas que podemos relacionar con la guerra de la Independencia y otras más antiguas.

En una fotografía adjunta podemos observar un nombre: Mariano de Arroyo, con la característica caligrafía de ahorro de grabado o de la época, Una letra eme que es a su vez a y erre. Una a que también es ene, en el nombre, y en apellido la a adosada con la erre. Todo ello da para escarbar en las muchas historias y pesares de quienes escribieron allí sus nombres.

Bibliografía: Arte córdoba, Gerencia de Urbanismo de Córdoba y Teodomiro Ramírez de Arellano
Fotografías del autor y Gerencia.

Dedicado a M. Harazem, un buen amigo estudiante de la Facultad que creo no acabó, 
pero que no le hace falta, pues tiene un dominio de la narrativa extraordinario. 

9 comentarios :

harazem dijo...

Gracias por la dedicatoria, Paco. La verdad es que a pesar de la pésima calidad de la enseñanza que allí se impartía, salvo honrosas excepciones, me lo pasé como los indios, sobre todo cuando nos rodeaba el 7º de Caballería vestido de gris y con unas terribles porras de goma que era requerido de vez en cuando por el Habitante Zezeante, el decano Cuenca Toribio, a la primera asamblea que se montaba.

En cuanto a los fantasmas verdaderamente importante sólo hubo uno. Se paseaba por los pasillos tieso como un palo y con una enorme pipa, la enorme nariz roja, dicen las malas lenguas que por efecto acumulado de cierto brebaje dorado que gorroneaba en el Jaco Escarlata, acompañado siempre por otras dos sombras siniestras: el perro negro de mal aguero y una sombra becaria de no menos mal agüero que siempre le seguía como una idem. Hablo, claro, del fantasma de don Feliciano Delgado OB (Orden de b...). Hubo otros fantasmas, como un secretario con poderes milagrosos de hacer sacar carreras sin pisar la Facul, pero menores.

Paco Muñoz dijo...

Manolo es que tu has sido el "incitador" y además porque es verdad lo que opino.

Es acojonante lo que comentas, me imagino que eso habrá cambiado.

Llaman la atención los postigos y hay que imaginarse la problemática que habrán vivido en ese tiempo las personas allí.

Muchas gracias y un abrazo.

Anónimo dijo...

Estupendo trabajo,Paco,cada día te esmeras más en las fotos y en el desarrollo
del texto. No he entrado en ese edificio desde que es Facultad y paso muchas
veces por la puerta, en mis largos paseos por Córdoba, así que ahora lo haré
porque lo que muestras en las fotos es conveniente verlo al natural.
Desde luego la Facultad de Letras está situada en un lugar estupendo.
Saludos.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Ben.

Un abrazo

Manuel Estévez dijo...

Amigo Paco


Excelente trabajo y muy bien montado como todos.

Yo, conocí los dos hospitales en funcionamiento. AGUDOS Y EL QUE ESTABA ENFRENTE EL DE INCURABLES.

Cuando Pepe Carrillo Maestre, el dueño del CHURRASCO, andaba por CASA MINGUITOS, En San Lorenzo,
me llevaron a ver a una anciana vecina mia que estaba ingresada en INCURABLES, porque tenía SARNA.

De paso en el Hospital de Agudos, fuimos a ver a una tia operada de Cataratas. Entonces le tapaban los dos ojos, antes y despues de la operación.

Recuerdo que estaban en una sala común muy grande, y tenían los clásicos "cucuruchos" para tapar los ojos.

Lo que han cambiado las cosas.

-Inclurables, una Iglesia
-Agudos, Una Facultad
-Fuera los "cucuruchos"
-El "salto" de Pepe Carrillo


Saludos
aggusdosllegué a conocí r los dos como todos

Paco Muñoz dijo...

Gracias Manuel.

Yo no he entrado al de Incurables, nos lo tenían prohibido de nenes,ya sabes que decían que había personas con lepra y eso pesaba mucho en ese tiempo todavía.

Hoy en día te operan de cataratas y te vas a tu casa, increíble. En San Pedro Alcántara la última vez que entré fue al casamiento de las bodas de plata (me parece) de Juan León y Milagros, boda flamenca. No el torero de los caracoles del café de la Unión, con Curro Cuchares y el Tato, sino el de San Lorenzo, que también le gustan los toros.

marti dijo...

Pepe Carrillo Maestre? El dueño del actual El Churrasco, con página web y todo, es Rafael Carrillo Maestre, ya desde pequeño, y titular de la firma desde 1970. ¿Estamos hablando del mismo, se trata de algún "expediente x", o llevo años equivocado?
Me he quedado intranquilo.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Marti


Perdón me he dejado influenciar por
el Pepe, que abunada mucho por esa zona.

Llevas razón es RAFAEL, y estuvo trabajando de joven en CASA MANOLO MINGUITOS EN SAN LORENZO, luego
creo que estuvo en la CALIFAS, de
a calle judería.


Saludos

marti dijo...

Ya me extrañaba a mí, amigo Estévez, que se te fuera ésta. En fin, bastaba con darse un paseíto hasta el establecimiento y verificarlo. De paso, tomarse algo, que para eso está.
De todas maneras el pedigree cuenta y tú lo ajustas. Pues mira, ya has abierto otra vía para entradas de blog. Es bueno conocer antecedentes.
Saludos cordiales.