jueves, 21 de abril de 2011

BAÑOS ÁRABES DE CÓRDOBA Y HOSPEDERÍA DE LOS BAÑOS ÁRABES.

Anagrama del establecimiento

Una mañana de paseo. Un par de exposiciones de arte. Pasamos por la casa del antiguo médico de cabecera de mí familia, e incluso me asomé a lo que era su despacho, en el que en cierta ocasión me aprobó con la patología que le expuse con trece años, infarto de miocardio agudo, entonces me recomendó que leyera libros de ginecología en lugar de medicina, porque embarazado seguro no podría quedarme. Una persona extraordinaria, D. Emilio Maya, de una enorme humanidad y conocimientos, que vivía con sus hijas, rodeado de gatos, en una casa junto a la de paso que unía la calle Ricardo de Montis con la de Leiva Aguilar. 

Entrada a los Baños y a la Hospedería

Luego una visita a la Residencia de mayores de San Juan de la Cruz, antiguo convento de Carmelitas Descalzos donde habitó en 1565 el santo cristiano, a visitar a una "chavala" de noventa años que allí reside, con una memoria prodigiosa. Allí me encontré con Conchi Mantero, la hija de Manolita, amiga de mi hermana, a la que hacía años que no veía y me dio mucha alegría verla por razones de salud que no vienen al caso. Ya dentro del antiguo convento visité también la  Iglesia de San Roque.

Patio del cervatillo y piscina de aguas medicinales

Después fuimos ex-profeso, a visitar ese hotel con encanto y baños que me comentó Rafa Guijo, se había inaugurado en una fecha importante para algunos, el 14 de abril, y que dijo estaba en la calle Almanzor y no conocíamos. Allí fuimos, un cartel en la calle nos permitió conocer su ubicación. Entramos y con una exquisita amabilidad nos permitieron visitar los baños, no sin antes descalzarnos y facilitarnos unas chanclas.

Primer plano del cervatillo

Rumores de fuentes, paredes tapizadas del árbol de la vida de Medina Azahara, arcos de medio punto, suelos de mármol, paz en conjunto y goce para los sentidos. Manuel y Cristina o Cristina y Manuel, son los propietarios valientes que, en malos tiempos han apostado fuertemente por una industria que seguro, y así se lo deseamos de corazón a ambos, pronto será el referente de esa calle y ese barrio. Los Baños Árabes y la Hospedería, la segunda con encanto, habitaciones de diseño y un lugar propicio para olvidar el trajín diario.

Brocal de pozo

Dice el folleto del establecimiento: 

"En el corazón de Al-Andalus, a la sombra del Alminar de las Gran Mezquita Aljama de Córdoba, se abre una experiencia de los sentidos, un oasis de paz en el laberinto de la Medina cordobesa, un espacio para reencontrarse con el cuerpo y con el alma en un mundo de luz y serenidad, una para da reposada en el vértigo de la vida moderna, un capricho dulce con el que apaciguar las tensiones y el descuido, una emocionante experiencia en la cálida luz de sus patios blancos, en las sombras de sus capiteles arabescos, en las aguas mansas y cristalinas, las mismas que regaron el vergel de Medina Azahara en el paraíso Omeya. 

Entrada a la zona de baño

Un viaje al edén de la relajación, de las palabras lentas, suaves y frescas como las aguas que vierten la sabiduría del viejo Califato cantado por los poetas del esplendor árabe en el mundo: 

Duchas

“No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón haya sido apresado por una voz que canta; Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar; como la madera, de la que sale lo mismo el arco del guerrero que el laúd del cantor”. “Ibrahim Ben Utman.”

Dos pavos reales decoran las duchas

Los baños eran desde luego los lugares donde los árabes, sabios utilizadores del agua como elemento esencial de la vida, que usaban además de para purificar al cuerpo, y a su vez beneficiar al espíritu, y si a ese conjunto espiritual y físico, le añadimos el encanto de la Hospedería, en el mismo corazón de la Judería, un lugar de paz y tranquilo, sin circulación a motor, ya está la mezcla conseguida. El resultado es verdaderamente de ensueño.

El árbol de la vida de Medina Azahara decora la pared

El lugar me trae muchos recuerdos de la infancia. La casa número dieciséis fue mi segundo lugar de trabajo, aprendiz de joyero con Rafael Gil, año 1958, un aprendiz de once años. Antes había sido cincelador con un artista de la calle ya fallecido, Paco Díaz Roncero. La casa donde se ubicaba el taller era -como casi todas las de la calleja de los “enterraores”, que es como se llamaba por los lugareños, por vivir en ella dos empleados del cementerio-, de vecinos. 

Piscina de agua fría

Allí vivían Enrique y Amparo la de los huevos –Enrique era hermano de Paco el Rubio de la Puerta Almodóvar-, el Lotero Muñoz, Puri y sus hermanos; Antonio, un hombre sabio posiblemente el primer republicano que conocí en mi vida, sus conversaciones con él eran muy productivas, padre de Antoñita “La Guapa”, esposa de Araujo, un vecino, y creo que propietario anterior de la casa de la Hospedería. Anita, que era la dueña y casera a la vez; Ana, Curro y sus hijos; un municipal que le llamaban “el bizco”, que era junto con otro de la calle Almonas el terror de las bicicletas -con los coches no se atrevían fuesen a topar con un gerifalte del régimen-; Carmela, la Jeringuera de la Puerta de Almodóvar, Pepe Gálvez su marido, y sus hijos Pepín y Carmeli; Rafael Gil, “el sillero”, Pepa su mujer y sus hijos; hasta una artista de “varieté” muy atractiva que nos llamaba mucho la atención a los nenes. 

Piscina templada

En la calleja quitando el chalet de Llorente, hoy restaurante, con su níspero en el patio, árbol que nos ha visto nacer a medio barrio, que era eso un chalet, el resto eran casas de muchos vecinos, humildes en su mayoría. La de la Palmera a la entrada; la de “Pepete”, la del “Gitano” en el rincón, creo vivía en ella “Morterete”; la carpintería de enfrente; la pared que no tiene casas era medianera con la fábrica de las gaseosas de la Casa del Indiano en la plaza del mismo nombre, que nosotros la llamábamos la "plaza de las gaseosas", ahora la fábrica son viviendas.

Sala caliente, bóveda.

En el número dieciocho, actual casa de los Baños Árabes de Córdoba y Hospedería, vivían los citados Araujo y sus hermanos, y algunas familias más, en total unas diez. Por lo tanto, en esas dos casas reseñadas, vivirían unas dieciséis o dieciocho familias, que si les sumamos los vástagos ya sumaban unos pocos cordobeses, y si añadimos la población de las otras de la calleja, era mucha vecindad.

Patio final con sala de masaje

El problema de los recuerdos es que afloran en cualquier momento, máxime si te estás refiriendo a lugares en los que has vivido. Y eso parece que hace que desvíes lo que estas tratando hacia otros derroteros, pero no, lo que nos interesa es que una calleja que estaba muerta, después de haber estado tremendamente viva, tiene ahora un establecimiento de calidad, al que le auguramos lo mejor de lo mejor. 

Una habitación

Y como dijimos al principio, pronto será el referente del barrio. La gente bautizará el establecimiento y lo más probable es que lo llamen los Baños Árabes de la Puerta de Almodóvar, o de la calle Almanzor, ambos nombres con reminiscencias califales. 

Otra habitación

Allí nos encontramos a amigos admirados, Alberto Almansa, Matilde Cabello, y Antonio Pantaleón, cuando hablábamos con Cristina la propietaria. Córdoba es un pañuelo. Suerte Manuel y Cristina, os la merecéis, y mucho más en estos tiempos, sobre todo conociendo, por amigos comunes, el valor y el esfuerzo realizado.

Otra más

Dos ilustres visitantes: Matilde Cabello y Alberto Almansa

Cristina, junto con Manuel, los valientes propietarios.



Los datos:
www.banosarabesdecordoba.com (pendiente de realización)
Facebook: facebook.com/bañosarabesdecordoba.
Reservas: info@banosarabes.com
Telef.: 957295855

Fotos y vídeos del autor. Algunas de la Web de los Baños
Bibliografía del folleto del establecimiento.

9 comentarios :

Unknown dijo...

Qué bello lugar y de encanto para descansar n cualquier fecha del año en la ciudad, porque aquí fijo que ni la calor rompe el más profundo de los sueños.

Interesante entrada sin duda, no conocía el lugar, está muy bien logrado todo.

Un saludo.

Paco Muñoz dijo...

Marcos, in situ es mucho más agradable, por lo menos a nosotros nos impresionó.

Saludos.

Vértice dijo...

Gente emprendedora y valiente con los tiempos que corren, y el lugar debe de ser una maravilla, no lo conocía.
UN saludo.

Paco Muñoz dijo...

Precioso Emilio, precioso.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y lo más curioso de estos baños es que en la zona de su emplazamiento ya existieron unos en época bajomedieval pertenecientes al cabildo de la Catedral y posteriormente a la familia noble de los Hinestrosa:
"Todas las noticias que hemos conseguido recopilar referidas al emplazamiento de esta residencia nos informan de su ubicación en la zona noroccidental de la collación de Santa María. Un testimonio documental de 1406 sitúa el baño de Juan Ponce —que era colindante con la mansión principal— en las proximidades de la Puerta de Almodóvar. T. Ramírez de Arellano, por su parte, afirma que la vivienda de esta familia estaba situada en una pequeña calle sin salida que todavía subsiste y que, según el citado autor, fue denominada durante algún tiempo «de los Hinestrosa». J. M. Escobar, en su estudio sobre el urbanismo cordobés de fines del Medievo, también localiza las casas de Juan Ponce en la calle Almanzor, junto al adarve de la judería. Finalmente, los trabajos arqueológicos realizados hace algunos años en el solar de una casa situada al fondo de la citada calleja sin salida corroboran todo lo que venimos diciendo en relación a la posible ubicación de esta vivienda. N. López Rey, autora del informe arqueológico correspondiente, comprueba la existencia, en ese recinto, de una alberca o construcción hidraúlica similar,lo que le lleva a suponer la existencia de unos baños en un lugar cercano, los cuales, a nuestro juicio, pueden muy bien corresponderse con el llamado Baño de Juan Ponce, situado junto a la casa principal de la familia y adquirido por doña Leonor en 1412, como ya indicamos anteriormente. [...] Otros inmuebles, por el contrario, seguramente fueron adquiridos con la finalidad de albergar en ellos a los propios servidores domésticos o, simplemente, para cederlos en arrendamiento. Esta última fue la solución adoptada con el Baño de Juan Ponce —que al parecer era de origen árabe— y con la llamada Casa de la Alcabala. Ambos eran colindantes con la vivienda principal y solían alquilarse conjuntamente, ya que en la casa de la Alcabala se encontraban situados el pozo y la noria necesarios para abastecer de agua el baño." (CABRERA SÁNCHEZ, Margarita (2001): “El destino de la nobleza petrista: La familia del maestre Martín López de Córdoba”, En la España Medieval, 24: 195-238.)

Paco Muñoz dijo...

Interesante y didáctica aclaración Guadalupe. Como se nota el oficio. ¿El adarve de la Judería linda con la calle Romero y Almanzor y la Facultad? Lo de Ramírez de Arellano y la calleja de Hinestrosa lo he leído pero de lo que tu comentas no sabía nada. Muchas gracias pues documenta un proyecto que a lo mejor es pura casualidad su emplazamiento.

Saludos.

Anónimo dijo...

Cuando M. Cabrera cita a Escobar Camacho ("J. M. Escobar, en su estudio sobre el urbanismo cordobés de fines del Medievo, también localiza las casas de Juan Ponce en la calle Almanzor, junto al adarve de la judería") creo que se refiere al adarve de la Judería como el callejón de los baños en cuestión, porque otro adarve no se me ocurre ahora por la zona. Es que mezcla dos toponimos distintos, porque el nombre de la calle Almanzor es posterior.
Según las conclusiones que saqué en su día del propio libro de Escobar Camacho, la calle Romero se denominaba Calle de Malburguete desde, al menos, 1241. Con esta denominación se conocía una de las puertas de entrada a la Judería (1346), la cual se llamará en el siglo XV Arquillo de Malburguete (1458). Según también este mismo autor, la lindante calle de Almanzor era denominada Barrera (1349) y Calle de Juan Ponce (1406).
Este libro es fundamental para conocer la Córdoba bajomedieval, lo malo es que está agotadísimo desde hace muchos años y creo que no es prestable en las bibliotecas, sólo de consulta en sala.

Anónimo dijo...

Si es casualidad o no el abrir unos baños en este lugar, creo que no quita el que sea una buena publicidad relacionarlos con los baños medievales precedentes, que unido a la integración de los muros, bóvedas, alfarjes y brocal de pozo de época bajomedieval-moderna que veo en tus fotos, da caché al establecimiento.

Paco Muñoz dijo...

Yo me refería a que me parece oí en cierta ocasión que el barrio judío estaba amurallado, y la muralla corría por la pared del hospital del Cardenal, Romero arriba.
Y el libro lo voy a solicitar en la Biblioteca y darle un repaso, allí como dices, se ve muy interesante sobre la zona. Muchas gracias por la información detallada que refuerza, como dices en el otro comentario, el emplazamiento sea casual o no.
Saludos.