miércoles, 30 de octubre de 2013

SOBRE EL TRIUNFO DE SAN RAFAEL DE LA PUERTA DEL PUENTE (y 3) DETALLES DEL MONUMENTO

Estatua de San Rafael señalando con al mano la ciudad que protege

Después de haber visto las dos primeras entradas ahora nos queda la descripción y los pequeños detalles del monumento o Triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente. En primer lugar comentar algo sobre el nombre, se ha creado un juego de palabras, provocado porque la Puerta del Puente ha dejado de serlo para convertirse en un Arco de Triunfo en toda regla. La confusión viene con la palabra Triunfo. Muchas personas la asocian a San Rafael y sus "triunfos"  que existen por toda la ciudad. 

Plano americano de San Rafael

Arco del Triunfo, Triunfo de San Rafael... yo he seguido llamándolo la Puerta del Puente para que no perdamos la referencia que ese arco era la Puerta del Puente de la muralla romana que ha ejercido como tal casi dos mil años. Dicha está nimiedad o "pegolete", vamos a tratar de descifrar las claves del monumento que nos ocupa. A mí desde luego me mueven mucho las cuestiones afectivas porque ha sido mi lugar de juegos de niño, junto con el Patio de los Naranjos de la Mezquita (aquí empleo la palabra Mezquita aposta, para contrarrestar modestamente la intención de borrarla de vocabulario de los cordobeses).


Conjunto monumental de la zona

Si leemos a D. Teodomiro Ramírez de Arellano, autor de consulta de todos aquellos a los que nos gusta nuestra ciudad, aunque no es el único, porque hay muchas fuentes importantes además de la suya, pero no tan conocidas, veremos que tacha el monumento como "suntuoso si bien se revela en él marcadamente el mal gusto de la época en que fue construido", de muy mal gusto en suma.  Y la realidad es que sí pero la cuestión de los gustos está como dice el refrán en blanco. Yo sin embargo observo un cierto aire modernista a pesar de que aún quedan unos años, para finales del siglo XIX y lo que está considerado el primer diseño identificado como tal, en un libro de 1883.

La gruta en la montaña

Ya dijimos anteriormente que era un monte de mármol negro, de 40 varas de circunferencia, con una cueva en el centro, monte en el que se coloca un castillo de jaspe encarnado, con cercos de puerta y tres ventanas de jaspe blanco, una columna de mármol veteado de nueve y pico metros de altura, con capitel compuesto, donde se coloca la estatua de San Rafael de más de dos metros y medio de altura, toda ella de mármol blanco. Esto hace que la altura total del monumento ronde los casi veintiocho metros.

Santa Bárbara con el cáliz de su conversión

Arriba de la montaña y debajo del castillete hay tres estatuas de los mártires de Córdoba San Acisclo y Santa Victoria, patronos de Córdoba y Santa Bárbara, cuya presencia es porque el Sr. Barcia era devoto de ella, y por aquello de que quien paga manda. Manifestar que estudios de eruditos, dicen que la historia de los citados patronos es una ficción como la historia misma, según quien la escriba.

Santa Victoria

No hay pruebas evidentes de la existencia de la citada Santa Victoria. Se habla de que en un texto se mencionaba la victoria de Acisclo y al que fuese, intencionado o no, le dio por decir que era su hermana, lo mismo podría haber dicho que eran matrimonio o no haber dicho nada.

San Acisclo

La tres estatuas tienen dentro de un pequeño receptáculo en el pectoral, varias reliquias "auténticas", esto último daba igual porque podían ser de contacto. En época de carencia de reliquias, pues habían pocos "mártires", estas se multiplicaban por el contacto con una auténtica, aunque los textos dicen que éstas lo eran.

Reliquia Santa Bárbara

"Fueron colocadas por aquel prelado en 23 de abril de 1771, unos dos meses antes de su fallecimiento, y son las siguientes: en el de San Rafael, una partícula de la Santa Cruz, otra del velo de la Virgen María y otra de la capa de San José, otra de los huesos de San Pelagio mártir de Córdoba y de San Roque, encerrado todo en un pequeño relicario de plata, fuertemente sujeto con una pieza de piedra embetunada.


Reliquia Santa Victoria

En la misma forma consérvanse en el pecho de Santa Bárbara otras partículas de huesos de esta santa mártir, Santa Águeda y Santa Columba. En el de Santa Victoria hay un pedacito de la cadena de la prisión y otros de los huesos de San León, confesor, San Constancio, mártir, y de Santa María Magdalena de Pazzis, y en la de San Acisclo, parte de los huesos del mismo y de San Vito, San Modesto y San Álvaro, concediendo en aquel acto cuarenta días de indulgencias a los que devotamente visitaren y rezaren a cada una de aquellas imágenes."


Reliquia San Acisclo

A este obispo lo antecedió Francisco Solis Folch Cardona, y le sucedió Francisco Garrido de la Vega. Estuvo sentado en la silla de Osio poco tiempo, de 1756 a 1771, es decir 15 años. No pude (lo que demuestra mí incipiente torpeza), encontrar en la red una imagen del Sr. Barcia Pero ante esta eventualidad, lo importante no es saber buscar sino tener amigos que sepan hacerlo. Dos amigos me han facilitado dos fotografías, una un cuadro del Sr. Barcia y otra de su escudo heráldico (Pepe González y Patxi Guerricabeitia), que si bien está esculpido en el Triunfo aquí se ve con más claridad.

El orondo e ilustrado Obispo Martín de Barcia

Su escudo heráldico episcopal

A su vez también Patxi me facilitó el escudo heráldico que está en el retablo de la Virgen de África. El Sr. Martín de Barcia venía de ser Obispo de Ceuta. Fue prototipo de obispo ilustrado, y bastante interesado en la naturaleza, como cita Antonio Ponz en su Viaje de España refiriéndose a la finca de recreo de los Obispos (Hoy lugar de investigación y de Ciencia) La Alameda del Obispo:

La palma

"Llaman a este hermoso sitio la hacienda de la alameda, cuya jurisdicción es propia de los señores obispos. Se extiende un gran espacio fuera de la cerca de jardines y huertas. Dicho señor Barcia la aprovechó con toda la frondosidad y utilidad expresada, mandando plantar dilatados olivares, y en las márgenes del río muchos álamos, que preservan el terreno en las avenidas y son de una frondosidad inexplicable. ¡Así estuvieran plantadas todas las márgenes de este famoso río, como podría ser, de donde nace hasta donde entra en el mar por Sanlúcar, que muy otra cosa serían su celebridad y su riqueza"


El león y el escudo

En el indicador Cordobés D. Luis María Ramírez de las Casas Deza dice refiriéndose al monumento:

"Al pie del monte , saliendo de la gruta, se ve un león de mármol que bajo la garra derecha tiene un escudo con la inscripción:


El águila y el juramento en la clave del arco

/D.O.M./En medicina Dei./Fugite partes adversae,/Vicit Leo de Tribu Juda/

En la clave de la gruta se mira sobre arbustos un águila de mármol blanco que sostiene un tapete de metal frangeado, en el que con letras doradas de relieve se lee el juramento con que el Santo Arcángel aseguró era custodio de Córdoba.


El caballo pastando (tiene donde pastar)

Al lado del monte  se encuentra a un caballo, emblema de la provincia de Córdoba, una palma, Una pieza de artillería para indicar los estragos de las tormentas de que se ve libre la ciudad por la intercesión de San Rafael y Santa Bárbara. 


¿La pieza de artillería?

El sepulcro del Obispo Pascual al que con cola y cuello ciñe colocado entre juncos un sollo, pez que con el sábalo que cría el Guadalquivir fue signo que usaron en sus monedas algunas ciudades próximas a su orilla. Vides, espigas y otras plantas distribuidas por todo el, adornan el monte."


El sepulcro de D. Pascual

Ya tenemos las alegorías que rodean el monumento. Un águila, un león, un caballo, una gran palma (símbolo de la protección del Arcángel hacia la ciudad), una pieza de artillería (aunque hay que hacer un alarde de imaginación para verla pero la imaginamos a la derecha de la entrada de la cueva por el sur), el sepulcro del Obispo Pascual, que rodea un sollo (esturión), plantas autóctonas de nuestra sierra (además de las naturales silvestres que "adornan" el monumento), junto con las citadas santidades cristianas de San Acisclo, Santa Victoria y Santa Bárbara.

El sollo

En principio se iba a destinar para la construcción del Triunfo, una columna que se había encontrado en la antigua Cárcel de la Inquisición. Pero era delgada y corta. Se buscó el material por las canteras de la sierra y encontraron una en el cerro de Valdegrajos frente de la Ermitas, cuyo material pétreo daba la talla. Por lo que se deduce que era la del Rodadero de los Lobos. Los colores rojo, morado, azul y negro, eran ideales. Aquello generó otro gran problema, lo abrupto del lugar y las dificultades para su transporte. Se hizo un carril especialmente para sacarla a la carretera y se la trajo a Córdoba.

Las plantas

Luego se cita la dificultad que se preveía para ponerla de pie, pero parece que en menos de una hora se pudo poner encima. Del mismo modo se subió la estatua de San Rafael, menos pesada pero más delicada.  El 22 de julio de 1771 murió el Obispo impulsor del monumento, el Sr. Barcia. Los trabajos se suspendieron a pesar de quedar aún bastantes fondos "del expolio" del Obispo. Aún quedaban remates que hacer en la obra.

El escudo episcopal

El siguiente obispo Francisco Garrido de la Vega tenía buenas intenciones, fue nombrado en 30 de marzo de 1772 y se marchó para Mallorca en julio del 1773, por lo que estuvo poco tiempo en el cargo. Le sucede D. Baltasar de Yusta Navarro, el cual encargó a D. Manuel Ventura Figueroa, colector de expolies y vacantes, para que se librar una cantidad de 6.000 pesos del señor Barcia con los que parece se completó el proyecto. Decir que el cargo de colector de expolies y vacantes era un cargo eclesiástico que nombraba el rey y controlaba la cobranza de los productos de los bienes que los arzobispos y obispos dejaban a su muerte, las rentas de las mitras mientras estaban vacantes, y el pago de otras sumas libradas para invertirlas en limosnas y obras piadosas.

La puerta del castillo y la higuera

Encima de la puerta del castillo, que mira para la calle Torrijos, está el escudo del prelado. Como curiosidad de los entresijos de la puerta nació una higuera que lleva varios años con una cierta frondosidad. Me recordó esta planta la higuera que hubo en el Arca del Agua pegada a la pared norte de la Mezquita, en la calle Cardenal Herrero, estuvo allí más de treinta años. Dice D. Luis María de las Casas Deza, en su Indicador Cordobés sobre el monumento:

Una ventana del castillo

"Está rodeado el monumento de una magnifica verja de hierro pintada de verde, interrumpida por diez pedestales de graciosa forma, en cada uno de los cuales se ve una lápida dorada con inscripción latina, en letras negras, alusivas a Córdoba, a las figuras simbólicas de la obra y protección de San Rafael y Santos Patronos, y en medio de cada dos pedestales de eleva un fanal de elegante forma.

Aunque el conjunto del monumento es agradable a la vista y se reconoce en él suntuosidad, magnificencia y gallardía, se le notan generalmente varios defectos en sus pormenores, tales como la falta de propiedad en la colocación de la columna en el castillo, el cual carece de buenas proporciones y la imperfección conque están ejecutadas las figuras, pues el caballo es pesado y tosco, malísima la cabeza del león, y el sollo en nada se parece al animal de ese nombre. En 1850 se principió, y no se concluyó, la restauración de este monumento."


El conjunto del castillo, palma y Santa Bárbara, el muro de qibla 
y la cúpula de la capilla del Cardenal Salazar.

Parece haber un sentir general sobre la falta de estilo del monumento. parecidas observaciones hemos visto hizo D. Teodomiro Ramírez de Arellano, no sabemos si influido por el comentario de D. Luis María de las Casas Deza. Otra curiosidad encierra el monumento, cuando se realiza el plano de la ciudad de 1884 de Casañal, en las observaciones del mismo figura unos datos que me llamaron la atención, y que cite en otra entrada  anterior de este Blog Notas Cordobesas, pero no encontré lo que buscaba, lo mismo que ahora que tampoco lo he visto. Si me consuelo pensando que estará debajo de un trozo de resto arquitectónico en la parte sur. Me refiero a una señal goedésica como la que había en la antigua estación de ferrocarril, pero en este caso es la N.P. 173 que se cita :

"2º Todas las nivelaciones han partido de la señal N.P. 173 colocada por el Instituto Geográfico y Estadístico, en el pavimento del monumento columna "El Triunfo" y dentro de la verja del mismo, siendo su altitud 100m437." 


Texto citado del plano de Casañal.

Seguro se quedan más pequeños detalles, pero es lo que he podido recopilar. Una broma final, la cara del león siempre me recuerda a un admirado Bloguero cordobés, con un dominio especial de la literatura caústica (mordaz y sarcástica), cuyo seudónimo es Harazem (con eme). Me llama la atención como, la utilización de un icono hace que se identifique con él a su usuario, en lugar de al titular de la imagen. Eso ocurre también con la fama, si pensamos en Cleopatra, por poner una cualquiera, se nos viene a la memoria la imagen de Liz Taylor no de la verdadera Reina de Egipto. O con cualquiera de las representaciones cinematográficas.

El león de Harazem

Los faroles de la reja


Otra curiosidad, que publico empujado por el "león del monumento". D. Rafael Ramirez de Arellano dice en un manuscrito (el de la foto) que al arcángel le ponen bigote, "San Rafael con bigotes", cosa extraña por aquello del sexo de los ángeles, y si lo representaban casi siempre era con formas así así. Además a "San Acisclo con patillas a la francesa", como puede leersetodo ello posiblemente fueran licencias de Verdiguier que era gabacho. Los bigotes ahora no los tiene y no se quien se los quitó y cuando, pero es cuestión de preguntar. De todas formas tenemos representaciones del arcángel muy sui generis en la costa y en propiedades privadas de la ciudad.

Fotografías del autor

Bibliografía de Teodomiro Ramírez de Arellano y L. María Ramírez de las Casas Deza y texto de Rafal Ramírez de Arellano.


martes, 29 de octubre de 2013

SOBRE EL TRIUNFO DE SAN RAFAEL DE LA PUERTA DEL PUENTE (2) LAS INSCRIPCIONES

La de la clave del arco con el águila

Este entrada tratará exclusivamente de las inscripciones que acompañan al exterior del monumento. Como sabemos el exterior está rodeado de una verja circular. Normalmente la mayoría de los triunfos de la ciudad tenían verja a su alrededor, el último que la tuvo fue el de la Plaza de la Compañía. Pues bien el que nos ocupa tiene diez pedestales con un asiento de piedra debajo de los mismos (antes tenía cada uno un farol), detrás de los cuales está la moderna iluminación.

Asiento y pedestal

Cada una de las inscripciones describe el motivo de la obra, así como el sentir de las alegorías que en ella están colocadas. No siguen un orden establecido y tampoco geográfico. Podría haber sido una rosa de los vientos pero al ser diez no cuadran las posiciones. Como curiosidad decir que las numeradas como la una, dos, cuarta y quinta, tienen un agujero central que el resto no tiene.

La primera se refiere al castillo y león, perfectamente representados en el escudo de las armas de Córdoba, y dice así:

"Corduba, patritia olim et regia cognominata, in leonis fortitudine, ac inexpugnabili castello tesseram ducens, postassyriorum regni eversionem custodia Raphaelis munita, acceptum a D. O. M. piissimum donum hoc publico, mirabili, et augusto monumento, in aeternum gratitudinis suae erga Deum pignus, ejus antistitis impensa mirifice erecto futuris generationibus devote commendat."


La segunda es la palmera, representándola como la victoria, y el esplendor de Córdoba capital de la Bética en tiempo de los romanos y luego corte de los árabes. Dice:

"Post tot tantasque victorias super omnes Baeticae civitates Corduba Metropolis eminet, fereque omnium nationum Hispaniam dominantium primaria Sedes ac curia. Palmam ergo jure meritoque obtinenti in Raphaelis custodia, tamquam suae gloriae fontali origine, dignatas Episcopalis cordubensis ex toto opitulans, opus hoc magnitudine et majestate alteri impar, grato animo in posterum admirandum reliquit."


La tercera representa la fe de los cordobeses, su firmeza expresada en la dureza de la roca sobre la que está situado el castillo y encima la columna con el ángel. Es la siguiente:

"Numquam a catholica fide Corduba discessit, et in Petri Petra firmiter fúndata, Romanae Ecclesiae semper adhaesit: arii labe gotorum regibus contaminatis numquam paruit: sarracenorum tyrannica potestate opresa, fidem servavit in crepidine satis robusta firmitatem exprimens. Antistes cordubensis suis magnificentissimis expensis Raphaeli custodi suo hanc memoriam dicavit."


La cuarta el caballo, en la que se cita la fama de la cría en esta ciudad de este ganado y dice su inscripción:

"Super epistylium praeeminentis hujus scapi marmoream Raphaelis custodis cordubensis statuam in Baetis ripa, a quo provinciae nomen et fama, equorum nobilitate, frumenti, olei, vini, olerumque fecunditate satis notae equo, frugibus, et arboribus lapideis ad radices ejus excultis significatae, dignitas Episcopalis cordubensis suis magnificentissimis sumtibus elevaricuravit, ut Corduba antiquissimum provinciae caput de tanto custode gloriam et honoremposteritati commendet."


La quinta cita el milagro de San Rafael con Tobías, así como la ocurrencia de colocarse el monumento en los terrenos del Hospital de los Ahogados y el simbolismo del río. Dice así:

"In Baetis ripa lapidea Raphaelis imago mirifice erecta et exaltala est a D. D. Martino de Barcia, Episcopo cordubensi, in tanti custodis obsequium in loco ubi antiquitus coemeterium pro in Baeti suffacatis sepeliendis exstitit. Mira sane Providentia, ut qui Tobiam a devoratione piscis ad ripam Tigris liberavit, cordubenses ab instantibus et devorantibus malis liberet."


La sexta compara al Sr. Barcia con el águila, por su agudeza, por costear el monumento y fomentar la devoción en San Rafael. Contiene lo siguiente:

"Episcopus cordubensis sicut aquila provocans ad volandum pullos suos, expandit alas suae devotionis, et ad custodis Raphaelis cultum cordubenses provocat: custodiam enim a gentibus, in similitudinem aquilae de longe venientibus, Cordubae mutuatam mirifice exaltare vult, et futuris generationibus memoriam reliquit."


La séptima se refiere al escudo del Obispo Barcia, el que figura sobre la puerta del castillo, la que mira a la calle. Dice:

"Ut in die ultionis Domini misericordiam a Deo Corduba consequatur per manus sui piissimi custodis Raphaelis, antistes cordubensis tamquam bonus Pastor, homo sine querela properans deprecari pro populo, proferens servitutis suae scutum, orationem, et per incensum deprecationem allegans resistit irae, et finem imponit necessitati, ostendens, quoniam suus est famulus."


La octava se dedica a las alegorías de las imágenes que contiene la roca,  Santa Bárbara, San Acisclo y Santa Victoria:

"Super muros tuos, o Corduba, Episcopus cordubensis constituit custodem tuum Raphaelem, qui tota die ac nocte non tacet: et venient etiam in auxilium tibi speculatores murorum tuorum, Ascisclus scilicet et Victoria in protectionem tuam constituti, simulque Barbara, quam magna devotione Pastor tuus fuit prosecutus. Audi ergo voces eorum, et erit tibi secura protectio."


La novena la protección del Arcángel Custodio a los cordobeses.  Expresa lo siguiente:

"Levat Corduba oculos suos in montem, id est, in Raphaelem, unde venit auxilium ei: custodit enim eam in introitum suum et exitum suum ex hoc nunc, et usque in saeculum, et spiritus nequam ei non nocebit. Levat inquam oculossuos in montem, quem piissima devotio antistitiscordubensis contra saeculorum oblivionem erexit."


Y la décima, se extiende sobre el juramento de San Rafael y su recomendación de culto a las reliquias de los santos Mártires:

"Archangelo Raphaeli coelesti medico, viantium fideli comiti, divinae misericordiae piissimo ministro, qui cordubensem custodiam sibi a Deo traditam juramento attestatus est, sanctorum cordubensium cultum et erga forum ossa piam devotionem commendavit. In tanti protectoris obsequium praefatus Episcopus cordubensis hanc marmoream statuam in ostio civitatis et in conspectu omnium populorum munificentiori manu elevari iussit."

En el recinto hay otras dos inscripciones: Una en castellano y otra en latín, y los textos hablan de una tercera pero lo cierto es que no está, por lo menos yo no la he visto, aunque citamos su texto. Una comenta la historia del monumento, otra se refiere a la conclusión de la obra, y una última las indulgencias que se obtenían si se rezaba a las imágenes en el expuestas. Incluimos también la que tiene el lateral del sepulcro de Don Pascual.

En el muro del río, encima y detrás del soneto a Góngora está colocada la inscripción, que relata la historia de la obra, y dice:

"D. O. M. / Divoque Raphaeli Archangelo, coelestis aulae Principi, /pio, ciementi, misericordi, / hujus cordubensis civitatis beneficentissimo Custodi, / in obsequii et gratitudinis signum / hoc mirum opus /maiestate, gravitate et pulchritudine omnibus impar / Ill. D. D. Martinus de Barcia, Cordubensis Episcopus. / D. O. S. / Quod licet expensis suis fieri curarit, morte tamen praeventus / perficere non potuit. /Illud autem post decem annorum curriculum / devotione, zelo ac pietate motus / Illustr. D. D. Balthasar de Yusta Navarro, ejusdem Sedis antistes, / erexit, direxit, ac perfecit, / regio nomine constituente / Excmo. D. D. Emmanuele Bonaventura Figueroa, / Supremi Regii castellae Senatus Gubernatore amplissimo, / in divi Petri suprema cathedra sedente / Ssmo. D. Nostro Pio Papa Sexto, /unica, viva ac vera catholicae fidei regula, / in Hispanias fauste ac dulcissime regnante / D. Nostro Carolo III pio, felici, augusto. / Anno Domini MDCCLXXXI."


En la pared este del Seminario de San Pelagio se citan las indulgencias que se citan, y que se conseguían con el rezo a la imágenes:

"Siendo Pontífice Romano Nuestro M. S. P. Pió VI y en el reynado de Nuestro Augusto Soberano Don Carlos III se concluyó este Triunfo en 31 de diciembre de 1781, baxo la dirección y ardiente zelo del Ilustrísimo Señor Don Baltasar de Yusta Navarro, Obispo de Córdoba, á expensas del caudal, que del espolio del Ilustrísimo Señor Barcia asignó la piedad del Excelentísimo Señor Don Manuel Ventura Figueroa, Caballero Gran Cruz, de la Real distinguida Orden de S. M. de su Consejo y Cámara, Gobernador del Supremo de Castilla, Comisario General de la Santa Cruzada, y Colector General en los Reynos de España: colocando las santas estatuas, y en el pecho de la de Santa Bárbara partículas de su cráneo, y de las Santas Águeda y Columba: en el de San Acisclo huesos de su cuerpo, de San Álvaro y otros; y en el de Santa Victoria parte de la cadena de su prisión, y huesos de otros Santos: concediendo su Ilustrísima 40 días de indulgencia á los que devotamente rezaren una Ave María ante cada una de estas efigies, pidiendo a Dios por el bien de su Iglesia y eterno descanso de los fieles sepultados en este cementerio."


La no encontrada por mí, explica su conclusión así:

"Gobernando la Iglesia Universal la Santidad de Nuestro M. S. P. Clemente XIVy reynando en España la Magestad del Señor Don Carlos III Ilmo. Señor Don Martín de Barcia, Obispo de Córdoba, á propias expensas por su ardiente devocion y la de su Ilustrísimo Cabildo principió la erecion de este Triunfo en 29 de abril de 1765, elevando su columna, y sobre ella la imágen de nuestro Santo Custodio Rafael en el de 1771, después de bendita la estátua, y colocadas en su pecho las reliquias del Santísimo Leño de la Cruz., con partículas del velo de María Santísima, de la capa de su bendito Esposo Señor San Josef, y huesos de los Santos Pelagio mártir, y Roque confesor, concediendo en su veneración 40 días de indulgencia á los que con ella rezaren una Ave María, rogando al Señor por el bien de su Iglesia y sana conservación de este pueblo."


Otra que está dentro del recinto de la verja y en el lateral de la urna de Don Pascual. dice:

"Hoc in sarccphago, a suo loco olim avulso, varié hinc inde mutato, et nunc ad pristinum restituía, primo quievit V. serv. Dei D. Paschalis, Cordubensis Episcopus, cujus eximium pro grege sibi crédito zelum santissimus cusios Raphael et leudare, et gratum Deo esse dignatus est atiestan. Cun autem mira veluti Providentia, dum hujus operis fundamenta fodiuntur, sepulcri ejus; locus inventus esset, ubi ab ipso erectumfuit  coemeterium pro in baeti suffocatis sepeliendis, congruum visun fuit, in hoc dicato S. Raphaeli triunphali opere locun dar¡ nomini et aeternae memoriae justi illius, qui primus de Raphaelis custodia certos nos fecít, ut sepulcrum ejus sit qloriosum."


Teniendo también en su cabera o pie de la urna el texto encontrado en la lápida.

"Don Pascual obispo de Córdoba"


Y para terminar está la que sostiene el águila en la clave del arco de la cueva, y que es el juramento de San Rafael. A la que le faltas las letras f,n,u,o,d,i, que el tiempo se ha encargado de tirar al suelo.

"YoteJuro/por JesuChristo cruzificado/quesoi Rafael Angel  a quien/ Dios tiene puesto por guar/dia de esta ciudad/."

Y estas son todas las inscripciones del monumento del Triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente, algunas por su deterioro han sido reparadas, otras aún son las originales.


Fotografías del autor
Bibliografía de Teodomiro Ramírez de Arellano.

Continúa en:

lunes, 28 de octubre de 2013

SOBRE EL TRIUNFO DE SAN RAFAEL DE LA PUERTA DEL PUENTE (1) HISTORIA RECINTO

Triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente

Para empezar a hablar sobre el Triunfo más monumental de cuantos existen en Córdoba, o sea del Triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente, debemos retrotraernos a conocer que fue su solar en un primer momento. Lo más antiguo que se conoce de él procede del presbítero Gregorio Pérez que tenía muchos datos en un folleto que editó en 1712 en la imprenta de Andrés  de Sotos en Madrid.

Placa de la plaza

Parece ser que el Obispo Don Pascual, ante la aparición de San Rafael a Simón de Sousa, decidió crear un hospital para los contagiados por la peste de 1278. En el mismo lugar ordenó pintar también un cuadro con la efigie de la Virgen María que luego se trasladó a una de las capillas de la Catedral. Parece que este fue el primer hospital en Córdoba de la conquista cristiana. En él fue enterrado su fundador, que había dejado una provisión de fondos para el caso de que, en el futuro, hubiera de aumentarse la capacidad del hospital.

Pared del seminario

El Cabildo sin embargo apostó por otro lugar para el hospital, que se construyó en los terrenos del Lavatorio de Almanzor, en la calle del Sol y que dedicó a San Sebastián. Por esa razón el primer hospital de Córdoba, después de un tiempo sólo quedó como cementerio de los Ahogados del río, como parecen situar textos de 1470. Se conservó la iglesia del primitivo y todos sus útiles sagrados hasta el siglo XVIII, que era el edifico más fuerte, habiendo resistido los embates de las riadas. 

Vista desde el sur

Eran momentos convulsos en la ciudad, el conflicto entre el Obispo Solier y D. Alonso de Aguilar, choques de intereses entre la milicia y el clero, la matanza de los judíos, etc.. Estas cuestiones y el tiempo, fueron las razones que llevaron a encerrar con una tapia, el abandonado y ruinoso hospital, y enterrar allí todas las personas fallecidas en el nuevo de San Sebastián, hospital que después tuvo otro traslado a la que después fue Casa de Cuna y murió en él nuestro fanático paisano Ambrosio de Morales. 

El monumento entre naranjos

Ante el estado de cosas se sacaron los restos del fundador Don Pascual y se trasladaron al coro antiguo, para posteriormente trasladarlos a la nueva capilla mayor que, Diego Mardones señaló con una inscripción en 1607. El mencionado Hospital de Ahogados o de Nuestra señora de la Guía estuvo hasta entrado el siglo XVI, como enterramiento de pobres de San Sebastián y la iglesia como ermita. 

Una perspectiva inusual

Parece que el obispo Martín Fernández Angulo unificó ambos lugares y la iglesia que estaba donde hoy está el Triunfo que nos ocupa, se destinó a graneros de la Fábrica de la Catedral. Quedó sólo la virgen en la fachada, y quedando el resto del terreno como cementerio hasta 1593, que se ordenó crear otro dentro del terreno del Hospital de San Sebastián. El solar entonces se utilizó para distintos menesteres relacionados con la Catedral y el Palacio Episcopal.

Detalle de los santos  y puerta del castillete.

Pasados unos años, en 1735, el Estado le vendió el terreno al Seminario para ampliación. Cuando empezaron a abrir los cimientos para caballerizas y otros, ante la cantidad de restos humanos que salían, ocuparon solo una parte dejando la restante que hoy es el actual recinto. 

Desde el muro de qibla.

Teniendo en cuenta la arraigada devoción a San Rafael que había en la ciudad, demostrada por la cantidad de triunfos que se construían en la misma, el Cabildo acordó construir este en el mismo sitio del hospital creado por el Obispo D. Pascual.

Vista desde el norte, Santa Victoria, San Acisclo

Se nombró una comisión formada por el arcediano Juan Antonio del Rosal y al racionero Diego de Manrique Aguayo, los cuales en mayo de 1736 se pusieron en contacto con Juan de Escalera y Mellado, que vivía en Roma, para que encargara el proyecto a el mejor arquitecto de la ciudad eterna. 

La columna, capitel y la estatua

Se recibió un proyecto sobre el monumento, de amplias gradas y peñascos, de entre las cuales debía salir el agua que representaba el nacimiento del Guadalquivir, esculturas negras de moros que representaban la rendición de estos a San Rafael, rodeados de escudos. La estatua se haría en Roma y lo demás tallarse en Córdoba.

La fuente del niño con el delfín

El agua debía venir del sobrante del Patio de los Naranjos, para verterla a un abrevadero o pilar junto a la Puerta del Puente. Esto se considero poco realizable, además de que no había agua bastante para ello, por lo que se desechó el proyecto hidráulico. Se encargó otro proyecto a Domingo Esgrolis, pintor, y a Simón Martínez escultor. Estos diseñaron un nuevo monumento.

El autor con una amiga, 1950

Éste se componía de un zócalo de tres gradas, encima un peñasco abierto con una gruta, un león con una inscripción, trofeos militares, y otras alegorías, una torre con almenas y una columna con capitel con la imagen de San Rafael arriba. Y una altura de unos 24 metros, 29 varas castellanas.  Llega el 26 de marzo de 1738, se hacen los cimientos 8 varas de profundidad, casi siete metros, otros tantos de anchura y 9 de largo. Se pensó en una columna de 5 metros que se había encontrado en la Cárcel de la Inquisición (actual Alcázar de los Reyes Cristianos). Mueren los miembros comisionados para el monumento y éste se queda en los cimientos.

Una vista del puente desde el recinto

Corre el 1756 y arriba a Córdoba Martín de Barcia como Obispo. éste retomó el proyecto, y se ofreció a construirlo a su expensas. 23 de febrero de 1765, el Cabildo dio el visto bueno y comisionó al canónigo Pedro de Cabrera para agradecer al Obispo su idea, el 28 de abril empezaron los trabajos, se profundizaron los cimientos llegando al agua del río. Hubo que estacar el entorno para protegerse del agua y poder continuar los trabajos.

Detalle del monumento, Laurent 1860

Muere el Obispo Barcia y otra parada de las obras. Antes había sido encontrada en la excavación una tapa de enterramiento que decía "Don Pascual, Obispo de Córdoba". Se busco una urna que servía de fuente en San Agustín, y se colocó unida al monumento. Este obispo estuvo enterrado en ese lugar. 

Calle Torrijos y el Triunfo 1925

Ahora era el director de la obra, Don Miguel Verdiguier. Se cree hizo ligeras reformas del proyecto original y lo concluyó. El monumento contiene varios mensajes e inscripciones. Sobre la base existe un monte de mármol negro, figurando varias breñas (Tierra quebrada entre peñas y poblada de maleza.). 33 metros de circunferencia con una cavidad central. 

Los Borricos areneros pasando por delante del triunfo

Encima una torre castillo encarnada de jaspe, de 5,16 m. de altura, y 7,52 m. de circunferencia, con almenas y cercos de puerta de adorno, de jaspe blanco. Sobre el castillete una columna de mármol veteado de 9,19 m. de altura, con basa y capitel compuesto y encima la estatua de mármol blanco de San Rafael de 2,5 m de altura, que arrojan una altura del monumento de 27,72 m. de altura.

Columna del Triunfo Laurent 1860

Fotos del autor y antiguas de archivos.
Bibliografía variada, principalmente de T. Ramírez de Arellano.

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