miércoles, 25 de diciembre de 2013

NAVIDAD

Mural Nacimiento de Cristo iglesia Juan Bautista Río Jordán

Todos los años, por estas fechas las dosis de hipocresía suben en los seres humanos hasta cantidades que nos alarman. "Amigos" a los que hace años que no vemos ni oímos nos desean paz y felicidad. Incluso personajes de la vida pública nos dan un tostón televisivo recordándonos cuestiones como solidaridad, y que la justicia es igual para todos (se refieren siempre a los de abajo), a sabiendas de que mienten. Y familiares que, justo es decirlo si no fuese por esto, no nos acordaríamos unos de otros.

Esto es un poco como aquello de la intimidad en los Cursillos de Cristiandad,  y que al salir de la casa común, se tornaba nuevamente en el desprecio y el abuso contra el inferior, como antes de entrar, igual que siempre. Para no parecer un bicho raro entramos en el juego, contestamos a las felicitaciones, y hacemos otras obligadas. La realidad es que esto es una fiesta asumida por la religión católica en España - en otras latitudes serán otras ramas del cristianismo quienes las asuman-, como suya. 

El catolicismo aquí, para no perder el tren, sigue la tónica de apropiarse de todo tipo de fiestas, antes de otros ritos, y las adecua a sus intereses. Aunque en el fondo no es solo el catolicismo, los romanos aceptaron ritos griegos y sobre todo los ritos católicos allá por la desintegración del imperio aprovechándose del tirón del momento. Entonces pasaron los perseguidos a ser perseguidores, sobre todo de la ciencia y el progreso. Lo cierto es que este rito, y todo lo que lo rodea es un aprovechamiento de unos y otros para darse un respiro, comer algo más el que pueda hacerlo, y sobre todo consumir.

La extraordinaria página El castellano, que edita el uruguayo Ricardo Soca, nos ilustra además de en el conocimiento de nuestro idioma matriz, en otras cuestiones de muchísimo interés para los hispano hablantes, como por ejemplo la que transcribo a continuación referida a la palabra Navidad.

"Navidad 

Cuando compramos los regalos de Navidad, decoramos el árbol o nos reunimos con la familia alrededor de la cena navideña, raramente nos detenemos a pensar cómo se fueron formando esas tradiciones milenarias, algunas de ellas mucho más antiguas que el propio cristianismo. 

La conmemoración del nacimiento de Jesús, la fiesta más universal de Occidente, se celebró por primera vez el 25 de diciembre de 336 en Roma, pero hasta el siglo V, la Iglesia de Oriente siguió conmemorando el nacimiento y el bautismo del niño Dios de los cristianos el 6 de enero. El nombre de la fiesta Navidad, proviene del latín nativitas, nativitatis 'nacimiento', 'generación'. 

En siglos posteriores, las diócesis orientales fueron adoptando el 25 de diciembre y fueron dejando el 6 de enero para recordar el bautismo de Cristo, con excepción de la Iglesia armenia, que hasta hoy conmemora la Navidad en esa fecha de enero. 

Representación de la fiesta Natalia Sol Invicto

No se conoce con certeza la razón por la cual se eligió el 25 de diciembre para celebrar la fiesta navideña, pero los estudiosos consideran probable que los cristianos de aquella época se hubieran propuesto reemplazar con la Navidad la fiesta pagana conocida como natalis solis invicti (festival del nacimiento del sol invicto), que correspondía al solsticio de invierno en el hemisferio norte, a partir del cual empieza a aumentar la duración de los días y el sol sube cada día más alto por encima del horizonte. 

Una vez que la Iglesia instituyó el 25 de diciembre para la Navidad, el bautismo de Jesús empezó a festejarse en Oriente el 6 de enero, pero en Roma esa fecha fue escogida para celebrar la llegada a Belén de los Reyes Magos, con sus regalos de oro, incienso y mirra. 

A lo largo de los siglos, las costumbres tradicionales vinculadas a la Navidad se desarrollaron a partir de múltiples fuentes. En esas tradiciones, tuvo considerable influencia el hecho de que la celebración coincidiera con las fechas de antiquísimos ritos paganos de origen agrícola que tenían lugar al comienzo del invierno. 

Escultura Saturnalia de Ernesto Biondi

Así, la Navidad acogió elementos de la tradición latina de la Saturnalia, una fiesta de regocijo e intercambio de regalos, que los romanos celebraban el 17 de diciembre en homenaje a Saturno. 

Y no hay que olvidar que el 25 de diciembre era también la fiesta del dios persa de la luz, Mitra, respetado por Diocleciano, y que había inspirado a griegos y romanos a adorar a Febo y a Apolo. En el Año Nuevo, los romanos decoraban sus casas con luces y hojas de vegetales, y daban regalos a los niños y a los pobres en un clima que hoy llamaríamos navideño. A pesar de que el año romano comenzaba en marzo, estas costumbres también fueron incorporadas a la festividad cristiana. 

Dios Mitra

Por otra parte, con la llegada de los invasores teutónicos a la Galia, a Inglaterra y a Europa Central, ritos germánicos se mezclaron con las costumbres celtas y fueron adoptados en parte por los cristianos, con lo que la Navidad se tornó desde muy temprano una fiesta de comida y bebida abundante, con fuegos, luces y árboles decorados. 

La Navidad que celebramos hoy es, pues, el producto de un milenario crisol en el que antiguas tradiciones griegas y romanas se conjugaron con rituales célticos, germánicos y con liturgias ignotas de misteriosas religiones orientales."

Ya vemos como, una amalgama de ritos orientales, griegos, fiestas romanas, otras del norte de la milenaria Europa, etc. etc., son los que configuran la "globalización" navideña, y el rito anual de pedir felicidad y buenos deseos para incluso los que no soportas o te soportan, a lo largo del año. 

No obstante, eso no quita para desear felicidad y un mejor año 2014 para los pueblos de la tierra, y carbón o patatas (pediría otra cosa más dura), para todos aquellos gobiernos que no cumplan con los estándares mínimos de los derechos fundamentales de las mujeres y hombres del mundo.

Una entrada relacionada con la Nochebuena

Fotografías de Wikipedia
Bibliografía de la Web El castellano de Ricardo Soca y de Wikipedia

2 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, un artículo muy bueno y didáctico. Los políticos son unos esbirros de la iglesia de Roma, y como nosotros somos unos “sumisos lacayos de ellos…”, y si no lo eres ¡¡¡Toma ley mordaza!!! Muchos deseamos la separación iglesia Estado, eso, sí, que las fiestas de san no sé quien, esas que no las toquen. El calendario laboral tiene 14 fiestas, de las sólo 2 son de carácter civil. Suponte que en Córdoba un día 24 de octubre se terminaron de soterrar las vías del tren que la tenia dividida en dos. Te imaginas las hostias que le caerían al que propusiese cambiar la denominación de la fiesta de San Rafael por el día de la Unificación.
Sobre la fiesta de la reunión familiar por antonomasia. Es una de las noches que más actuaciones policiales tiene, porque los efluvios alcohólicos se apoderan del personal, y salen a hostias. Bueno, voto por las fiestas de san no sé quien, sean sustituidas por fiestas civiles. Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi, lo que pasa ya que estamos con los "sagrado" que se lo imposible que es cualquier cosa de esta índole. Eso sólo lo hicieron los franceses en el siglo XVIII, con su revolución. Conseguir una separación efectiva iglesia/estado. Pero que dificil es saltar los pirineos.
Un abrazo.