miércoles, 24 de septiembre de 2014

DOS MIL AÑOS DE NUESTRO PATRIMONIO E HISTORIA TIRADOS EN LA ANTIGUA N-432


Trozo de acueducto tirado en la antigua carretera N-432

Todos los días que sales por cualquier punto cardinal de nuestra ciudad, descubres sus grandezas y miserias. Hoy ha tocado una grandeza y una miseria. La grandeza es haber estado viendo trozos de acueducto Aqua Nova Domitiana Augusta, a dos pasos de la ciudad, casi dentro de ella. Imaginar que son dos mil años los que hacen de su construcción, dos mil años que dieron servicio a la Córdoba romana, trayendo de las estribaciones de la serranía el elemento esencial para la misma, el agua.

Vista aérea de la zona del Puente Pedroche y la traza de los restos

Como hemos comentado muchas veces, el Aqua Nova Augusta, era el acueducto que surtía de agua a la ciudad desde el norte de la misma. El reverendo F. Ruano en su libro "Historia General de Córdoba", lo menciona citando también a Ambrosio de Morales. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de 1760, fecha del libro de F. Ruano. 

El pedazo de dos mil años en el suelo

Por otro lado, el testicular Ambrosio de Morales, por citar uno solo trabajo de su amplia obra "Las antigüedades de las ciudades de España", vemos que se escribió en 1575, es decir que hace 439 años de ese texto y no supone ni el 25 % de la edad del acueducto. A dónde queremos ir a parar, que si lo aportado por F. Ruano es una descripción de lo que veían, casi quinientos años antes no era mucho más. 

Todavía está húmeda la parte de abajo

Es decir, que seguimos moviéndonos con comentarios como, lo dijo fulanito. La realidad es que ninguno, hizo un estudio en profundidad, del emplazamiento, de las captaciones y del recorrido. Solo comentarios y evidencias de restos que son posiblemente los mismos, es una exageración desde luego, que tenemos hoy día. 

Aquí puede verse mejor

Cuatro ramales de cuatro puntos de captación, Mesa de la Marquesa, Fuente de los Mártires, Palomera y posiblemente Huerta de D. Marcos (sin que esto esté garantizado), bueno no lo está ninguno de los puntos, son los puntos, eso en un mapa, y sus trazados una línea de puntos, referido esto al autor contemporáneo en el miramos la inmensa mayoría.

La parte de arriba del lugar del desprendimiento

Estos días atrás hemos estado un grupo de amigos, andurreando por los sectores referenciados, tratando de encontrar algo, que signifique algo, en los recorridos. Cualquier evidencia de su paso, ha corroborado la indignación que una obra de hace dos mil años esté absolutamente abandonada. 

Lugar del despredimiento

Ver como las administraciones se gastan millones aeropuertos sin vuelos, en maquetas que son humo, en Palacios del Sur que son extraordinarias colecciones de jaramagos. Y en pagarle sueldos a muchos cientos de inútiles que nos representan, bueno que no nos representan, y además comprobar que la inmensa mayoría carece de una mínima sensibilidad cultural.

Trozos que aún quedan arriba

En este sector hay múltiples restos de esa gran obra, dispersos, en ambas orillas del Arroyo de Pedroche, están ahí, enterrados unos, destruidos totalmente otros que, si se pusieran en valor significaría un parque al aire libre de la historia de esta ciudad y su pasado romano. Corta visión de los administradores. Una escuela taller, un trabajo de campo, unos rótulos y unos folletos y ya está el circuito.  

La higuera los sujeta

Pero todo lo que antecede nos lleva a otra indignación mayor, en la antigua N-432, a la salida del antiguo Puente de Pedroche, debajo propiamente del sifón del canal del Guadalmellato, un trozo de dos mil años del Aqua Nova Domitiana Augusta, está en el suelo de la carretera tirado, en el que se ve incluso la marca de la calcificación de su caudal.

Puede verse aquí mejor el favor de la naturaleza

Este ramal que se supone viene de la Mesa de la Marquesa, seguro sufrió los avatares del progreso, primero con la construcción de la carretera N-432, después con la vía férrea, para finalizar con la mencionada en otras entradas cantera de Pedroche, para culminar con la desidia, la incompetencia, el desprecio y la inutilidad de la administraciones. 

Un alma caritativa ha pretendido estudiar las medidas de la caja

Hace unos días ha caído desde la altura de unos cuatro metros, el citado trozo de metro y medio casi, de acueducto, de dos mil años de antigüedad. Más antiguo, casi mil años, que la Mezquita de Córdoba -el monumento que se registró  con mentiras, alterando la historia-, para que nos hagamos una idea de su antigüedad. 

La traza del acueducto

No es un elemento goloso que nadie se lleve, aunque no sabemos qué pasará. A lo peor dentro de unos días ya no está. Aunque mal, creo que si alguien conocedor de su antigüedad, se lo lleva y lo protege, estará haciéndole a la historia el favor que le niegan las desidiosas administraciones.

Una vista de otro sector

Este trozo estaba en equilibrio inestable desde hace unos años, y hace unos días ha sido fiel a la inestabilidad perdiendo el equilibrio. Aún está húmeda su parte interna, como puede verse en las fotografías. A partir de aquí describía una inmensa curva siguiendo la curva de nivel, para después volver y bajar a la zona del Molino de los Ciegos donde se unía a los otros tres sectores restantes. 

Sigue en dirección al Molino de los Ciegos

Ya se habían unido dos de ellos a la altura de la presa del puente de Hierro de la Palomera y el otro posiblemente en el azud. Luego los tres, más abajo saludaban a la Alcubilla del Sombrerillo del Rey, enterrada por la carretera, solo simboliza su existencia una boca de alcantarilla. Más moderna desde luego, pero que se pudo buscar una solución arquitectónica  para salvarla del enterramiento.

Otro trozo más

Castilla del Pino y Romero Barros, denunciaron el abandono de la ciudad, por lo que no es nueva la desidia, pero sin embargo se entierran miles de millones de las antiguas pesetas, en proyectos absurdos, por ejemplo, un Palacio de Congresos, patata caliente de una empresa bancaria, a la que se favorece mientras nos aprieta las clavijas a los ciudadanos y desahucia a las familias. 

Los juncos recuerdan la humedad

Habría que ver la contrapartida de esa decisión, y si conlleva beneficio para la ciudad. Pero lo más doloroso es que ya tenemos un Palacio de Congresos, y la otra administración está gastando en él otros pocos de millones para adaptarlo. No olvido la barbaridad del Museo del Jaramago, y los dineros que se tragó y se regalaron a un holandés que no era errante, sin que nadie responda de esa gestión.

Y el último trozo de hormigón romano

Fotografías del autos y Bing
Bibliografía de la vida.

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