viernes, 17 de abril de 2015

EL VERDUGO DE LA GESTAPO, DE LUÍS GUERRA

Portada

He tenido la satisfacción de recibir la segunda novela de Luís Guerra, hijo de mi querido amigo Paco Guerra, un cordobés desplazado al norte, pero cordobés al cien por cien, y la suerte de recibirla dedicada por el autor. En la dedicatoria a su familia se deja ver la ascendencia cordobesa con el nombre de uno de su hijos, Álvaro.

La he leído de una sentada, pues engancha. El personaje se despierta en una habitación de un hospital, amnésico, y de ahí surgen una serie de acontecimientos que se suceden en la Alemania del nacionalsocialismo, antes de la Segunda Guerra Mundial, a finales de la década de los treinta del siglo XX.

El conocimiento histórico de Luís Guerra de la historia alemana reciente, queda patente en la presente novela, negra, policiaca e histórica, porque nunca abandona el aspecto histórico de sus personajes, además de esa lucha interior. En este caso el capitán Berger, atormentado por esa doble personalidad con la que lucha. Luis ya nos deleito anteriormente con Los dioses de Berlín, del mismo corte histórico.

Le decía a mi amigo Paco que la novela da pie para un guión cinematográfico, de una película de acción e intriga. El ritmo es  intenso y la lucha del personaje dura.

La dedicatoria

La sinopsis: 

"Soy Peter Berger, capitán de la Gestapo. Estoy en peligro. No sé bien quién soy, mi mente se niega a revelar mi pasado. Esta información es la única que poseo. Dolorido me despierto en la habitación de un hospital, no sé quién soy. La enfermera que me atiende me comunica que he sido víctima de un atentado. Mi vida corre peligro. Desconcertado y asustado debo emprender la huida y descubrir mi identidad. Ante mí un mundo inexplorado, no conozco a nadie, ni siquiera a mí mismo. Mientras me muevo por las calles de una ciudad ignota los carteles que inundan la ciudad me observan. Un nombre se repite en todos ellos: Adolf Hitler.

Por fin alguien me reconoce, tengo un nombre y una profesión: Peter Berger, capitán de la Gestapo. Debo defenderme de mis enemigos mientras descubro quién soy. Sólo tengo una cosa clara. Algo ha cambiado en mi interior."


La contraportada

La editorial

"Una novela que atrapa al lector gracias a su vertiginoso ritmo, provocado por la maestría de su autor en la elaboración de diálogos y tramas llenas de dinamismo y emoción.

A medio camino entre Ken Follet, Frederich Forsyth, Dashiell Hammet y Robert Ludlum, Luis Guerra vuelve a sorprendernos con una novela histórica policiaca y negra que nos introduce, usando una escalofriante primera persona, en el auténtico día a día de las SS."



El autor:

"LUIS GUERRA (Sestao, 1973)

Luis Guerra está titulado en Administración y Gestión.

Gran estudioso de la historia del Tercer Reich, participa activamente en diversos blogs sobre el nazismo. Ha sido finalista en varios certámenes literarios, entre los que se encuentran el prestigioso certamen del Centro Cultural Blas de Otero.

Es autor de la novela Los dioses de Berlín.

Puedes seguirle en su blog  lashistoriasdeltercerreich.blogspot.com.es

Fotografías de la novela
Bibliografía y textos de la novela

4 comentarios :

Luis Guerra dijo...

Hola, Paco.
Muchas gracias por tu reseña. Me alegro que te haya gustado. En cuanto a lo del guión cinematográfico, es buena idea. A ver si Steven Spielberg se anima.

Un saludo
Luis

Paco Muñoz dijo...

Querido Luís, enhorabuena, y claro que me ha gustado, engancha. Estoy esperando el veredicto de Conchi, la primera le gustó mucho. Tiene acción suficiente para una película, por eso lo del guión. Espero que se anime Steven. Ahora la tercera. He andurreado también por el Blog y hay cosas muy interesantes. Muchas gracias y un abrazo

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Amigo Paco, en primer lugar agradecerte como dice la dedicatoria: “Tu implicación con la cultura” No es pasión de padre, pero el libro es muy buen. Es como tú lo describes. Un abrazo, y muchísimas gracias.
P/S: Esperamos el dictamen de la Jefa.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias a tí amigo Patxi. Y efectivamente no es pasión doy fe. Esperemos el dictamen de la crítica, sí. Salud y República.