sábado, 10 de octubre de 2015

UN TROZO DE VÍA VERDE DE LA CAMPIÑA

Cartel de la Vía Verde

Esta mañana ha tocado vía verde de la Campiña, que en la mayor parte que he recorrido y han sido cinco y poco kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, es terrosa y con galerías de caña. El comienzo de la Vía está en la estación de Vachillón y el final pasada Écija, un total 57,5 km. Apto para todas las edades porque no hay grandes desniveles, la cota mínima es Vachillón en los cien metros, y la máxima en el Parque El Hecho, en la cota ciento ochenta y cinco metros, para dejar la provincia y empezar la bajada a Écija.

 Silo de Vachillón

 Plano del recorrido por la provincia hasta el Garabato

Las "misteriosas" estrellas del silo de Córdoba

He de manifestar que está muy abandonado su mantenimiento, la reforestación de la vía en muchos lugares no existe, no se ha cuidado.  Los lugares de descanso que yo he visto en el primer tramo, abandonados y destrozados. Puente sobre el río Guadajoz, la baranda de madera de entrada y salida en un estado lamentable. El piso es aceptable, parece haber tenido una pequeña capa de zahorra mezclada que está muy deteriorada en algunos lugares, casi inexistente en otros. 

 Señaléctica

 Inicio del recorrido suave descenso

Una nave en el campo

Vachillón es un apeadero de la vía de Málaga, cuyo elemento más importante es el impresionante silo de cereales que es visible desde muchos sitios, y su vía de carga de trenes de transporte para esos productos. Una catedral como la llaman, del cereal. Parece que la política de construcción de los silos empieza en 1930, la siguen en la dictadura en 1937 con la creación del Servicio Nacional del Trigo (SNT), pero el primer silo oficial es el de Córdoba que se inaugura en 1951. Tiene un técnico alemán en el asesoramiento de su construcción, pero el misterio o contradicción son las dos estrellas de David que coronan sus torres. Aunque parece ser que son de tendencia andalusí, como el rosetón oeste.

 El puente sobre el Guadajoz

 Deterioro de la baranda. Al frente la desembocadura del arroyo Vachillón

Vista del puente hacia el NE, al fondo la silueta del Silo

Por esos años, posiblemente un par de ellos más, iba con mis padres a visitar a un amigo suyo que trabajaba en Villarrubia, en la azucarera. Para la visita utilizamos el tren, el de Sevilla, con tal mala fortuna que nos montamos en uno que iba para Málaga, por lo que inmediatamente nos dimos (mi padre) se dio cuenta del error y nos bajamos en Vachillón. No estaba construido el silo, aquello era como una parada de esas de las películas del oeste, la soledad más inmensa del campo. 

 Otra vista del puente

 Meandro del Guadajoz

La vía verde

Ese maravilloso elemento que tenemos en la cabeza, la memoria ROM orgánica, funcionó esta mañana bastante bien cuando aparque al lado de la estación. No se me olvida el tiempo que estuvimos allí esperando que llegara una unidad de Málaga o de Marchena, que tuviera como destino Córdoba. Dimos cuenta de las fiambreras, en la espera. Evidentemente no hubo visita al amigo (paisano) de mi padre, los tiempos se habían consumido, la próxima vez habría que ser más cautos. Ya se encargó Loles (mi madre) de recordárselo a mi padre muchas veces, claro después en clave de broma, que no fue verdaderamente el tono que empleó ese día.

 Restos de una casilla a la vera de la vía

 Horizonte nublado

Un abandonado descansadero

Volviendo a la Vía Verde, decir que si hubiera tenido más fondo físico, y no haber medido la vuelta (lo dejaré para hacerlo en bicicleta), hubiera llegado por lo menos al túnel de Las Tablas, único de la línea, de aproximadamente unos 320 m. de longitud, que fue utilizado para criar champiñón cuando dejó de usarse. A la salida del túnel, a  unos doscientos cincuenta metros el apeadero de Las Tablas. Había tasado el recorrido para no pasarme de la distancia reglamentaria y, a pesar de ello, hubo un momento que se me hizo eterna no ver la silueta del silo de Vachillón.

 Galería de cañas

 Maquinaría de riego de la Reina

La silueta del silo

Es verdaderamente precioso el meandro del Guadajoz, en el puente sobre el río Guadajoz. Ya está próximo su tributo al río Guadalquivir, unos escasos dos kilómetros le quedan de recorrido. Puente de fábrica, de tres ojos, bastante robusto y de una altura considerable. Aunque el estribo norte lo veo muy deteriorado. Guadajoz arriba desemboca el arroyo de Vachillón, de notable longitud pero seco. Inmensas las cortijadas que están a ambos lados de la línea. La Reina, Cañuelo, Hospitalito, La Canchuela, Carnicería, Vachillón...  En suma un corto paseo, a veces monótono por el paisaje.

Fotos de autor

4 comentarios :

Anónimo dijo...

Paco, aún recuerdo que siendo un niño me pegaba unos madrugones y desde el Campo de la Verdad íbamos andando a la estación de Cercadilla para tomar el Marchenilla y bajarnos en el apeadero de Las Pinedas. Todavía nos quedaba un buen trecho hasta llegar al Cortijo El Ochavillo. Otras veces nos íbamos por la tarde y llegábamos de noche y por sorpresa. Entonces no había móviles. Ya te puede imaginar la familia con los pocos medios que había en aquella época. Los vagones eran aquellos de tercera clase que desde un extremo del tren se veía el otro y con asientos de listones de madera. Si no estaba alerta al pasar por el túnel de Las Tablas y cerrabas las ventanillas el tren se llenaba de humo. A la vuelta en tren venía lleno de cosarios y recoveros con grandes canastos de mimbre a hacer sus encargos y vender la mercancía. Huevos, pavos, gallinas, pollos, conejos e incluso algún lechón. De vuelta solíamos traer algún gallo y como estaba el fielato Victoria mi madre siempre trataba de ocultarlo para no pagar la tasa municipal. Que tiempos aquellos. Pepe Serrano.

Paco Muñoz dijo...

Amigo Pepe, es increíble como no nos damos cuenta del cambio de la sociedad. Para ir a (Pinos Puente) Granada, que en coche son dos horas, había que ir a Bobadilla, esperar al trasbordo, y llegar a Granada término, coger el tranvía y volver a Pinos, vamos todo el día. Tú más cerca casi lo mismo. Claro que me acuerdo de aquellos vagones de listones de madera, e incluso como escondían a personas debajo de los asientos en otros trenes para que no pagaran el billete, por no poder pagarlo. Y por lo que dices parece que el tren eran rentable, por la ocupación. Cubría esa gran zona de la campiña. A lo mejor si se hubiera modernizado hubiéramos contaminado menos, pero la dictadura apostó por favorecer a los de la carretera, siempre en la mayoría de los países los más conservadores (ejemplo Chile), en detrimento del ferrocarril. Luego entonces conoces ese recorrido cuando estaba activo. También cuando salíamos de Córdoba y traía mi padre algún pollo procuraba esconderlo también para el tema del plomillo. Pepe nos queda menos de lo pasado. Un abrazo

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Emotivo trabajo. Durante muchos años el jefe de estación de Valchillón fue Olivares, padre de un compañero de promoción. Mi padre fue maquinista de esa línea. Paco, las vías verdes al igual que la mayoría de las GR, están destrozadas, porque somos unos cafres.
No hace mucho estuvimos en Toledo y recorrimos la GR-113 que discurre junto al cauce del Tajo. Había unos magníficos merenderos, digo había; porque estaban destrozados, y tenían desde botellas a cagadas. Así que, lo que merecemos por acción o por omisión es eso, una mierda. Un abrazo, Salud…
P/S: La anécdota: Cuando esta de Practico en Córdoba, año 1968, esta línea mantenía en funcionamiento el Morse y como curiosidad los vagones de mercancías de Sevilla y más allá se facturaban vía Marchena porque había menos kilómetros y por Ley se tenía que facturar por el camino más corto, y aunque no estuviese en servicio se seguía haciendo.
¡Ah! adjunto enlace sobre esta línea y otras.
www.spanishrailway.com/2012/03/05/marchena-a-cordoba-valchillon/

Paco Muñoz dijo...

Gracias Patxi, ya me extrañaba que no conocieras el paño, la referencia al personal ahí queda. Es verdad que hay mucho cafre suelto, pero muchas veces el abandono no es de los cafres. Ejemplo la reforestación la hicieron y si no ha cuajado que le den. Luego está el deterioro natural del tiempo y no existe mantenimiento, que yo sepa. Interesante el enlace, lo que pasa es que no se si el coeficiente de explotación es la cuenta de resultados, ya que parece que era deficitaria, aunque yo considero que todos los servicios públicos deben de serlo, porque no se valora en ellos el beneficio que reportan a la sociedad. Cuando miras el mapa de líneas y ves la trama que llegaba a casi todos sitios, te da pena. La dictadura apostó por la conservadora carretera, en detrimento del ferrocarril y claro eso conllevó el cierre de muchas líneas.
Salud.