miércoles, 6 de enero de 2016

MUJERES FREGANDO LOS SUELOS DE LA MEZQUITA

La fotografía (1963) de las mujeres fregando los suelos de la Mezquita

Llegó hace tiempo a mis manos, una fotografía de dos mujeres fregando, a la antigua y dura usanza (aunque era lo normal), de rodillas en el suelo, las solerías de la Mezquita. Podría decir Catedral pero no, es la zona de la Mezquita que, aunque para mí es toda, la Catedral está más delimitada a lo que es coro, contra coro, altar mayor etc. concretamente lo que se llama el crucero. Aunque también en descargo, es la zona de lo que se venía a llamar de misa de doce. Es el altar del Cristo del Punto (1). Era donde las familias "bien", de páter familia de bigotito de hormigas y brillantina en el pelo, de enlutada esposa, con guantes y velo, y misal de páginas de filos dorados, y niños con la ropa de los domingos, cumplían los preceptos dominicales del régimen nacional catolicista, dejándose ver felices.

El altar del Cristo del Punto

El altar de la misa de doce está en la divisoria de la ampliación de Almanzor, la uniforme, menos lujosa, si cabe más austera, de columnas veteadas similares, de caliza micrítica de las canteras del Rodadero de los Lobos, creo. Allí, delante del Tesoro, que gestionaba Narciso, el de la torre, llenaban el lugar de sillas plegables, como las de los festivales de España, de esas que si no eras un experto te pegabas un buen pellizco, que había que poner y quitar, y después guardar en la cripta, ese lugar tenebroso que guardó durante mucho tiempo los restos de dos reyes de Castilla, a los que después se llevaron a la Colegiata de San Hipólito.

La zona de la misa de doce

Puesto a indagar, porque me llamó la atención la fotografía, descubrí que la persona que estuvo encargada de la limpieza de diversas zonas de la Mezquita y Catedral, fue Teresa Navas, vecina de la Casa del Callejón en Cardenal Herrero, y amiga de mi madre, pero que en ocasiones ayudaba otra vecina y su nieta, Teresa Navas también. La tercera generación de las señoras Navas, Teresa abuela, la matriarca, su hija Carmen y nieta Teresita. La nieta era una niña muy guapa, morena de ojos grandes, que levantaba "pasiones", de puros amores infantiles, entre los nenes de su edad, recién llegada de Villaralto. Estoy hablando de galanes de ocho a nueve años, en los años 56 del siglo pasado. Evidentemente yo era uno de ellos. 

Una de las actuales dependencias del tesoro

Creo que Teresita no tendrá inconveniente en que no quite ni ponga nada, de la información que me ha facilitado ella, porque dibuja una España negra, tremendamente negra, en la que las personas tenían que subsistir como sea. Si yo pongo de mi cosecha se me va a ver el plumero porque no voy a poder ser neutral, en función del afecto que les tengo a ella y a su familia. Mi madre era muy amiga de Teresa su abuela, y mi hermana de ella (la primera vez que fue al colegio mi hermana ella la llevó). Por lo tanto lo mejor es respetar esa información aunque haya que hacer algunas aclaraciones complementarias. Contestaba así a mi petición de información: 

La jerarquía eclesiástica de la época en la Judería

"No sé si mi información te servirá de algo. En mi vida ha habido mucha oscuridad en cuanto a conocimiento de mi origen y mi entorno. Poco a poco y como pude he ido averiguando cosas sobre mi familia, pero claro siempre contada por terceros, pues ha habido siempre un hermetismo que roza lo increíble, no sé si por ignorancia o porque la niña no se tenía que enterar de nada. No sé. Cuando yo nací mi abuela y mi madre ya vivían en la casa del Callejón. A finales de 1946 mi madre se queda embarazada y yo nací ocho meses y cuatro días más tarde, supongo que obligada por la presión que mi pobre madre ejerció sobre su vientre para evitar que mi abuela se diera cuenta del embarazo, del que se enteró cuando le dieron los dolores de parto. Imagina mi abuela con el geniazo que tenia, no sé por qué, cuando ella había tenido tres hijas del mismo modo. 

La casa del Callejón, hoy hotel Los Patios

Mi madre me contaba que mi abuela no me miró durante los tres primeros meses de vida. Después, no sé cuando, me llevaron al pueblo (Villaralto) con una hermana de mi abuela que era viuda y sin hijos. Tengo que decir que me sentí muy querida por ella, aunque me volvía loca de alegría cuando mi abuela llegaba de Córdoba con manzanas y ropa que le habían regalado para mi, y aunque era usada yo la recibía con mucha alegría. A mi madre la veía menos, recuerdo en casa de mi tia un poster o almanaque muy grande que tenía una mujer pintada por Julio Romero de Torres, muy guapa y yo decía que esa era mi madre."

El patio de los vecinos de la Casa del Callejón, zona del restaurante del hotel hoy

Yo puedo garantizar ese cariño de Teresa abuela por su nieta, ya que con motivo de una "agresión" por mi parte a Teresita nieta por celos infantiles, consistente en darle una naranjazo en el costado (ya estoy perdonado y cumplida la penitencia), le faltó tiempo para ir a buscar a la Loles (mi madre) y con los brazos en jarras remangados, pedir justicia para su nieta de nueve años. Y claro que hubo justicia, la impartió Loles con una zapatilla que manejaba de maravilla, apenas llegué a mi casa. Por lo tanto queda claro que, a pesar de los pesares, Teresita era la niña de los ojos de Teresa abuela.

Carmen, su hija Tere y una amiga

"Mi tía murió repentinamente de un colapso, cuando cumplí los nueve años en 1956, entonces me trajeron a Córdoba, a partir de ahí ya conoces la historia.  En esa época creo que mi abuela aún no trabajaba en la Catedral, se dedicó mucho tiempo al estraperlo, creo que se llamaba así, vendía pajarillos y también tabaco, contaba que había perdido las uñas de los pies, tropezando con las piedras del Arroyo Pedroches de noche, se bajaba de la Alsina que venía de la sierra antes de llegar a Córdoba para evitar que le requisaran lo que traía para vender. Creo que en el 58 y 59 ya iba yo a ayudarle a poner las sillas en la misa de doce, y más o menos por esos años comenzó a trabajar con los curas. 

La chiquillería de 1956 en el patio de la Casa del Callejón

Nunca supe cuanto le pagaban. Sólo iba a trabajar por la mañanas, que consistía en limpiar las criptas, barrer las naves, limpiar el coro y el Tesoro. A estos menesteres le ayudaba yo los sábados, y los domingos a poner y quitar la sillas para la misa. La mujer que está a mi lado, puede ser Rosario vecina también de la Casa del Callejón, que vivía en la escalera del centro a la derecha de la vivienda de Esperanza, madre de Gabriel el Guardacoches. La familia la componía el marido y una hija soltera y otra hija que vivía en un pueblo y de vez en cuando la visitaba con los nietos. Esta Sra. podía tener 50 y algo años, aunque aparentaba más. Creo que por mediación de mi abuela entró a trabajar en la Catedral y que continuó un tiempo después de que mi abuela dejara de hacerlo en 1965 que empecé yo a trabajar." 

Teresa adolescente en la Judería

Creo que está perfectamente dibujada la forma de vida, de supervivencia de las personas. Pero falta decir que Teresa Navas fue hija de madre soltera como ella indica y nunca conoció a su padre, ni sospechó quien era. Luego de mayor investigó y tiene una excelente relación con sus hermanos que la aceptaron y adoran sin ninguna duda, y es una historia muy bonita y humana. Hay que añadir desde luego, que son unas buenas personas todos. Decir también que aunque ella no lo supiera, yo recuerdo comentarios de los adultos que señalaban al supuesto padre, y sospechábamos quién era (2). Su madre trabajaba limpiando en una casa, aquello que se llamaba de criada. El siempre eterno abuso de los machos sobre las hembras y la necesidad de supervivencia de las personas. Luego su hija se labró un prometedor futuro profesional que se malogró, por razones que no vienen  al caso. A esto señala para terminar: "Y a partir de aquí solo trabajo, trabajo, trabajo y alguna que otra alegría." 

Ampliación de las mujeres fregando, bueno una mujer y una adolescente

Parece mentira  la de cosas que una simple fotografía, en blanco y negro, de la que desconocemos el autor -en aquellos tiempos solo nos hacían fotografías los turistas, los "franceses"-, puede encerrar. El subsistir en una sociedad hipócrita, machista y miserable. Afortunadamente la naturaleza luchadora de Teresa abuela ejerció de protectora de su hija y nieta, de esta última mi trasero puede atestiguar la protección. Una fotografía que ha dado para unas pinceladas de la vida de tres generaciones de la familia Navas: Teresa abuela, Carmen hija y Tere nieta, y que además no se quejaban.

Fotografías del autor, de Teresa Navas y de autores desconocidos
Bibliografía de Tere Navas

(1) Este altar uno de los más concurridos en la década de los cuarenta, donado por el obispo Antonio M. de Pazos, y creado por el artista Teodosio Sánchez de Rueda, granadino, debe su nombre al ser el destinado por el Cabildo para las misas (privadas o rezadas) cortas, más breves que las cantadas, de ahí lo del Punto, por la cortedad. Había días que soportaba hasta veinticinco o treinta misas. Y fue el habitual de los "acomodados" del régimen en las décadas de los cuarenta y cincuenta, para las misas familiares de escaparate nacional católico, de los domingos a las doce.

(2) Estas situaciones de madres solteras, que ejercían de criadas en las casas eran muy normales. Cedían a las intenciones del abrazo del "varón, varón", hispano y católico, como dice el titular actual de la silla de Osio en Córdoba. También eran muy habituales las señoras mantenidas por estos individuos, situación conocida en la familia, por la candorosa esposa, que supeditaba las veleidades de su esposo, por seguir manteniendo el tipo y el estatus. Desde luego no podía hacer otra cosa ya que en el fondo era otra "mantenida", en este caso oficial. 

4 comentarios :

ben dijo...

Amigo Paco:
La verdad es que me provocas(con cariño)con tus comentarios.
Yo iba algunas veces a esa misa de doce en la Catedral,al leerte me doy cuenta
que era un nacionalcatólico."joer",que mal me suena ese palabro,yo que iba con
la buena intención de oír misa y ver mozas.
En lo que estoy plenamente de acuerdo, es que eran tiempos negros y miseria(no
para todo el mundo).Una madre soltera,lo tenía muy crudo.
Que los reyes magos te traigan salud
Saludos

Paco Muñoz dijo...

Feliz año amigo Carlos. No es mi intención provocar porque en realidad no escribo las cosas pensando en nadie en concreto, porque las excepciones son las que confirman las reglas, y tú serías una. Yo también he ido obligado desde luego a esa misa, y fíjate dices "y ver mozas" que no es una cuestión religiosa, por lo tanto tu interés no era eclesial. Tampoco soy el único que cataloga esa misa de doce, ilustres lo han hecho también.

Pero mi máquina de medir es la experiencia: Mi padre fue a pedirle al cura, una casa en el Campo de la Verdad (vivíamos en una habitación), y le dijo el cura, -Como tiene cara de pedir esto si tú (no le hablaba de usted siquiera) no eres feligrés porque no te veo ni en misa de doce. Claro mi padre se quedó de piedra, y lo curioso es que era verdad, no se dejaba ver por allí, pero es que era devoto de la Virgen de los Dolores, todos los viernes, nunca supe porqué. Claro a nosotros nos venía bien porque traía tortas de la Purísima.

Y las familias que iban allí y te acordarás, eran mayoritariamente las pudientes, y los pudientes en los años cuarenta no eran los comunistas, anarquistas o socialistas, eran los filo fascistas.

Que las magas republicanas te traigan a ti también salud Carlos, cada vez la necesitamos más y te lo deseo de todo corazón.

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, la fotografía es igual que eran nuestras vidas, que por una causa u otra, eran en blanco y negro.
La Jefa cuando ha visto la fotografía de la chica fregando de rodillas, se ha puesto de muy mala leche, no olvida que para recibir enseñanza las monjas le hacían a ella, y otros muchas, por el delito de ser pobres, fregar las dependencias del colegio.
En mi barrio en la década de los 60 llegaron muchas familias de Villaralto. Por curiosidad he mirado en internet y por aquella época perdió más del 50 por ciento de la población.
Los silencios de nuestros mayores sobre sus orígenes era por miedo. Este miedo no era sólo por causa del dictador, esto viene de muy, pero que muy antiguo. La represión por ser de origen, Judío, Árabe, o de cualquier otra etnia que no fue de los llegados con la cruz y la espada, se fue transmitiendo de generación en generación.
El machismo ha sido, fue y será un terror. Te cuento: Carnavales de 1967. A mi hermana y sus amigas se les ocurrió vestirme de mujer, con minifalda y todo. En el ir y venir me despiste y como era tarde me fui para mi casa. Cuando pasaba por la puerta de la iglesia de la Merced, se paró un coche y dos tiparracos intentaron meterme dentro. Uno se quedó sin nariz, del cabezazo que le di, el otro, no será padre, porque le di una patada en los cojones. Allí se quedaron tirados como dos hijos de puta que eran. Por si acaso me quité los zapatos, y creo que batí el record mundial entre el referido sitio y mi casa, en la Huerta de la Reina.
Como se puede comprobar, las cosas no han mejorado.
Un abrazo, salud y República
P/S: Me ha llamado la atención el suelo ajedrezado de la fotografía de la chiquillería.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi.

Lamento que tu mujer se haya cabreado, pero es lógico. La familia Navas cuando se fueron del barrio, por los setenta cálculo, y se marcharon a la Huerta de la Reina a vivir.

De todas maneras este asunto de las madres solteras es horroroso, sobre todo por la miserable marca que les quedaba. Me estoy acordando de una película de madres solteras en Irlanda, y era la religión la que marcaba la pauta de esa falsa moral

Vaya tela, el problema es que no te hubieras defendido y zapateado de esa manera, pues a lo mejor hubieras sido "madre máscara soltera". Es broma como te podrás imaginar.

Un abrazo, salud y República

PD/ el suelo era así en el patio.