martes, 22 de noviembre de 2016

DE PLACAS EN LA CALLE MERECIDAS.



Días atrás, después de haber visto en las paredes de algunas casas de la ciudad, placas conmemorando que, una procesión católica, perdón "manifestación de fe", pasó por allí -confluencia de Conde y Luque con Deanes y Buen Pastor-. De que se refugió otra, en la puerta del Compás de San Francisco, y alguna más. En el fondo sentí una cierta indignación por la colonización religiosa indiscriminada de las paredes de la ciudad, aún reconociendo la importancia que pueda tener para los promotores.

D. Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan

Foto de la invitación a la exposición conmemorativa de los cincuenta años de su muerte en 2015

En la calle Corral de Bataneros vi ésta dedicada a D. Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan, y pensé, un grupo de amigos a su amigo conmemorando los once años que vivió en Córdoba, porque no era nacimiento ni muerte sino años de vecindad. Después me interesé por el contenido y el personaje, y descubrí que muchas veces pienso a la ligera, no con las "manifestaciones de fe" que está meridianamente claro, sino con esta persona.


Tajo de las Figuras y una vivienda típica de la sierra, que sugería un modo 
de vida parecido al del Neolítico. Fotografías tomada por J.Cabré en 1913.

D. Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan fue un insigne investigador, nace en Madrid 1872, y muere en un pueblecito de Cáceres en 1967, con 93 años (nada más que por su longevidad se merece una placa). Con 27 años (1899) obtiene una cátedra en el Instituto de Segunda Enseñanza, y aquí empezó su interés por la paleontología. Lo nombran Catedrático de la Academia de Ciencias, Letras y Artes de Córdoba. Por ese tiempo descubre el yacimiento de arqueociatos de Las Ermitas. Y eso que sólo estuvo once años en Córdoba.

 
"Pronto vinieron a realizar un estudio Juan Cabré y Eduardo Hernández-Pacheco, ayudándose de gente del campo como guías, publicando en 1914 "Avance al estudio de las pinturas prehistóricas del extremo sur de España", obra que muestra las cuevas del Tajo de las Figuras. El día del descubrimiento."

Muchos trabajos avalan su historial científico y sólo con poner su nombre aparecerán en la red de redes, con muchas fotografías aderezados, pues fue también un excelente fotógrafo. Por lo tanto esto es un reconocimiento a mi ignorancia supina, y prometo que haré la oportuna penitencia, la placa de D. Eduardo tiene merecimiento ciudadano de sobra, porque sin ella no me hubiera interesado por la obra del científico que merece la pena de sobra. 

Fotos del autor, de Wikipedia y de apuntes.lasalle.es
Bibliografía de Wikipedia y  apuntes.lasalle.es

2 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenas tardes, amigos. Paco, con este trabajo me has mandado directamente a mi juventud. No digo esto por la placa, que total, en Córdoba las hay a montones. Como he contado en aquella época era un apasionado buscador y coleccionista de fósiles. Tenía bastantes pero los que guardaba con más cariño, por el trabajazo que me costó sacar, eran tres arqueociatidos, que había sacado del entorno de las Ermitas.
Un día, haciendo la mili en Madrid, fui invitado al Instituto Geominero por un soldado de unidad, de esos que pedían prórroga por estudios, que era ingeniero de minas que conocía mi afición. Allí tuve la primera noticia de Hernández-Pacheco y de Lucas Mallada.
En este Instituto hay unos ejemplares de arquociatidos, que desde Córdoba, Hernández-Pacheco envió a Lucas Mallada, ya que este último participo en el estudio geológico de España, y una de las regiones de su trabajo fue la sierra de Córdoba. Gracias por hacerme retroceder a casi a la era del Mar de Tetis. Un abrazo, salud y República.
P/S: Éstos preciados fósiles siguieron el mismo camino que los demás, pero no los presenté en el instituto, porque había un profesor de ciencias que tenía las manos muy largas.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias amigo Patxi. No sabes cuánto me alegra activar tu memoria. Sabía que conocerías el paño, porque me parece que hemos hablado alguna vez de tus correrías geológicas por esa zona de nuestra sierra. Yo no conocía a Hernández-Pacheco pero ahora me he documentado bastante y he comprobado que era un científico de categoría, he leído algunos de sus trabajos -desde mi ignorancia plena en esta materia-.

Por otro lado se lo que ocurrió con tus fósiles y de la incomprensión de alguno tu familia por ellos, lo que no sabía es que era cleptómano el profesor. Lo siento.
Debes de tener la seguridad que cuando entreguemos la cuchara, ojalá tarde, nos tiraran todo aquello que para nosotros tiene un valor prosopopeyico.

Salud y república compañero