jueves, 23 de noviembre de 2017

FOTOS DE ALBERT KAHN (1)

Casa de Doña Jacinta, Corredera

Están circulando por Internet una serie de fotografías que mandó realizar el banquero americano, del norte, Albert Kahn, cuyo detalle reseña muy acertadamente Antonio Jesús González, excelente fotógrafo, y no menos extraordinario investigador del medio (paro porque se me va a ver el plumero del aprecio y admiración con Antonio Jesús), en un artículo en la Revista AFOCO, News 97, págs. 54 y 55. El millonario americano utilizó su dinero para hacer en el verano de 1914, cuando el mundo estaba inmerso en la Primera Gran Guerra del siglo XX, un reportaje por el mundo de fotografías en color, que es lo verdaderamente significativo.

Fuente de la Piedra Escrita

Hay una web donde se pueden visualizar todas las fotografías. A nosotros nos pueden interesar las que hizo en Córdoba, Auguste León, el fotógrafo realizador. Son 76 placas  de Córdoba de las miles que hizo del mundo. Yo las he dividido en varias carpetas. Las relacionadas con la Mezquita, las de Calles y Plazas de la ciudad, las de Interiores y las del Río o su entorno. Algunas están repetidas o son tomas con ligeras variantes.

Palacio de Orive, Colegio Superior Francés

Las de la Mezquita son treinta y una, y estas las subdivido en tres aéreas, desde la Torre de la Mezquita (pongo Torre de la Mezquita para molestar), de aquí ocho, de las que están repetidas tres, por lo que son cinco en realidad. Doce de Exteriores de la Mezquita, y están repetidas dos, por lo que nos quedan diez. Y once del Interior del recinto, donde no repiten ninguna. 

Plaza de la Compañía, triunfo con reja

Las de Calles y Plazas de la ciudad son treinta: cuatro del Potro, dos de la calle de la Feria, dos del Palacio de Orive, dos de la casa de los Páez, dos de la Puerta de Almodóvar, dos de la Puerta del Puente, dos del Conservatorio, y una de Plaza Compañía, S. Francisco, Compás de S. Francisco, Compás de S. Pablo, S. Hipólito, Trinidad, Torre Malmuerta, calle Lineros,  calle Postrera, Casa de Doña Jacinta, y personaje en Corredera. 

Plaza del Potro

Las del Río y su entorno son siete: dos de la Albolafia, dos del Puente Romano, dos de la Calahorra, y una de los molinos centrales. Aquí repiten la Calahorra, el Puente Romano, y con ligera variante de ubicación el molino de la Albolafia. Luego está la carpeta que llamo de Interiores, en la que coloco, una de las Albercas del Alcázar, una de la Capilla del Hospital de la Caridad, una de una sala del Arqueológico, una escalera de la Merced, dos patios no identificados, una el patio de la Posada del Potro, y otra de un tríptico de índole religiosa que posiblemente sea también del Arqueológico.

Puente Romano recién reparado

Como muestra basta un par de botones o tres. Vamos a subir a la Torre de la Mezquita (que sí que es el minarete forrado con campanas de la Catedral, pero a mí me suena mejor Mezquita porque así llamábamos al barrio). Desde arriba, cuando estaba de campanero el abuelo de mi amigo Manolín Soriano, y vivían en la torre, Auguste León y su equipo hicieron las fotos de ritual, posiblemente hicieran algunas más porque no se puede dejar de hacer las de la mole inmensa de la Catedral, pero son estas las que tenemos. 

Puerta de Almodóvar, casa de los padres de un buen amigo a la izda, junto al arco

Yo las he nombrado a todas en función del lugar, el código numérico de Kahn es otro. Vamos a empezar por la titulada Hospital de San Sebastián, esta nos deja ver los tejados de una serie de casa de la calle Torrijos, Medina y Corella y Palacio Episcopal, además de los horizontes de los Santos Mártires, las Huertas del margen derecho del río, partiendo del Maimón hasta Casillas, y la orilla izquierda con un Sector Sur o Barrio de la Guita, absolutamente rural, y una limpia campiña. Lo más significativo de esta fotografía son las casas de la calle Torrijos, partiendo de la portada plateresca del Hospital que se conserva, la entrada a San Jacinto o Casa cuna, con una estrecha fachada, puerta y ventana arriba, que era la vivienda de los porteros; Paquita Hernández, Juan Prieto, que fue portero del cine Benavente, Matías y Paquito, junto con la abuela Catalina.

Hospital de San Sebastián y San Jacinto

A continuación un portalón, fachada crema y otro portalón y puerta. Dos años después, en 1916, el arquitecto republicano Azorín, construyó la bonita casa que aún hoy está en pie. Nunca he entrado en ella siempre la he visto desde fuera, En la de San Jacinto sí, muchas veces, he incluso, jugábamos con un aparato de rayos X de las consultas, poniendo la mano detrás de la pantalla para ver sus huesos. Absurdas cosas de niños. Más arriba la casa que fue del escocés Duncan Shaw, propietario de la Fábrica del Plomo de Chinales y cementerio de protestantes. Esta casa fue posteriormente de una familia de agricultores, los Baquerizo, propietarios también de la Huerta de Saldaña, cuya única niña se casó con el falangista Calderon Ostos, que fue Pte. de la Diputación.. Terrenos que fueron, junto con otros muchos de la zona del Brillante, Duende, Molinillo, etc. parcelaciones ilegales, hasta no hace mucho, de la burguesía cordobesa, por llamarlos de alguna manera, ya que aquí no hubo ese estrato de la ciudadanía, sólo hubo clase proletaria y rentistas de familias pudientes venidas a menos. Los que no vinieron a menos siguieron atesorando pero sin exponer grandes capitales, de ahí estos lodos.   

Palacio Episcopal

Luego tenemos otra de los tejados del Palacio Episcopal y Casa Cuna de San Jacinto, muy similar a las anteriores, donde podemos ver la muralla del Alcázar Musulmán, hasta el Palacio del Campo Santo de los Mártires y las torres del nuevo Alcázar de los Reyes Cristianos, y cárcel de triste recuerdo, de dos de las instituciones más criminales de este país, la "Santa Inquisición" y el fascismo surgido de la sonada de militares, oligarquía y clero, o como se le llama bota, casino y sotana.

Cuesta de Blanco Belmonte

La llamada Blanco Belmonte, por estar perfectamente ubicada la cuesta así llamada, nos permite ver el edificio que hoy es la Escuela de Arte Dramático y la de Danza, la Trinidad y su espadaña, La torre del Palacio que hoy es la Escuela de Artes y Oficios, la del palacio de los Venegas, la mole del convento de Jesús Crucificado, hoy Buen Pastor, y las torres de San Juan, San Nicolás y San Hipólito. Una limpia sierra, aún sin lo que fueron después durante mucho tiempo parcelaciones ilegales, ya citadas, y un siempre presente y majestuoso Torreárboles.

Hospital del Cardenal Salazar

Luego tenemos la titulada Hospital de Agudos, en ella vemos la mole de San Pedro de Alcántara y patio de Hospital de Incurables, la Esquina del edificio del Cardenal Salazar, calle Romero, Palacio de Santa Rosa, internado en la posguerra de adoctrinamiento y humillación diaria de los niños de los represaliados y asesinados republicanos, con el nombre de Auxilio Social, a imitación "del 'Auxilio de Invierno', inspirado y siguiendo el modelo del Winterhilfswerk de la Alemania Nazi". Una arboleda en la Huerta del Rey y Vista Alegre, el pago de las huertas de la Victoria y Santa María de las Huertas y una limpia vega hacia el oeste, con San Jerónimo no visible pero ubicado. Y aquí dejamos el recorrido, pretendiendo en otra ocasión diseccionar otras fotografías del pasado cercano de nuestra ciudad.

Fotos de Albert Kahn
Bibliografía Revista AFOCO.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Buenas. Excelente artículo que aprovecho para escribir mi primer comentario en tu blog.
Tengo 30 años, cordobés y por trabajo llevo ya casi una década fuera y di con tu blog hace unos años por pura casualidad. Desde entonces estoy sorprendido con el nivel de detalle que aportas en cada artículo y por la variedad de los temas.
Te agradezco que trates a nuestra Ciudad con tanto cariño y que podamos aprender un poco más cada día de donde hemos nacido.
Mil gracias, enhorabuena.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias. Tengo que seguir saltándome mi criterio al contestar a comentarios que no tienen un correo electrónico detrás y que no pueden, en teoría, recibir esta contestación. Es un premio saber que estos modestos trabajos sirven, por lo menos, para mantener contenta a la diáspora obligatoria, sobre todo porque considero bastante duro estar lejos de la tierra de uno, aunque considere que la tierra de uno al final es la que le da de comer. Por otro lado creo que nuestra ciudad fue un lugar muy importante, con mucha luz en su historia, que merece ser aireada, y criticadas sus sombras.
Un saludo y nuevamente gracias.