viernes, 5 de abril de 2019

POR LA AVENIDA DE AMÉRICA

A la derecha el sanatorio La Purísima, esquina Gran Capitán

Ayer recorrí prácticamente toda la Avenida de América, desde la salida del túnel de la Avenida Parque hasta el Pretorio, y casi toda es un jardín, salvo el tramo de la antigua Estación de Cercadilla, punto de partida de la antigua línea de la sierra, que ahora es la nueva estación, con una ligera visión de mayor atentado arqueológico acaecido en esta ciudad, para adecuarse al ego y los fastos socialistas del 92 ¿No se podría haber hecho la estación al otro lado del antiguo viaducto de la antigua Electro, ya salvado el yacimiento? No, había que destruir lo que hiciera falta, era un grano todo esto en el miserable ego de González y Borrell. 

Sanatorio de la Purísima, un 7 de agosto de 1975 nació en él nuestro hijo mayor Paco

Calle Los Omeyas, al final la estación de Cercadilla

 A la izquierda escalones de la estación de Cercadilla

Recordé cuando al desmantelar la estación nos echaron en el alcantarillado los restos del gasoil de unos depósitos de muchos años, miles de litros, creando en la Ciudad Jardín una psicosis con el olor por los caños, cuyo origen sólo conocían contadas personas, y algunos el posible peligro, ya que recordaban un accidente en ciudad de México con un episodio similar, bien es verdad que allí fue gasolina que es más inflamable. Ese episodio nos tuvo en vela toda la noche hasta que bajaron los niveles de gases por las cinco de la mañana. Agua en el alcantarillado y una vigilancia fueron la pauta.

Desde la esquina del paso nivel, a la derecha los depósitos citados

Cuando el paso a nivel era el único de la Alta Velocidad

Paso a nivel como estaba casi siempre, echado

La antigua estación de Cercadilla, conocedores los dirigentes locales cuando se construyó, de lo que almacenaba el subsuelo de ese lugar, tal y como lo publicó la Real Academia en su boletín. Por lo tanto al construir la nueva estación sabían lo que se iban a encontrar debajo. No pueden alegar sorpresa. A la derecha el barrio frente a la estación es un barrio moderno y las casas de “trato”, como las llamaba mi madre, y los clubs de alterne como se llamaban normalmente, los establecimientos, han desaparecido, porque los flujos de índole del comercio del sexo se han difuminado y salido de los antiguos guetos.

Anuncio del Estadio América

Báscula de los Jardines Bajos

Luego a partir de ahí por la acera norte una larga parilla, de arquitectura del XIX, con alguna puerta esporádica para entrada a talleres. A la derecha otra pared y árboles gigantescos daban sombra el Estadio América, un campo de fútbol del Regimiento de Artillería 42, y la Brigada de Defensa Operativa del Territorio (DOT), que en los tiempos románticos del fútbol se usaba, como otros estadios, el de la Electromecánicas o el de San Eulogio, en el Campo de la Verdad, por citar dos de ellos. Paso a nivel de las Margaritas, eterna parada si ibas a los barrios del otro lado, rara era la vez que no estaba echado el paso a nivel, y muchas veces los dos, el citado y el de la línea de la sierra.

Grabado de la inauguración de la Estación 1861

Frente a la estación Hoteles Granada y Montes

Este paso a nivel tuvo el record de ser el único de la línea de AVE, que existió con la línea en servicio. En la esquina estaba el cartel que señalaba la distancia a Santa María de Trassierra. A la derecha los Jardines de los Patos o Agricultura. La Rosaleda y terreno de amores pagados baratos delante. El depósito desaparecido, otro atentado al patrimonio y a la historia, el Fielato y báscula, que afortunadamente aún queda en la esquina de la Avenida de Cervantes. A la izquierda la plazuela de la Estación Central y el monumento a San Rafael que antes estuvo en la puerta del Alcázar (Cárcel Militar) y luego se varió de lugar donde miraba el Arcángel un par de veces.

El criminal daño arqueológico

El ambulatorio esquina Diputación o Convento de la Merced

A la derecha la zona de bares casi hasta el amanecer y pensiones al abrigo de la Estación. El Montes, Granada, etc. Establecimiento de Miguel López García (Miloga) en la esquina del Gran Capitán, hoy oficina de ING Direct. Frente, el Sanatorio de La Purísima, De los doctores Luque y Altolaguirre, que abrió en 1918 y cerró en 1981, donde nació mi hijo mayor el día del terremoto del siete de agosto de 1975. A la izquierda ya acabada la parilla, había unos enormes y simples bloques con unos patios de acceso, habitados por familias ferroviarias. 

La Ermita del Pretorio, los pisos de Renfe y el viaducto 

Casa el Panza y camino de la Plaza del Moreno

A la derecha a lo largo del tiempo el hotel Gran Capitán y el ambulatorio de la Seguridad Social. La Ermita del Pretorio y frente el Viaducto del Brillante, los dos viaductos, el primitivo y el posterior. Y donde hoy existe un moderno edificio el Bar Montes, o Casa el Panza. Y a la izquierda actualmente un gran llano con un minúsculo monumento a Séneca, y una enorme bandera tan grande como la hipocresía de algunos patriotas que la pusieron, en la que están siempre envueltos. Fin de la Avenida de América. 

NOTA: Seguro me dejo detalles porque la redacción es de memoria y esta no es ya tan buena.

Fotografías de Internet y AMC
Bibliografía de la memoria.

9 comentarios :

Juan dijo...

En ese mismo sanatario que referencia en su artículo nací yo en el mismo año que su hijo pero en el mes de junio, podría decirme hasta que fecha estuvo en uso..?

Avicena dijo...

SE HABRÁ DADO CUENTA,QUE EL TEXTO QUE HAY DEBAJO DE LAS FOTOS NO COINCIDE,EL CAMPO DE FUTBOL QUE HAY EN EL CAMPO DE LA VERDAD,O BARRIO DE FRAY ALBINO,SE HA LLAMADO DE SIEMPRE ,STADIUN DE SAN EULOGIO

Avicena dijo...

NO OBSTANTE LE FELICITO POR SUS ARTICULOS DEDEDICADOS A CÓRDOBA,EL DÍA QUE NO COLOCA USTED ALGUNO ,LO ECHO DE MENOS

Paco Muñoz dijo...

Estimado Juan: las casualidades de la vida. Gracias por la pregunta, ya que confirma que la mayoría de las veces las preguntas o las rectificaciones nos permiten ampliar y refrescar nuestra memoria. El Sanatorio (ya lo he ampliado en el texto) se llamaba de La Purísima, creo lo fundaron o dirigieron los doctores, Emilio Luque y Joaquín Altolaguirre, en 1918 y se cerró en 1981. tuvo por tanto 63 años de vida, que ya son años. Pero así son las ciudades. Un fuerte abrazo Juan y muchas gracias.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Sr. Avicena, lleva razón se me ha deslizado un santo cordobés por otro, lo que denota que no domino bien el santoral. El estadio de fútbol era y sigue siéndolo creo, San Eulogio, como bien dice usted, que localmente le llamaban los vecinos del Campo de la Verdad, el Campo de Deportes. En el verano era cine, con el gallinero en las gradas, al que yo una vez no pude entrar porque me faltaban 10 céntimos de peseta para la entrada, que costaba 50 céntimos. Trabajé al principio de los años sesenta del siglo XX en la calle Tenerife, frente a la calle Doña Aldonza. Luego en la calle Espíritu Santo, con una de las mejores personas que he conocido, Joaquín Ruiz Rodríguez. Qué tiempos. Le reitero las gracias por la rectificación.

Paco Muñoz dijo...

Sr. Avicena, muchas gracias por su palabras no merecidas, porque no es ningún mérito hablar de la ciudad que te gusta y quieres. Saludos

car res dijo...

Si te fijas en la foto del paso a nivel,de las Margaritas,que tantas veces llegue a pasar,muchas para ir al colegio de -don tabique-(forma cariñosa),pasan muchos niños pequeños solos,era algo normal entonces,con 6,7 años con compañeros o a veces solo.Como bien dices lo raro era ver abierta la barrera,porque habia mucho movimiento de máquinas y vagones haciendo maniobras,como se decía.las personas y los niños nos intercalábamos con los vagones y las máquinas,en el paso teniendo precaución,procurando no pisar la vía,cosa de la que nos advertía nuestras madres.Impensable hoy día,porque a veces te quedabas en el terreno neutral entre vias,con un tren que venía de frente y
otro por las espaldas,toda una sensación en un niño.
He cambiado la escultura,por mi bici,más natural.
Salud,Carlos.

Avicena dijo...
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Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Carlos. Yo también lo pasé muchas veces, mi tía Antonia vivía en la casa del vecinos del Chimeneón, y luego de chaval salíamos con unas nenas de la Colonia de la Paz y accediamos por las vías, de la sierra y luego pasábamos la entrada a la Campsa y de ahí un trozo de campo a la Colonia. Lo que dices es verdad sobre el paso a nivel, demasiado poco ha pasado allí, era mucho el tráfico, y a pesar de que no había grandes velocidades en realidad era peligroso. Un saludo