sábado, 2 de noviembre de 2019

UNA SUBIDA CIENTÍFICA A TORREÁRBOLES EN EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS

Torreárboles, vertiente sur

Ayer me armé de valor y previo compromiso con mi admirado amigo Rafa Tamajón, decidimos subir a Torreárboles al que curiosamente él no había subido. A su vez le hacía caso a mi amigo Leandro Jimena. Pero mira por donde la alegría fue superior cuando me dijo que subirían con nosotros otros dos amigos, que él suponía yo conocía y claro que sí, Miguel Ángel y Ramón, así que el grupo estuvo formado por dos biólogos, uno también geólogo, un poeta de categoría y un aprendiz de todo y maestro de nada. Un verdadero lujo de verdad, fue un disfrute del lugar, del campo, del paisaje, de las especies que les llamaron la atención, tanto vegetales como animales, en suma de sus conocimientos. 


Vertiente del arroyo Pedroches

Una foto de aventureros de 1962

Ramón y yo nos entretuvimos en hablar de literatura, de su próximo trabajo en salir a la luz pronto y de algunos personajes muy sui generis, y cuando acordamos ya estábamos en el techo del municipio, los 692 metros sobre el nivel del mar en Alicante, hoy, mañana no sabemos, como lo acredita la foto de ritual en el vértice geodésico, con azulejo de una virgen y otro con verso para recordarnos, vamos para que no se nos olvide, que estamos no en la zona que fue de los Marii, explotadores mineros venidos a menos por subir estratos y hacer sombra al de la corona de laurel de turno, si no en la tierra de María Santísima, en esta ocasión en la advocación marinera de la Virgen del Carmen, que da igual pero no pega. Eso sí con flores de plástico.

Otra de aventureros de 2019 57 años después a la anterior

Iniciando la subida desde el camino de Capellanía
(Foto Tamajón)

Nos acompañó un valiente perrillo de Miguel Ángel que se llama “Hache”, digo perrillo porque es pequeño de talla, y valiente porque le hizo frente después y provocó a un sr. pastor alemán falso, por la uñita de las patas, que hacía, calculo yo, por ocho o diez Haches. Todos los pequeños son provocadores en la naturaleza, y en el género humano hay algunos bajitos con mucha mala leche y hasta criminales, como un par del trío de las Azores, otro ahora en Mingorubio, y algunos más que conocemos todos. Sufrimos, como motocicletas no sé de qué disciplina porque no entiendo, colaboraban en el deterioro del sendero que en ese tramo, por mor de la usurpación de Villa Alicia, es el GR48.


Durante el trayecto (Fotografías Tamajón)

Mis limitaciones no se acrecentaron y aprendí como siempre que se sale con científicos muchas cosas. Desde especies vegetales como he dicho, distintas mariposas, e incluso una polilla que después de fotografiarla la volvieron a dejar debajo de su piedra en un lugar que pudiera seguir su ciclo. Por rizar el rizo un compañero se guardó un plástico con unas instrucciones de algo que a alguno se le caería, por ser magnánimo, para depositarlo después en un contenedor adecuado. El paisaje de 360 grados de la cima es hermoso -echando mano de una frase de mi niñez, “a to meter”-. Todas las vertientes de los grandes arroyos de la zona, algunos aprendices de ríos, partían de allí para ser fieles a sus cauces que es cuando desembocan en los hermanos mayores.


Más del recorrido (Fotografías Tamajón)

Cortijadas como: San Enrique; Las Albarizas; Santa Sofía o Salmerón, Santo Domingo, Los Porras, Huertas de Cabra, Los Pradillos, Valdegrillos, la Armenta, Los Velascos, San Cebrián el alto y el Bajo y saber que están pero no se veían Las Pitas, la Alcaidía, Orive, Jesús y María, Los Porras, Villares y muchos más en la vertiente sur porque en la norte tenemos la hermosa barriada de Cerro Muriano, los acuartelamientos del Euroejército, Villa Alicia, y un horizonte de Chimorra, Cerro del Sordo, Sierra del Castillo, etc. y más al oeste los impresionantes Riscos del Guadalnuño y los de Vera, incluido Pedro López y Castripicón, sin olvidarnos de la cuenca del Guadalmellato y aledaños.


Ya arriba del todo, Hache siempre en el encuadre 
                              (Fotografías Tamajón)

Un extenso anecdotario hizo muy llevadera la subida, así como las múltiples paradas pedagógicas, que permitían a mermadas facultades, las mías, recuperarse bien. Una temperatura adecuada más bien primaveral que otoñal, que me ha hecho pensar que culpar anoche a los padres de Greta Thunberg, una pelotuda señora argentina, del cambio climático, o es estar ciega, o tener eso que hemos mencionado de los pequeños. Salvo que haya otros intereses bastardos en la negación de la evidencia. La realidad es que algo ocurre, y que ello no es normal. Y el corolario del día es que no puedo agradecer bastante el paseo con estos amigos, a los que valoro también como científicos y de los que siempre aprendo, lástima que no se repita más veces. A los tres gracias.

Un poco sobre el entorno:
Fotografías de Internet, el autor y Rafa Tamajón.
Bibliografía del diario

2 comentarios :

Clipping Path Service dijo...


Awesome article! Thank you for this article.

Paco Muñoz dijo...

De nada. Saludos